• Este documento actualiza la comparación de precios minoristas de carne bovina en países de la región, trabajo que viene realizando IERAL en conjunto con la Sociedad Rural del Noreste Santiagueño desde hace varios años. El interrogante que se trata de responder es el siguiente, ¿el precio que pagan los consumidores en Argentina cuando compran carne bovina es alto o bajo en perspectiva a los valores que se pueden encontrar en países de la región, en aquellos a priori comparables?
• Se trata de un interrogante cuya respuesta es relevante por varios motivos. En primer lugar, como referencia respecto a lo que puede esperar un consumidor local respecto a los precios de la carne bovina en los próximos meses; segundo, para la política pública sectorial es importante conocer los valores a los efectos de monitorear el mercado y evaluar posibles cambios en impuestos y/o regulaciones que todavía aplican sobre el sector; tercero, para la propia cadena de hacienda y carne bovina es importante analizar la alineación que muestran los precios internos con los de la región, a los efectos de poder detectar desajustes de tipo cíclicos, que más tarde o más temprano, tenderán a revertirse.
• Con el propósito antes mencionado se realiza una primera comparación de precios consumidor para un conjunto de cortes en tres países: Argentina, Uruguay y Chile, utilizando bases estadísticas de organismos oficiales (o instituciones mixtas, caso del IPCVA en Argentina) con la última información disponible en cada país (en esta oportunidad, mes de marzo). Luego se realiza una segunda comparación, un relevamiento propio de precios online en supermercados, para tener una foto más actualizada de los valores sumado a que este relevamiento de precios on line permite incorporar a dos países más, Brasil y Paraguay, que llamativamente no cuentan con información pública y periódica de precios de carne bovina.
• La primera comparación entre Uruguay y Argentina se basa en precios de organismos públicos e instituciones mixtas, incluyendo 12 cortes de carne bovina nivel consumidor final (se eligen los mismos para ambos países), para el mes de marzo; se encuentra que el precio medio de esta canasta era de USD 9,0 el kilo en Uruguay y de USD 7,2 en Argentina (en ambos casos a tipo de cambio exportador), es decir, en promedio, la carne en Argentina se ubicaba un 19,6% por debajo de la carne en Uruguay al mes de marzo. La magnitud de la brecha se viene cerrando en los últimos meses aunque aún parece elevada teniendo en cuenta el promedio de la serie, de una magnitud del 10% favorable a Argentina.
• Por su parte, la primera comparación entre Chile y Argentina se basa en precios de organismos públicos y entidades representativas del sector, incluyendo 13 cortes de carne bovina nivel consumidor final (similares para ambos países), para el mes de marzo; se encuentra que el precio medio de esta canasta era de USD 10,7 el kilo en el país vecino, mientras que de USD 8,53 el kilo en Argentina. Para el mes de referencia, la carne bovina era un 20,4% más barata en Argentina que en Chile. Aquí también se observa un descenso significativo de la brecha entre ambos países en los últimos meses, y a diferencia de la comparación con Uruguay, la magnitud de la misma con el país transandino está por debajo de la media histórica (31%).
• Como se mencionase, se realizó un relevamiento en tiendas on line de supermercados en la tercera semana de abril en los tres países antes mencionados (Argentina, Uruguay y Chile) y también en Brasil y Paraguay. Esta medición alcanzó a 21 supermercados y más de 180 precios de cortes de carne bovina de los 5 países, encontrándose que el precio medio de una canasta de 8 cortes de calidad media/alta era de $9.413 por kilo en Argentina, de $8.855 por kilo en Brasil, de $6.644 en Paraguay, de $11.681 en Uruguay y de $12.397 en Chile.
• Valuado a dólar exportador de abril en Argentina, el precio minorista de la carne bovina (promedio 8 cortes) que se vende en supermercados de la región se ubica en un rango de entre USD 7 y USD 14 / kilo (tercera semana de abril), con Argentina situándose muy cerca de la media del rango anterior (USD 10,4 / kilo), pero en un valor alto para lo que han sido los precios internos en los últimos años (un fenómeno similar se observa en todos los países de la región).
Los precios de los supermercados revelan que el país sigue teniendo, incluso después de las últimas subas de la hacienda y los elevados niveles de inflación, una carne bovina más barata que en Uruguay y Chile. También muestra que la carne cuesta casi lo mismo que lo que vale en Brasil, país que, debe recordarse, es exportador líder y posiblemente ostente la mayor competitividad a nivel mundial (menores costos) en materia de precios de hacienda y carne bovina.
• Con el objetivo de tener más perspectiva, se analizan los resultados de los 9 relevamientos realizados desde el 2021 y hasta el presente; en todos los casos se muestran precios promedios (en pesos argentinos) de una muestra de cortes, y los valores se expresan en poder de compra constante (se ajusta con IPC Argentina, a precios de abril de 2024). Se observa que en todos los relevamientos la brecha de precios se mantuvo favorable a Argentina en la comparación con Uruguay y también con Chile, siendo más amplia la diferencia con el país transandino; la brecha promedio de estos 9 relevamientos es del 22,7% con Chile y del 13,7% con Uruguay.
• Respecto a Brasil, se advierte que nunca hubo una brecha importante y de un mismo signo entre estos dos países: en 4 de los 9 relevamientos la carne estuvo más barata en Argentina, y en los 5 restantes la relación fue favorable a Brasil. Nótese que, en el relevamiento de enero del año previo, la carne estaba 11,4% más barata en Argentina que en el socio mayor del Mercosur, diferencia que desapareció con el transcurso de los meses, llegando a diciembre con una carne un 1,9% más cara en Argentina aunque ampliándose en este comienzo de año.
En este documento se actualiza la comparación de precios minoristas de carne bovina en países de la región, trabajo que viene realizando IERAL en conjunto con la Sociedad Rural del Noreste Santiagueño desde hace varios años.
Como en los informes anteriores, el interrogante que se trata de responder es el siguiente, ¿el precio que pagan los consumidores en Argentina cuando compran carne bovina es alto o bajo en perspectiva a los valores que se pueden encontrar en países de la región, en aquellos a priori comparables?
Se trata de un interrogante cuya respuesta es relevante por varios motivos. En primer lugar, como referencia respecto a lo que puede esperar un consumidor local respecto a los precios de la carne bovina en los próximos meses; debe advertirse que este consumidor viene ajustando sus compras en lo que va del año por caída de ingresos, y se encuentra seguramente a la expectativa de que el programa de estabilización macroeconómica que lleva adelante el nuevo gobierno avance satisfactoriamente, que la economía empiece su recuperación, para de esa forma poder volver a niveles de consumo más cercanos a los que se tenía en períodos anteriores.
Segundo, para la política pública sectorial es importante tener referencias de valores a nivel de la región, a los efectos de monitorear lo que sucede en el mercado y evaluar posibles cambios en impuestos y/o regulaciones que todavía aplican sobre el sector. Debe recordarse que al finalizar el año 2023 quedó sin efecto la restricción que pesaba sobre la exportación de 7 cortes de carne de consumo popular, que ya no quedan restricciones similares de tipo cuantitativas, pero que sí permanecen activos Derechos de Exportación sobre el complejo bovino, un impuesto que no se aplica en los países vecinos y que en algún momento debe ser removido.
Tercero, para la propia cadena de hacienda y carne es importante tener referencias respecto de cómo se ubican los precios locales respecto a los que rigen en mercados de competidores, del grado de alineación que muestran los precios internos con los de la región, a los efectos de poder detectar desajustes de tipo cíclicos, que más tarde o más temprano, tienden a revertirse.
Tal como se realizase en informes previos, lo que se hace entonces es una comparación de precios consumidor de un conjunto de cortes de carne bovina, con la diferencia de que desde hace tres ediciones se incluyen cinco países: Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, utilizando las bases estadísticas que dispone y publica cada país (ya sea vía algún organismo del Estado y/o alguna institución que tiene interés en el desarrollo del producto, caso del IPCVA en Argentina) y, también acudiendo a un relevamiento propio de precios en línea en supermercados (realizado en la tercera semana de abril).
El relevamiento de precios on line se realiza por dos motivos: a) para contar con una foto que refleje lo mejor posible la situación actual; b) para poder incorporar a Brasil y Paraguay en la comparación, países que llamativamente no disponen de información periódica de precios de fuentes públicas como sí la tienen sus tres vecinos.
Algunas apreciaciones conceptuales
En una economía globalizada, con integración comercial y mercados competitivos, el precio de la carne bovina, como el todo bien transable, tiende a converger entre países. Si el país A contase con un precio de la carne que fuese superior al del país B, los productores tendrán incentivos a re-direccionar carne desde el país B hacia el país A, cuando ello suceda la mayor oferta en el país A generará una baja de precios, mientras que sucederá lo contrario en el país B, y los precios tenderán a converger. Esto se llama arbitraje de precios, se genera en economías abiertas, predispuestas al comercio y con agentes económicos que están buscando permanentemente realizar los “mejores negocios” para sus productos.
En economías integradas, las únicas diferencias de precios que pueden ser permanentes (que no pueden ser eliminadas vía arbitraje) a nivel de “frontera”,5 son aquellas que están asociadas a costos de transporte (llevar la carne desde un país al otro), a costos impositivos (impuestos aduaneros) y/o a regulaciones sobre el comercio exterior (por ejemplo, cuotas de importación).
Por otra parte, el consumidor final pagará más cara la carne en un país que en el otro si, por caso, existiese diferencia en la carga tributaria aplicada sobre los bienes de consumo; el comercio global hace que los precios se nivelen “en frontera”, pero cuando el producto llega a los centros de distribución, a las góndolas de los supermercados, a las heladeras de las carnicerías, los impuestos indirectos (en sus distintas posibles modalidades, Impuesto a los Ingresos Brutos, IVA, Impuesto a las Ventas Minoristas, Impuesto a las Ventas Finales, etc.) pueden encarecer un producto más en un país que en otro. Esto mismo ocurre también si hay muchas diferencias salariales, de tarifas de energía, de alquiler o de otros rubros que forman parte de los costos comerciales (y que por ende determinan los márgenes mayoristas / distribución / minoristas); de este modo, una ciudad con salarios y servicios más altos que otra tendrá, ceteris paribus el resto de variables relevantes, una carne más cara a consumidor final.
Por todo lo anterior, los países exportadores de la región, caso de Brasil, Paraguay o de Uruguay, no deberían tener precios internos de carne muy diferentes a los de Argentina (la proximidad geográfica y el arbitraje debería nivelarlos bastante, nuestros salarios no son tan diferentes a los de los vecinos y así en general con todas las variables). Mientras que, por el contrario, los precios en países europeos sí deberían ser más altos que los de nuestra región, los principales países de Europa son importadores netos, aplican aranceles y cuotas de importación (por ejemplo, la famosa cuota Hilton), tienen salarios más altos, etc., todos factores que encarecen la carne en góndola.
En este apartado lo que se hace es comparar precios de carne bovina nivel consumidor entre países “comparables”, como son los cuatro exportadores de la región antes mencionados, y también se suma a Chile, que es importador, y que, de acuerdo al marco conceptual simple antes referido, debería tener una carne un poco más cara que la de sus vecinos (la diferencia no debería ser grande dado que Chile es una economía muy abierta, con aranceles muy bajos).
Ahora bien, antes de mostrar los resultados, vale aclarar lo siguiente: no es tan sencillo comparar el precio consumidor de la carne bovina entre países. El problema es que no hay un “único y homogéneo producto carne”. Sucede que hay diferencias de calidad (asociadas al tipo, la edad, el sistema de alimentación del animal), de denominación (¿a qué parte del animal refieren los distintos cortes y sus nombres en cada país?), de forma de presentación y grado de perecibilidad (producto envasado al vacío, en bandejas, en mostrador con asistencia del carnicero, en trozo, en bifes), etc., que hacen que no resulte tan sencilla esta comparación.
Estos problemas de “comparación” antes mencionados se pueden resolver mejor mientras más información se dispone. ¿Con qué información se cuenta?
En los índices de precios al consumidor que cada país elabora de forma mensual, la carne bovina es uno de los productos que se monitorean (en general se incluyen varios cortes de carne en la canasta de bienes y servicios finales). En la mayoría de países se publican (no en todos), junto con los resultados generales en materia de inflación, un detalle de los precios que han sido relevados e incluidos en cada medición; por ejemplo, así lo hacen el INDEC, la Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, o el INE de Uruguay.7 Además de estas bases asociadas a los IPC, Argentina cuenta con un monitoreo mensual de una canasta muy amplia y completa de precios de cortes de carne bovina, que realiza el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna. En Chile, la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA) realiza un relevamiento semanal de una lista importante de precios al consumidor, entre los que incluye, entre otros productos, varios cortes de carne bovina.8 En Uruguay, el Ministerio de Economía y Finanzas, cuenta con un Sistema de Información de Precios al Consumidor, que abarca una canasta amplia de productos (incluyendo alimentos, y dentro de este grupo, carnes), bajo el que se realizan relevamientos mensuales de precios en más de 500 establecimientos comerciales (supermercados, autoservicios, despensas, carnicerías) y que dispone de un web site que permite la comparación de valores entre zonas y puntos de venta.9 Para Brasil y Paraguay, lamentablemente (y llamativamente dada la importancia que tiene la cadena de la carne bovina en esos países, en especial, en Brasil), no se han encontrado bases y series estadísticas con precios consumidor, históricos y presentes, las que aparentemente no existen en forma pública, de acuerdo a consultas realizadas con especialistas del país.
Finalmente, lo que sí se tiene para todos los países, incluyendo Brasil y Paraguay, son precios on line en supermercados, es decir los valores que en la tercera semana de abril de 2024 se estaban pidiendo por los distintos cortes de carne en esos centros de expendio. Al final de esta sección se presenta una comparación de estos precios online
Argentina en perspectiva a Uruguay
En el IPC de Uruguay se monitorean e incluyen mensualmente precios al consumidor de 12 cortes de carne bovina;10 al expresarlos en una misma moneda (USD), estos precios pueden compararse con los precios de similares cortes de la base del IPCVA. En el mes de marzo de 2024, el precio medio de estos 12 cortes en Uruguay era de USD 9,0 por kilo, mientras que en Argentina de USD 7,2. De estas estadísticas puede inferirse que, en promedio, la carne argentina era un 19,6% más barata que en Uruguay (Tabla 1).
Esta misma comparación puede realizarse para un período más largo, entre 2015 y 2024. En esta película se observa que Argentina tuvo carne más cara que el vecino entre los meses de enero 2015 y diciembre 2017, y más barata a partir de allí, con la excepción del mes de noviembre de 2023. A fines de 2019, a consecuencia de la devaluación del peso argentino, la carne en comercios locales llegó a estar 40% más barata (en promedio) que la carne uruguaya, brecha que se fue cerrando en el 2020 y 2021. Obsérvese que cuando el gobierno argentino determinó el cierre de exportaciones y empezó con fuertes intervenciones sobre el mercado (mayo 2021), la carne estaba 9% más barata en este país que en el vecino, un dato que refuerza la irracionalidad de la decisión tomada en ese momento.
Poniendo foco en los datos más recientes, desde octubre del 2021 la brecha entre los precios de ambos países comenzó a cerrarse hasta prácticamente desaparecer a inicios del 2022; en el mes de junio comenzó a ampliarse nuevamente y finalizó el 2022 en el orden del 28%.
Por último a lo largo del 2023 hubo movimientos significativos en el precio de la carne en Argentina que influyeron sobre la brecha. Se produjeron ajustes fuertes en los precios de la hacienda y la carne a principios de año y luego en agosto; estos saltos hicieron fluctuar la brecha que se ubicó entre el 5% y 30%. Sobre el final del año, la ampliación del programa del dólar exportador para complejos como el bovino sumado al sinceramiento del tipo de cambio por parte del nuevo gobierno en diciembre llevó la brecha al orden del 30%. Este 2024 comenzó con un sendero de relativa estabilidad que impulso un descenso de la brecha hacía el mes de marzo a una magnitud del 19,6%
Con el objeto de tener una comparación más actualizada se relevaron precios de 10 cortes en Argentina y Uruguay en supermercados que cuentan con tiendas online, en la tercera semana de abril de este año. En el caso de Argentina, se registraron precios de supermercados Jumbo, Vea Coto y Dinosaurio Mall, mientras que para Uruguay se hizo lo propio con los supermercados Tienda Inglesa y Devoto.
Según este relevamiento, el precio promedio del kilo de carne de una canasta de 10 cortes se encontraba en Argentina un 14,7% por debajo de Uruguay, un tanto menor que la magnitud que surge a partir de la comparación con fuentes oficiales.
Si bien el costo promedio por kilo de la canasta conformada era menor en Argentina (se determina a partir de un promedio simple de los precios individuales), al interior de la canasta aparecen algunos matices importantes entre cortes, mientras algunos son claramente superiores en Uruguay (Lomo, Vacío, Peceto), otros mantienen un precio más elevado en Argentina (Paleta, Matambre).
Argentina en perspectiva a Chile
Se comparan los precios de 13 cortes de carne bovina relevados por ODEPA en Chile con sus similares en Argentina (IPCVA) para el mes de marzo de 2024. El precio promedio de estos cortes en el país trasandino fue de USD 10,7 el kilo, mientras que en Argentina de USD 8,53/ kilo. En el mes de referencia, la carne bovina era un 20,4% más barata en Argentina que en Chile, a nivel consumidor final. A diferencia del relevamiento previo aquí vemos que solo para 1 de los 13 cortes el precio era menor en Chile que en nuestro país.
A los efectos de tener una referencia dinámica, se calcula la brecha de precios a lo largo del período que comprende desde enero de 2019 a marzo de 2024. Se presentan los resultados en el Gráfico 3, en el que puede observarse que Argentina exhibe precios sistemáticamente menores a los de su vecino durante todo el período, con una diferencia a favor del país que se ubica en la mayor parte del tiempo en un rango de entre 15% y 45%, con algunos pocos meses por debajo del 10%.
En los primeros meses del año 2022 la brecha era del 18%, para luego comenzar a cerrarse y alcanzar valores por debajo del promedio del periodo bajo análisis, con un mínimo del 5% en julio; a partir de allí la misma comenzó nuevamente a ampliarse para llegar hacia fines del mismo año al 34%.
El año 2023 fue un año de muchos movimientos en la brecha, que llego a un máximo en enero del 39% y fluctuó a lo largo del año teniendo un mínimo del 12% en el mes de setiembre, tanto por un ajuste de precios de hacienda dado en agosto pero también debido a un encarecimiento del precio de la carne en dólares como consecuencia de un tipo de cambio oficial rezagado. A partir de octubre con la inclusión del complejo bovino en el programa del dólar exportador y posteriormente el sinceramiento del tipo de cambio oficial llevado a cabo por el nuevo gobierno hicieron que la magnitud de la brecha hacia final del año sea del 38%. Por último, este 2024 comenzó con un sendero de descenso de la misma llegando al mes de marzo en el orden del 20,4%
Finalmente, al igual que en la sección previa, se realiza una comparación de precios de tiendas on line en Chile y Argentina para la tercera semana de abril de 2024 en busca de un panorama más actualizado.
En el caso de Argentina se trata de los mismos supermercados antes mencionados, mientras que en Chile20 se relevan los supermercados Jumbo21, Santa Isabel y Unimarc.
El precio medio de 10 cortes relevados en Chile es de $11.704 (pesos argentinos por kilo), mientras que en Argentina de $9.106, lo que equivale a una brecha del 22,2% a favor de Argentina (nótese que este porcentaje es ligeramente mayor al que surge de la comparación de precios de fuentes oficiales para el mes de marzo)
Argentina en perspectiva a Brasil
Como se mencionase anteriormente, en Brasil no se dispone de una base de precios de cortes de carne de fuentes oficiales y/o de instituciones de la cadena como en los restantes países. En los IPC que elabora el gobierno nacional no están disponibles los precios medios de los productos que se incluyen en el índice y tampoco parecería haber entidades como el IPCVA de Argentina u ODEPA en Chile que realicen relevamientos periódicos de precios de carne (o en caso que los realicen, no los hacen públicos de una manera accesible).
Debido al motivo antes mencionado, la comparación con Brasil se limita a los valores de las tiendas online de los supermercados para la tercera semana de abril. En este caso, por tamaño y diversidad regional de Brasil, se relevaron precios24 en más supermercados y/o tiendas on line, los casos de Carrefour, Pao de Azucar, SuperMago, Mambo, Club Extra, SuperPrix y Supermercado Boa31 para un conjunto de 8 cortes de carne, tomándose los valores promedios obtenidos. El precio promedio de estos 8 cortes es de $8.855 / kilo en Brasil, levemente por debajo del valor medio de Argentina ($9.413/ kilo). Para esta canasta de 8 cortes Argentina aparece con un precio promedio 6,3% más alto que Brasil. Al interior de la canasta de los cortes seleccionados hay matices, si bien el precio promedio no difiere en gran magnitud, Brasil contaba con 2 cortes más caros (Lomo y Cuadril), teniendo los restantes precios más elevados en Argentina (Bola de lomo, Peceto, Colita de Cuadril, Vacío, Aguja y Nalga).
Fuente: Fundación Mediterránea