PRIMERA QUINCENA SECA

Más allá de las lluvias que puedan darse entre el viernes y el domingo en sectores de la Mesopotamia, BA, LP y quizá algunas zonas del este santafesino, la oferta de agua sigue acoplada a la escasez que predomino durante el mes de mayo y que ya reflejamos en el comentario de la semana pasada. A pesar de esta escasez a gran escala, las condiciones ambientales han limitado significativamente la perdida de humedad desde el suelo. Es muy difícil valorar el aporte de las nieblas y lloviznas al balance hídrico, pero claramente las pérdidas se minimizan en estos contextos tan saturados de humedad en las capas bajas de la atmósfera.

Para estas fechas, ya se hace muy evidente el desplazamiento de la oferta de agua hacia la franja este del país. En última instancia, lo que sucede es que la retracción se vuelve más generalizada y también afecta a la franja este. Es lo que viene sucediendo en esta transición estacional. La segunda quincena de mayo ya había dado muestra de esto incluso en las zonas mesopotámicas que venían más húmedas. A pesar de estas circunstancias, la humedad para las siembras estuvo disponible y posiblemente el sudeste de BA, sea de las zonas donde se haya atrasado el trabajo de implantación a la espera de algún auxilio más generoso, el cual todavía tiene tiempo de ocurrir.

Como hemos mostrado en otras ocasiones, la necesidad de lluvias puede estimarse en forma teórica partiendo de la disponibilidad de humedad que arroja el balance hídrico.

Hace dos semanas, el área sin necesidad lluvias era muy extendida, sin embargo la continuidad del patrón seco ha promovido un secamiento, el entendemos que es más bien superficial. Hacemos hincapié en lo que mencionamos anteriormente. Es difícil evaluar el impacto favorable del ambiente húmedo sobre las reservas superficiales, es decir, este mapa debe considerarse como una situación que es posiblemente más exigente que la demanda que pueda verse a campo. Por otra parte, estamos simulando la necesidad para una pastura que ya venía con consumo. Lo que debemos ver como más certero, es que la señal sobre los lotes de un mes sin precipitaciones comienza a notarse, aunque por lo pronto no es de cuidado.

Las perspectivas de corto plazo plantean precipitaciones que se irán desplazando desde BA y LP hacia el norte de la Mesopotamia, con tendencia a dejar máximos más importantes sobre la provincia de Misiones, donde se están acumulando las lluvias más generosas.

Luego para lo que resta del mes, se mantendrá un escenario pluvial sin un repunte significativo en cuanto a volumen, sobre todo en la zona núcleo.

Se espera que desde el domingo, se concrete un ingreso de aire frío más intenso. Esto volvería el ambiente a una situación similar a la que se observó en el último tramo de mayo, con heladas que pueden avanzar sobre la zona núcleo. El enfriamiento para mañana puede dejar heladas en el sur de la región pampeana. El cambio de circulación al sudoeste durante el fin de semana favorecerá que las condiciones ambientales se alineen con el almanaque.

En resumen, la necesidad de precipitaciones está creciendo. Por lo pronto es un aumento que puede ser revertido con las herramientas pluviales del invierno, posiblemente ya más inviable en zonas del oeste de CB. La zona núcleo central tiene perfiles con acopio adecuado de humedad, sin embargo, las recargas superficiales serían valoradas.