En el próximo mes de agosto comenzará a operar una Red Nacional de Monitoreo de Dalbulus maidis (chicharrita del maíz), insecto vector de Spiroplasma, que recopilará datos sobre la evolución de la población y la capacidad de transmisión de la plaga en las diversas zonas productoras de maíz.
La red, impulsada por AAPPCE, Aapresid, CREA, EEAOC y Maizar, está terminando de implementar 450 trampas cromáticas adhesivas distribuidas en todas las regiones productivas, las cuales serán monitoreadas por técnicos de las instituciones participantes con la coordinación general de EEAOC y Maizar.
También contempla una red de monitoreo de infectividad en 45 sitios representativos, donde se colectarán individuos adultos de D. maidis para analizar mediante técnica molecular (PCR) la presencia y distribución nacional de los patógenos principales del complejo del Spiroplasma o “achaparramiento del maíz”, de manera tal de elaborar un mapa dinámico tanto de la población como del nivel de infectividad de la misma.
“Este año la información recolectada por la red va a servir como alarma, pero para poder armar modelos de distribución de la plaga se requiere recolectar datos durante muchos años”, explicó Lucas Cazado, coordinador de los Proyectos Plagas y Malezas CREA, durante una jornada agrícola organizada por la región CREA Sur de Santa Fe en la Sociedad Rural de Venado Tuerto.
“En el este de Catamarca, por ejemplo, hemos detectado poblaciones de chicharrita con elevados niveles de infectividad, los cuales se han ido reduciendo a medida que nos trasladábamos al este de Tucumán; contar con esa información va a resultar muy útil para diseñar estrategias de control de Spiroplasma”, comentó el técnico CREA.
Cazado indicó que la clave para poder reducir el riesgo de la enfermedad es controlar a las poblaciones de D. maidis, para lo cual resulta necesario concentrar las fechas de siembra y erradicar la presencia de maíz guacho o voluntario.
“Si en el mes de septiembre, por ejemplo, observamos 100 chicharritas en las trampas de una determinada zona, probablemente sea conveniente no sembrar maíz allí; pero si detectamos una baja población, entonces sí podríamos tomar la decisión de implantar el cultivo”, apuntó.
Cada quince días la Red Nacional de Monitoreo publicará informes sobre la evolución de la presencia del insecto en las diferentes regiones junto con el nivel de infectividad presente en la muestra seleccionada.
“En la próxima campaña vamos a tener herramientas para poder planificar el cultivo”, indicó Federico Zerboni, presidente de Maizar e integrante del CREA San Antonio de Areco (región Norte de Buenos Aires).
“Es un esfuerzo económico muy grande que se está haciendo para implementar la red, que se va a extender por tres años, pero permitirá contar con información clave para reducir el riesgo al momento de tomar decisiones de siembra”, agregó.
En el panel integrado por Cazado y Zerboni, que fue coordinado por Sergio Serra de Cigra (CREA Monte Maíz), también participó Manuel Ron, presidente de Bio4 (Bioetanol Río Cuarto) y de la Agencia Córdoba Innovar y Emprender.
Fuente: Contenidos Crea