La llegada a los mercados internacionales de las cosechadoras gigantes no pasa inadvertida para los cabezales maiceros.

Tampoco su tecnología puede desentenderse del incremento que experimentan los rendimientos del maíz.

El único camino lógico para los cabezales maiceros es ponerse a tono y escalar fuertemente en productividad.

Mutaciones

En este informe, repasamos 10 secretos que encierran los nuevos cabezales maiceros:

Peso 👉 Se introducen nuevos materiales y se reformulan componentes para mejorar la flotación y reducir la compactación del suelo.

Sinfines 👉 Se amplían las dimensiones a fin de maximizar el rendimiento y hay nuevos diseños que apuntan entre las alas y el piso para reducir las pérdidas.

Sensorización 👉 Crecen los dispositivos destinados a que los cabezales puedan cosechar de manera más homogénea, durante más tiempo y se eviten roturas por golpes bruscos ante suelos desparejos.

Copiado 👉 Junto a los sensores se lanzan nuevos dispositivos para copiar con precisión el terreno, corrigiendo automáticamente la posición del cabezal.

Distancias y dirección 👉 Están generalizados los sistemas que posibilitan cosechar en cualquier dirección y con cualquier distanciamiento. Mejoran la cosecha en maíces caídos o bajos al permitir mantener una velocidad constante sin preocupación por generar pérdidas.

Capotas 👉 Ahora se diseñan de mayores dimensiones y con perfiles agresivos para evitar que las espigas se caigan por el costado.

Capuchones 👉 Vienen reformulados y con una inclinación relativamente plana a fin de garantizar una entrada más suave de las plantas de maíz, incluso en condiciones difíciles o al girar, lo que permite trabajar a mayores velocidades de avance. También son flotantes para resolver el problema usual de los cabezales maiceros respecto al clavado de las punteras.

Rolos 👉 Fueron mejoradas las ubicaciones y se incrementó la velocidad, apuntando a una cosecha más limpia y sin pérdidas en todas las condiciones de cosecha. Asimismo, se busca una absorción mínima de residuos vegetales por parte de la cosechadora, para evitar esfuerzos innecesarios en los dispositivos de separación y limpieza.

Mantenimiento 👉 Las piezas de desgaste se pueden reemplazar fácilmente según sea necesario, mientras que la altura de las puntas se puede ajustar rápidamente y sin herramientas mediante un simple mecanismo de tornillo.

Rastrojos 👉 Hay nuevos deflectores de tallo, que son livianos y se instalan directamente en el marco. Ubicados detrás de cada hilera, fracturan el rastrojo de maíz empujándolo hacia el suelo, lo que reduce la posibilidad de dañar los neumáticos y las orugas de la cosechadora.

Por Jorge Freites

Fuente: MaquiNAC