Aprender a hacer un abono orgánico en casa puede ser de gran utilidad. Este abono, aparte de proporcionar beneficios esenciales para nuestras plantas, promueve una forma sustentable de utilizar los desechos generados en casa.
El proceso para elaborar este abono orgánico es sencillo y económico, ya que se basa en aprovechar los desechos de las frutas y hortalizas que se consumen en casa.
La lista de ingredientes puede variar, pero ejemplos comunes incluyen la cáscara de plátano, los restos de manzana, lechuga, zanahoria, pepino y cualquier otro desecho vegetal no procesado. Estos restos, que se suelen descartar, contienen nutrientes esenciales para las plantas, por lo que su aprovechamiento evita el desperdicio de un recurso valioso.
Para realizar el abono, se pueden guardar los desechos en una bolsa y congelarlos para prevenir su descomposición antes de su uso.
Posteriormente, cuando se haya acumulado una cantidad suficiente, se colocan los desechos en una olla, se cubren con agua y se hierven durante 5 minutos. Una vez hervida la mezcla, se deja enfriar hasta llegar a temperatura ambiente y luego se cuela para separar el agua de los desechos.
En este punto, algunos podrían optar por medir la conductividad eléctrica de la mezcla con un conductímetro para verificar la presencia de nutrientes. Sin embargo, este paso no es esencial para la preparación del abono.
Una vez preparado, es crucial conservar el abono en un lugar oscuro y fresco para evitar su fermentación. Aunque la fermentación no perjudica a las plantas, se recomienda evitarla y preparar solo la cantidad de abono que se vaya a utilizar durante un periodo de 7 días para asegurar su efectividad.
Más sobre el Abono Orgánico en casa
Es importante recordar que todas las plantas tienen un límite de tolerancia para la concentración de nutrientes. Si se aplica un abono que sobrepasa este límite, la planta podría morir. Para evitarlo, se puede diluir el abono con agua, lo que permite que la planta lo absorba sin problemas.
Este abono orgánico sirve para cualquier tipo de planta y es muy efectivo al aplicarse de forma líquida, pues los nutrientes se absorben más rápidamente que los sólidos. Los desechos sobrantes después de hervirlos aún pueden usarse para hacer composta, lo que maximiza su utilidad.
Al utilizar solo desechos vegetales no procesados y cáscaras de huevo (previamente secadas al sol) se puede obtener un abono rico y variado en nutrientes. A pesar de que no se pueda determinar con precisión la composición exacta de nutrientes, se garantiza que el abono contenga una buena variedad de estos, lo que resulta muy beneficioso para nuestras plantas.
Como una práctica sostenible y de bajo coste, hacer abono orgánico en casa es un hábito valioso para cualquier amante de la jardinería. La mejora observable en la salud y el crecimiento de las plantas es una recompensa gratificante por el esfuerzo invertido. Al seguir experimentando y aprendiendo, es posible optimizar el proceso y obtener resultados aún más impresionantes.
Fuente: Portal Fruticola