El mercado global de soja proyecta un récord de producción para la campaña 2024/25, alcanzando 426 millones de toneladas, impulsado principalmente por Sudamérica. Brasil lidera con estimaciones de 168 a 172 millones de toneladas, seguido por Argentina con 51,5 millones y Paraguay con 11 millones. Este aumento genera presiones bajistas en los precios de la soja y la harina debido al exceso de oferta global, aunque el aceite de soja podría beneficiarse por su creciente demanda para suplir déficits en otros aceites vegetales como el de girasol y palma.

El crushing de soja muestra un crecimiento sostenido, con un aumento global de 22 millones de toneladas. Argentina, clave en el mercado, duplicó su molienda en septiembre y octubre de 2024, alcanzando 4,14 millones de toneladas. Esto refleja la recuperación de su capacidad industrial tras la sequía del año pasado. Actualmente, la Argentina tiene entre el 36% y 38% del mercado mundial de harina de soja y cerca del 50% del mercado de aceite de soja.

La harina de soja sigue siendo esencial en la alimentación animal, mientras que el aceite se consolida como un recurso estratégico en el mercado global. La menor molienda de colza y girasol refuerza esta dependencia. Aunque las perspectivas climáticas en Sudamérica son favorables, el clima sigue siendo un factor determinante que podría alterar el escenario proyectado.

Tensiones en el mercado de aceites vegetales

El mercado de aceites vegetales ha mostrado comportamientos divergentes en 2024. El aceite de palma subió cerca del 30% debido a restricciones en la oferta por el uso de biocombustibles en Indonesia y Malasia, donde se concentra el 86% de las exportaciones globales. Actualmente, la palma cotiza 145 USD/t por encima del aceite de soja, una diferencia histórica. Sin embargo, esta prima podría ser temporal, dado el comportamiento cíclico del mercado.

En contraste, el aceite de soja ha caído un 11% por una cosecha mundial récord que generó sobreoferta, lo que incentivó su consumo frente al aceite de palma. Mientras tanto, la canola subió un 20% en Australia y Europa por problemas climáticos que afectaron la producción, aunque la sustitución por soja ha sido limitada por razones técnicas. Se espera que la tendencia alcista en la canola continúe hasta la entrada de nuevas cosechas en 2025, aunque persisten riesgos de un mercado sobrecalentado.

Impacto económico y comercial global ante el regreso de Trump

Un retorno de Donald Trump a la Casa Blanca, acompañado por una mayoría republicana, implicaría un escenario económico marcado por recortes fiscales, desregulación y políticas arancelarias agresivas. Estas medidas podrían generar inflación, desaceleración económica y un aumento en los déficits fiscales. Los consumidores buscarían alternativas más económicas, mientras que las empresas, especialmente en el sector alimentario, tendrían que optimizar costos para mitigar el impacto de precios más altos.

En el ámbito comercial, las tensiones con China jugarían un papel central, con posibles represalias arancelarias que afectarían productos clave como la soja y el maíz. Brasil, en primer lugar y luego Argentina, podrían beneficiarse al incrementar sus exportaciones hacia China, aunque desafíos como costos de transporte y restricciones al etanol podrían limitar esas ventajas. Por su parte, Europa y Asia enfrentarían nuevos aranceles que elevarían costos, mientras que Oceanía se vería obligada a depender más de mercados asiáticos en un contexto de menor demanda.

Demanda de harina de soja en China

La demanda de harina de soja en China ha mostrado signos mixtos, con un uso estable en los forrajes entre el 13% y 13,5%, lejos del 14,7% registrado en 2021. A pesar de que los costos de alimentación son más bajos y la harina de soja se mantiene competitiva frente a otros ingredientes, no ha habido un incremento en su inclusión en la alimentación animal. Cada punto porcentual de inclusión equivale a 2 millones de toneladas de harina de soja o 5 millones de toneladas de soja para procesar. Sin embargo, las ventas recientes fueron sorprendentes, alcanzando 2 millones de toneladas la semana pasada, cuadruplicando la semana anterior. Del total vendido, el 70% fue para entregas futuras, lo que indica un interés creciente por asegurar el suministro en los próximos meses.

El panorama en el mercado sigue siendo negativo debido a factores como la baja demanda de importaciones en EE.UU., el buen clima en Sudamérica y el inicio de la cosecha en Brasil, que se concentrará a principios de 2025. Además, el adelantado programa de exportación de maíz de segunda en Brasil podría intensificar la presión sobre los precios de la soja, especialmente durante los meses de mayor comercialización en el primer trimestre del próximo año.

En conclusión, mientras el récord de producción promete una oferta abundante, el mercado deberá equilibrar el incremento en el crushing con las presiones de precios y los desafíos climáticos. La interacción entre estos factores definirá el comportamiento del mercado de soja y sus derivados en la campaña 2024/25.

Por Esteban Moscariello