Argentina dio un nuevo paso en la carrera por conseguir la cereza más temprana del hemisferio sur.
A través de un ensayo realizado en la provincia de Jujuy, la empresa mendocina Güizzo Frutas Frescas S.A., liderada por los hermanos Fernando y Nicolás Güizzo, en colaboración con el productor de frutas de carozo más temprano de la región, obtuvieron fruta para cosechar este recién pasado 24 de septiembre.
Esto es un golpe a la cátedra ya que adelantó en varias semanas a las producciones más tempranas de cereza, que se disputan los propios Güizzo en Mendoza (Argentina) y los campos en Ovalle (región de Coquimbo, Chile), que centran sus esfuerzos en cosechar alrededor de la semana 42, en la medianía de octubre.
“El estudio se centra en un bloque experimental joven de 2.000 plantas de cerezos de distintas variedades de producción temprana”, explicó el gerente técnico Güizzo Frutas Frescas S.A., Nicolás Güizzo, a Redagrícola, en un jardín de variedades que incluye cultivares tradicionales como Brooks y Lapins pero también licenciados como las variedades de Zeiger (Royal), además de Nimba y Pacific Red.
De hecho, la variedad Royal Lynn (del programa genético Zeiger), fue la primera en estar lista para cosecha este 24 de septiembre.
El test block, ubicado a unos 50 kilómetros de San Salvador de Jujuy (Capital de Jujuy), está en una región que es frontera con Bolivia y está a la misma altura que la región de Antofagasta en Chile, y entregaría un microclima para la producción de carozos ultratempranos en una zona extrema para la producción.
Este ensayo fue injertado en 2022, y de acuerdo a Güizzo, “La fenología observada en los últimos 24 meses de estudio sugiere que, con ciertas variedades de bajo requerimiento de frío invernal, es posible adelantar la cosecha a la última semana de septiembre o la primera de octubre, tal como estamos viendo ahora”, explicó.
“Los desafíos a futuro se enfocan en mejorar las estrategias de inducción a la dormancia, ajustar el momento de la ruptura de la misma, y optimizar la sincronización de las variedades, entre otros aspectos. Todo esto con el fin de determinar los manejos agronómicos adecuados y cuáles variedades se adaptan mejor a las condiciones agroclimáticas de la zona”, agrega.
De hecho, estiman que algunas de las nuevas variedades de cerezas de bajo requerimiento de frío, desarrolladas por aquellos programas genéticos como Bloomfresh, SMS y Zaiger, que actualmente se prueban en zonas tempranas de Chile y Sudáfrica, podrían tener un gran potencial de adaptación en esta región.
“Como empresa innovadora en la producción de cerezas tempranas en Argentina, uno de nuestros principales objetivos es adelantar la ventana actual de cosecha en el norte de Mendoza, que se ubica en las semanas 42/43, para llevarla a las semanas 39/40 en el norte del país”, concluye Nicolás Güizzo.
ZONA MARGINAL
Esta zona al interior y extremo norte de Argentina, ya destaca por producir duraznos ultra tempranos para los trasandinos, y cuenta con infraestructura para soportar su producción. Es por ello que Güizzo Frutas Frescas pensó en esta zona para sus ensayos, entendiendo que ya existen packings y tecnología de frío apropiada para pensar en ampliar la producción en la zona.
Esta zona acumula entre 150 a 200 horas frío, de acuerdo a Nicolás Güizzo, aunque señala que es algo que puede variar cada año, dando como ejemplo que el año pasado las cifras no estuvieron ni cerca de los registros promedio, mientras que este año estuvo dentro de los márgenes.
Esto permitió que este año las plantas -que aún están en formación-, entregaran sus primeros frutos en este bloque experimental.
De hecho, Güizzo señaló a Redagrícola que esta cosecha ya está dando algunos lineamientos pensando a futuro. “Cuando hubo cuaje, a fecha de cosecha, se han respetado los mismos ciclos que uno tiene en Mendoza, de alrededor de 50 días, y eso nos da la perspectiva de que ajustando un par de cosas, podemos estar la última semana de septiembre con producción “, precisó.
¿Qué hace especial a esta zona, que permite el adelantamientos de estos frutales? Algunas de las características especiales que destaca Güizzo es que tienen un régimen de lluvias más bien de verano, con precipitaciones importantes entre enero y febrero. “Tiene además un invierno corto, si es que se puede llamar invierno”, comenta refiriéndose a las temperaturas más bien templadas, añadiendo que esto implica además que las plantas vegetan por más tiempo, lo que les plantea el desafío de frenar un poco ese crecimiento.
“Creemos que una de las claves va a ser dar algún tipo de señal a la planta para que trate de entrar en el invierno, ese es nuestro mayor desafío desde el punto de vista climático, porque hay temperaturas en marzo y todavía algo de lluvias”, destaca.
Agrega que “es una zona marginal, donde la fisiología de las plantas es totalmente distinta a Mendoza, y por ello el ensayo, donde esperamos ver las variedades que mejor se adapten, porque obviamente no son condiciones para todas las variedades”.
De hecho, destaca que debido a que en los dos años anteriores hubo días de mucho calor, eso hizo que fallaran algunos injertos. Actualmente, entre los manejos, están aplicando cianamida para compensar el frío, además de incisiones y fitoreguladores para estimular la ramificación de lateral y formar más la planta.
“Esto es una noticia en desarrollo, porque esta no es una zona de confort para la cereza, y va a haber que ir ajustando las técnicas para encontrar qué es lo mejor para la planta, porque para nosotros es clave que entren en dormancia temprano y no queden vegetando”, detalla Güizzo.
Fuente: Red Agricola