Buenos Aires - En las últimas décadas, el planeta fue testigo de un crecimiento exponencial de la población y, con ella, una demanda creciente de la producción de alimentos con estándares de sustentabilidad cada vez más exigentes. Es así como la innovación empezó a cobrar relevancia en el día a día de la producción agropecuaria.
La División Soluciones para la agricultura de BASF está comprometida con la innovación que empuja hacia una agricultura más sustentable. También se enfoca en acompañar y entender al productor en una búsqueda del equilibrio entre atender las necesidades del medioambiente y de las comunidades, como así también la productividad.
Esta necesidad impulsa a BASF a ofrecer soluciones innovadoras y sostenibles, desde antes de la siembra hasta después de la cosecha.
“Trabajamos en la gestión de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), y más específicamente en la gestión responsable de envases de fitosanitarios junto a terceras partes aliadas. Hace aproximadamente dos años impulsamos las “camas biológicas”, que son el medio que permite procesar de manera 100% ecológica el agua de lavado de los envases, los equipos de aplicación y las maquinarias agrícolas con el objetivo de mitigar los riesgos de derrame y así no contaminar el suelo, napas y/o causes de agua. Actualmente seguimos fomentando su uso a través de capacitaciones y comunicación.” Afirmó Magdalena Sosa Beláustegui, Gerente de Stewardship.
Desde BASF, el puntapié inicial fue la implementación de camas biológicas en el Centro de Desarrollo Tecnológico en San Jerónimo, provincia de Santa Fe. Además junto al socio estratégico Sheuen, se realizó una instalación en la localidad de Laboulaye, Provincia de Córdoba.
Actualmente y, decididos a ir por más, BASF está trabajando en la instalación de camas biológicas en su Centro de Investigación y Desarrollo situado en Rojas, Provincia de Buenos Aires.
Dada la importancia de propagar este tipo de acciones, BASF está trabajando en la instalación de camas biológicas con cuatro clientes, proporcionando recomendaciones para la construcción, el manejo y el mantenimiento de las mismas.
La tecnología de las camas biológicas utiliza una biomezcla compuesta por un 50% de material vegetal con alto contenido de lignina, un 25% de suelo y otro 25% de compost o turba, aunque existen otras combinaciones posibles. La biomezcla favorece el crecimiento de microorganismos que degradan las moléculas de los productos fitosanitarios. Luego de este proceso, que lleva varios meses, el material se puede utilizar como abono para el lote o insumo para crear nuevas camas biológicas.
Estos microorganismos, o grupo de ellos, son los hongos de pudrición blanca u hongos degradadores de lignina.
Las camas biológicas nacieron a partir de un desarrollo en la década del ’90 en Suecia y, gracias a su éxito, en los últimos 10 años se avanzó fuertemente en ello en nuestro país. Si bien existen distintos tipos de camas biológicas que se adaptan a cada situación, entre sus ventajas se encuentran la facilidad de implementación, su relación costo-beneficio y que pueden utilizarse materiales reciclados para su fabricación. Además, todas están validadas por las normas IRAM vigentes.
De todas formas, las camas biológicas por si solas no mitigan el riesgo. Por ello, BASF acompaña con capacitaciones y herramientas que promueven las Buenas Prácticas Agrícolas, en un trabajo conjunto con toda la cadena de valor del sector agropecuario.
Iniciativas como las camas biológicas son un ejemplo del cuidado del medio ambiente y economía circular, uniendo a toda la cadena de valor bajo un mismo propósito. BASF impulsa este tipo de tecnologías ratificando el compromiso de continuar acercando soluciones innovadoras a los productores para evolucionar hacia una agricultura cada vez más sustentable.