La educación argentina atraviesa un momento crítico en pleno siglo XXI. El informe del Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA) de la Universidad de Belgrano, publicado en octubre de 2024, revela una serie de datos alarmantes que destacan los desafíos estructurales del sistema educativo. Desde las profundas desigualdades entre las provincias y los sectores de gestión, hasta la preocupante disminución en el rendimiento de los estudiantes, Argentina debe enfrentarse a una crisis que afecta no solo el presente, sino también el futuro de su capital humano.

Desigualdad educativa: una brecha que no deja de crecer

Uno de los puntos más críticos del informe es la gran disparidad en el rendimiento de los estudiantes según el sector educativo y la ubicación geográfica. En el Operativo Aprender 2023, el 55,1% de los alumnos de escuelas estatales obtuvo resultados en el nivel "Básico" o "Por debajo del básico" en Matemática, mientras que en el sector privado, esta cifra fue considerablemente menor, alcanzando solo al 30,5%. Las diferencias territoriales son aún más marcadas: mientras que en la Ciudad de Buenos Aires (CABA) solo el 20% de los estudiantes del sector privado se ubicaron en los niveles más bajos, en provincias como Chaco, el 66,3% de los estudiantes de escuelas estatales se encuentran en esta situación(CEA-EDU-07-octubre-2024).

Este tipo de desigualdad educativa pone en evidencia un sistema que, en lugar de ser integrador, está acentuando las diferencias entre estudiantes de distintos contextos socioeconómicos. La falta de acceso a recursos y oportunidades educativas de calidad se vuelve más patente en las provincias más desfavorecidas.

Retroceso en el rendimiento académico

Otro aspecto destacado en el informe es el retroceso en los niveles de rendimiento académico en áreas clave como Matemática y Lengua. Comparado con datos de años anteriores, en 2023 solo el 11,1% de los estudiantes de 6° grado logró ubicarse en el nivel "Avanzado" en Matemática, una caída significativa respecto al 19,7% en 2016. De manera alarmante, el porcentaje de alumnos "Por debajo del básico" aumentó del 18% al 24,1% en el mismo período(CEA-EDU-07-octubre-2024).

Estas cifras reflejan no solo una crisis de aprendizaje, sino también la falta de estrategias efectivas para abordar las brechas educativas y mejorar el nivel de conocimiento de los estudiantes.

Menos educación, más pobreza y desempleo

El informe del CEA también hace hincapié en la relación directa entre el nivel educativo y la situación económica de la población. Los hogares cuyos jefes no completaron la educación secundaria presentan un 57,3% de pobreza, mientras que en aquellos donde el jefe del hogar finalizó la secundaria, el índice de pobreza se reduce al 29,9%(CEA-EDU-07-octubre-2024). Este dato ilustra cómo la educación no solo impacta en el desarrollo individual, sino también en la capacidad de las familias para salir de la pobreza.

Asimismo, el desempleo es significativamente mayor en las personas con menor nivel educativo. Los trabajadores con nivel terciario completo representan el 25,2% de la población ocupada, pero solo el 8,4% de los desocupados, lo que demuestra que más educación reduce notablemente el riesgo de desempleo(CEA-EDU-07-octubre-2024).

Escuelas sin jornada extendida: una ley incumplida

A pesar de que la Ley Nacional de Educación N°26.206 (2006) establece que todas las escuelas primarias deben ofrecer jornada extendida o completa, en 2023 apenas el 38,6% de los alumnos de escuelas estatales tenía acceso a este beneficio(CEA-EDU-07-octubre-2024). Esta falta de implementación de la ley no solo reduce las horas de clase efectivas, sino que también priva a miles de niños de oportunidades adicionales de aprendizaje, necesarias para mejorar su rendimiento.

Hacia un futuro incierto

La crisis educativa en Argentina requiere soluciones urgentes y sostenibles. El informe señala que uno de los principales factores detrás de este retroceso es la pobreza estructural que afecta a gran parte de la población, sumado a una gestión desigual entre las provincias y sectores educativos. La educación pública, que en otro tiempo fue sinónimo de integración y equidad, hoy se encuentra fragmentada, con un acceso inequitativo a recursos y una creciente diferencia en la calidad de la enseñanza.

En conclusión, Argentina enfrenta un reto monumental en términos educativos. Las desigualdades y el retroceso en el rendimiento académico requieren de políticas públicas que garanticen una educación de calidad para todos, independientemente de su contexto socioeconómico o geográfico. Sin una intervención decidida, el país corre el riesgo de profundizar aún más las brechas existentes, afectando el desarrollo de las futuras generaciones y el crecimiento económico.