Las lluvias registradas en el centro y sur del área agrícola argentina han favorecido la condición de los cultivos en una campaña que promete resultados alentadores. En el caso del maíz, las labores de siembra han avanzado un 28,9% de las 6,3 millones de hectáreas estimadas para este ciclo, marcando un incremento de 4,6 puntos porcentuales respecto de la semana anterior. La humedad adicional facilitará tanto la fertilización como el desarrollo de las plantas, especialmente en las zonas núcleo, donde el 90% de la siembra temprana ya está en marcha.
Por otro lado, el girasol experimentó un avance significativo de 21,9 puntos porcentuales, cubriendo un 46,1% de las 1,95 millones de hectáreas proyectadas. Sin embargo, aún mantiene una leve demora de 5,7 puntos en comparación con el promedio de los últimos cinco años. La mejora en la oferta hídrica ha beneficiado la emergencia homogénea de los cultivos en el norte y centro-sur, permitiendo que el 91% de la superficie sembrada se encuentre en condiciones de Normal a Excelente.
En cuanto al trigo, el impacto positivo de las lluvias ha sido menos generalizado debido a que muchos cultivos ya se encuentran en etapas avanzadas, con menor capacidad de respuesta a la nueva humedad disponible. Aun así, las zonas con mayor potencial de rendimiento, como los núcleos productivos y el sur agrícola, mantienen expectativas altas, esperando alcanzar e incluso superar el promedio de rendimiento de los últimos cinco años.
Este panorama brinda un respiro a los productores tras los desafíos climáticos previos, y el sector agrícola argentino sigue de cerca la evolución de las lluvias para asegurar una temporada exitosa.