Un estudio económico encargado por la Asociación Nacional de Cultivadores de Maíz y la Asociación Americana de Soja ha revelado que una guerra comercial con China provocada por aranceles tendría un impacto negativo significativo en los agricultores de EE. UU. Según este estudio, se espera que las exportaciones de soja a China caigan casi un 52%, mientras que las de maíz disminuirán en aproximadamente un 84%. Esta situación beneficiará a países como Brasil yArgentina, que podrán capturar la cuota de mercado perdida.

Analistas privados señalan que el sector agrícola de EE. UU. ya enfrenta una caída económica significativa, y una guerra comercial con China podría agravar aún más las condiciones adversas que generan estrés financiero en los agricultores. A pesar de que ambos partidos políticos consideran implementar tarifas para abordar las prácticas comerciales desleales de China, el estudio destaca que la pérdida de cuota de mercado podría ser permanente incluso después de que termine oficialmente la guerra comercial.

El análisis indica que, si China cancela su exención actual del acuerdo de la Fase 1 de 2020 y vuelve a aplicar aranceles, las exportaciones de maíz de EE. UU. a China podrían disminuir entre 14 y 16 millones de toneladas anualmente, lo que representa una disminución promedio del 51.8%. Además, se estima que las exportaciones de maíz caerían aproximadamente 2.2 millones de toneladas métricas anualmente, lo que equivale a un descenso del 84% desde las proyecciones iniciales.

El estudio subraya la dificultad de desviar las exportaciones a otras naciones debido a la insuficiente demanda en el resto del mundo para compensar la gran pérdida de exportaciones de soja a China. En términos más amplios, se anticipa que EE. UU. continuará perdiendo cuota de mercado en exportaciones de soja, ya que Brasil se posiciona como un competidor geográficamente más cercano a China y está aumentando su producción.

Además, el informe destaca que el ritmo de cosecha de soja en EE. UU. ha sido el más rápido en los últimos 10 años, lo que está llevando a una presión en los precios a medida que los agricultores venden más en el mercado local.

Por Esteban Moscariello