Muy cerca del inicio de la siembra de una nueva campaña de maíz, es bueno repasar algunos conceptos centrales sobre la calidad de siembra, que pueden impactar negativamente en el rendimiento.

El doctor Robert “Bob” Nielsen, gran amigo de la Fundación Producir Conservando y especialista de maíz de la Universidad de Purdue, Indiana, ha remarcado cada una de las veces que lo hemos visitado que la uniformidad, tanto espacial como de profundidad de siembra es sumamente importante. Las mermas de rendimiento que podemos tener por una emergencia desuniforme pueden ser importantes.

La relación entre el coeficiente de variación (CV) en la distribución espacial de la siembra y la disminución del rendimiento de maíz es compleja y depende de múltiples factores como las condiciones del suelo, el manejo del cultivo y el híbrido utilizado. Sin embargo, diversos estudios hablan de que, por cada punto porcentual de aumento en el CV, el rendimiento puede disminuir entre 0.5% y 1.5%. Esto marca claramente que un aumento en la variabilidad espacial de la siembra (es decir, una menor uniformidad en la distancia entre plantas) afecta negativamente el rendimiento, ya que se genera una competencia desigual entre plantas por recursos y una subutilización del área.

Minimizar el CV en la distribución espacial de las plantas es fundamental para maximizar el rendimiento.

La uniformidad en la profundidad de siembra del maíz es otro factor crucial que influye en el rendimiento, ya que afecta la uniformidad temporal en la emergencia y, por lo tanto, el desarrollo general de las plantas. Una siembra no uniforme en profundidad hará que algunas semillas germinen antes que otras. Las plantas que emergen más tarde quedan en desventaja competitiva en términos de acceso a luz, nutrientes y agua, lo que reduce su vigor y capacidad productiva.

Como resultado, cuando hay una diferencia significativa en la profundidad de siembra, el rendimiento puede disminuir entre 5% y 15%, dependiendo de la magnitud de la variabilidad. El sistema radicular también puede verse afectado. Las semillas sembradas demasiado profundas pueden tener problemas para emerger y, si lo logran, pueden producir plantas débiles con sistemas radiculares menos desarrollados. Por otro lado, las semillas sembradas a poca profundidad pueden sufrir estrés hídrico o ser más susceptibles a daños por temperatura. También las plantas con emergencias desiguales tienden a tener floración y madurez desincronizadas, lo que puede afectar el llenado de los granos.

Lograr una profundidad de siembra uniforme impacta tanto o más en el rendimiento que una buena distribución espacial.

La incorporación de tecnología en los cuerpos de siembra durante los últimos años ha sido increíble. Pasamos de sembradoras con placas mecánicas a sembradoras con dosificadores neumáticos. Luego aparecieron las que permitían variar densidad y dosis de fertilizante y hoy ya están disponibles las que cuentan con motores eléctricos en cada cuerpo, cortan y varían densidad surco por surco, permiten lograr una uniformidad espacial y de profundidad sin precedentes y lo que es incluso más sorprendente… pueden sembrar a velocidades de hasta 20 km/h.

Hay gran cantidad de estudios en los Estados Unidos en los que no se encuentran diferencias significativas en los rendimientos de maíz sembrados entre 6 y casi 20 km/h.

Estudio hecho en el campo experimental de Precision Planting (PTI Farm) en USA entre 2018 y 2020

Para poder sembrar bien a altas velocidades hay ciertas tecnologías que no pueden faltar en la sembradora.

Un dosificador neumático de alta precisión que permita eliminar los dobles y faltantes de semillas en el surco.

Un sistema de entrega de semilla al fondo del surco que permita a la semilla llegar sin golpear en las paredes del caño de bajada (Ej. Speedtube de Precision Planting o ExactEmerge de John Deere).

Calibrar bien los barrerastrojos es central para poder trabajar a altas velocidades
Ruedas compactadoras de semilla.

Contar con control de presión surco por surco (Downforce o Active Force por Ej)
Un sistema de cierre de surco con presión independiente que no deje nunca el surco abierto sin importar la velocidad de siembra o estado del suelo.

Esta tecnología ya está disponible hace tiempo en los Estados Unidos y hace menos tiempo en Argentina y seguramente veremos un rápido crecimiento de la adopción de la misma en los próximos años y con ello una mejora en los rendimientos del cultivo.

Fuente: Producir Conservando.org