Si hay algo que sabemos es que la Chicharrita (Dalbulus maidis) vector del achaparramiento o spiroplasma en maíz fue protagonista este 2024. Esta plaga que afectaba principalmente a maíces del norte del país, se convirtió en un problema en zonas donde antes no lo era.

Con su enorme potencial de daño y con pérdidas de rendimiento que pueden superar el 70%, es imposible no querer saber más sobre este tema. En el segundo episodio del streaming de Aapresid, "Levantando la Perdiz", tres especialistas intentaron responder estas y otras preguntas: el Ing. Agr. Augusto Casmuz de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), la Ing. Agr. y gerente del programa REM, Eugenia Niccia, y la Ing. Agr. Fabiana Malacarne, responsable del programa de plagas de ASA.

Fabiana Malacarne (ASA) explicó que el Spiroplasma es solo una de las enfermedades que transmite la famosa chicharrita, ya que se han identificado cuatro patógenos causantes de enfermedades con síntomas muy similares, y que por ese motivo se habla de "complejo del achaparramiento".

Augusto Casmuz, oriundo de Tucumán, conoce a la chicharrita desde los inicios de sus estudios, advirtiendo que no es una plaga nueva en su zona. Sin embargo, los invitados remarcaron que en la última campaña se juntaron todas las condiciones: inviernos benignos y lluvias dispares que llevaron a siembras escalonadas de maíz. Así, la chicharrita que se alimenta exclusivamente de este cultivo, pasó de un lote al otro con total firmeza, reproduciéndose sin control. El escaso monitoreo y el desconocimiento de la plaga en la zona Núcleo terminaron de generar el "combo fatal".

Según datos de la REM, en 2021/22 los efectos se observaban sólo en las provincias del norte. Con los mapeos actuales en proceso, se ha detectado la presencia de esta plaga hasta en el sur de Santa Fe y ciertas áreas de Buenos Aires.

Los invitados sumaron que el grueso de los híbridos de maíz usados mostraron una alta susceptibilidad a la plaga, y que incluso aquellos materiales catalogados como "resistentes" fueron destruidos. Pero mientras el mejoramiento genético - que lleva su tiempo - avanza en la búsqueda de materiales mejorados, se habló de la necesidad de un manejo integrado.

Los últimos fríos del invierno fueron de gran ayuda para hostigar una plaga que muere si se expone a temperaturas por debajo de los 5° por un tiempo prolongado. A esto debe sumarse el control de maíces voluntarios o guachos. "Si el productor controla estos maíces, el insecto queda sin alimento y sin lugar para reproducirse", afirmaron en LLP.
Otra clave importante es concentrar las fechas de siembra: si hay siembras escalonadas siempre tiene su hospedero donde reproducirse y alimentarse.

¿Qué pasará la próxima campaña?

Según los primeros datos de las encuestas de la REM de Aapresid, las expectativas de los productores de sembrar maíz disminuyeron en un 70%. Esto no necesariamente refleja un impacto real, pero sí muestra un temor en avanzar con la siembra.

De cara a la campaña que se avecina, se comenzó a gestar la implementación de una Red Nacional de Monitoreo que permite sondear la dinámica de la plaga. Esta une a las principales instituciones del país e implicó la colocación de 450 trampas distribuidas de forma homogénea en toda la superficie maicera del país en 5 zonas.

Al cierre del programa, Malacarne señaló que el panorama no debe dejar de preocuparnos si tenemos en cuenta que el maíz está presente en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana: desde la carne, los huevos, hasta el tanque de combustible y la pasta de dientes.

"Si hay menos maíz, su precio aumenta, y si su precio aumenta, también aumenta el costo de todos los derivados".

Fuente: Aapresid