Según datos de la Commodity Futures Trading Commission, los fondos vienen marcando una posición claramente “vendida” (bajista). Ello revela un cambio de tendencia para la oleaginosa.

Brasil… ¿mejora?

En principio, los factores que ahuyentan los fondos están relacionados con cierta mejora del régimen hídrico en Sudamérica, que abre una puerta de optimismo sobre la próxima producción en la región.

AgRural acaba de informar el avance de la siembra de soja brasileña sobre el 36% de la superficie estimada, frente al 18% de la semana anterior y al 40% de 2023, para la misma fecha.

Es cierto que, por el momento la situación ha mejorado. Pero, no está todo dicho.

Recordemos que los días previos a la siembra, las lluvias escasearon.

El mapa del USDA muestra la anomalía de precipitaciones en el último mes.

Como vemos, no se puede afirmar que los suelos tengan suficiente humedad, como reserva para más adelante.

Además, los pronósticos no son tan alentadores para los próximos días.

Aunque, en rigor, la consultora Safras & Mercado ha dicho que, según la alerta agroclimática de Rural Clima "los próximos 15 días deberían estar marcados por lluvias frecuentes en todo el país".

Estados como Mato Grosso do Sul y Maranhao no se muestran demasiado confiables. Veamos:

En síntesis, hay una leva esperanza respecto a una demora en la siembra.

EE.UU. patea en contra

Con relación a lo inmediato, el avance de la trilla en EE.UU. sigue alejando a los fondos.

La cosecha estadounidense, ya próxima al cierre, camina raudamente

Y la baja del precio del petróleo, que afecta la industria de los biocombustibles, le agrega presión en la desmejora de la cotización.

Otro elemento depresor es la posibilidad de que Trump sea electo en los sufragios de noviembre próximo. Las elecciones se celebrarán el 5 de noviembre.

Un gigante que asusta

Si resultara así, los más probable es que vuelva a implantar medidas protecciones contra China. Ello significaría una segunda edición de la “guerra comercial” con la nación asiática.

Tal posibilidad sería un fuerte golpe negativo sobre el comercio agrícola estadounidense.

Curiosamente, quizás sea ello lo que esté impidiendo una baja aun mayor en el precio.

¿Por qué?

Pues porque China sigue aprovisionándose de soja, preparándose para una eventual interrupción del ingreso de soja estadounidense. Este aprovisionamiento presiona como demandante.

El cuadro es incierto. Y la posibilidad de mejoras en los precios se debilita. Pero, como expresamos antes, no está todo dicho…