Por ello, resulta llamativo que desde UATRE se realicen afirmaciones temerarias y mendaces sobre los cambios introducidos, desnudando una clara intencionalidad política que poco aporta a la verdad y sólo busca confundir.
En este accionar, el gremio empaña, ensucia y estropea una relación que debiera ser madura y responsable entre las partes, ya que propina descalificaciones que ni siquiera debieran ser consideradas, pero ante semejante nivel de dislate y agresividad, desde CRA estamos obligados a exponer la realidad de las cosas.
En ese sentido, se ha afirmado de manera falsa e irresponsable sobre un porcentaje elevadísimo de trabajadores rurales no registrados. Es tan disparatada la acusación que, de haber sido así, el sector agropecuario tendría un millón cien mil trabajadores de los cuales setecientos setenta mil estarían de manera irregular. Para ello el sector agropecuario debería emplear la sexta parte de la totalidad de los trabajadores del sector privado de la argentina en forma directa. Un disparate sin pies ni cabeza. Es más, no sólo no es cierto, sino que el sector rural tiene una registración laboral muy alta y una permanencia en sus trabajos que mayoritariamente se distingue de las demás actividades.
Sería sumamente positivo que el gremio que representa a los trabajadores rurales trabaje en verdad por los derechos de los mismos, y en ese sentido la mejor gestión que podría hacer es poner el acento en que funcione su obra social, OSPRERA, ya que hace meses que no cubre las necesidades en materia de salud de sus afiliados. Para colmo, cabe recordar que durante el gobierno anterior fue la cuarta obra social que más dinero recibió del Fondo Solidario de Redistribución del gobierno nacional en la anterior gestión: unos 30 mil millones de pesos.
Fuente: Confederaciones Rurales Argentinas