TENDENCIAS CLIMÁTICAS
Los pronósticos que permiten monitorear la posición del indicador ENSO, mantienen lo que expresaban las tendencias de los meses previos. Seguiremos bajo la influencia del fenómeno de El Niño durante lo que resta de marzo y abril, con una rápida caída a la neutralidad durante el bimestre de transición hacia el invierno y un potencial resurgir de un enfriamiento hacia los meses de primavera. Es decir aparece un escenario Niña con una probabilidad del setenta por ciento para los meses de primavera. Aún falta un recorrido importante y transitamos meses de cierta incerteza, pero, nobleza obliga, para estas fechas del año pasado nos aferrábamos con fuerza a la posibilidad de un calentamiento que confluyera en EL Niño, algo que finalmente se validó. En este sentido debemos ser cautos, pero considerar como razonable que esta la evolución prevista se vaya consolidando.
Como podemos ver en el mapa, toda la cuenca del Pacifico Ecuatorial se mantiene bajo la influencia de una anomalía cálida, es decir un calentamiento de las aguas superficiales. Este patrón sin mayores cambios recién debería comenzar a ceder conforme avance el mes de abril. Sera un buen ejercicio, ver cuál es la evolución de esta anomalía hacia la neutralidad.
Es razonable pensar que cuanto más rápido se concrete este cambio, la mezcla con aguas frías profundas ya habrán comenzado a operar, lo cual sería un indicador a favor de lo que anticipan los modelos de pronóstico para finales de invierno y comienzos de primavera.
Destacamos que en este comienzo de marzo, tanto el Pacifico sur, como el mar Argentino, presentan anomalías cálidas. Son noticias favorables en cuanto a la posibilidad de que las mismas sirven para morigerar los efectos de los enfriamientos prematuros. Es poco probable que en esta época se den irrupciones de aire polar, pero cuando el mar vecino a la costa esta mas frio que lo normal, pueden darse circulaciones de aire que dejen mínimas peligrosas para el sur. Este no sería el caso.
Descontando que el fenómeno de El Niño se mantendrá como un forzante positivo para este próximo bimestre. Esto, de hecho, lo venimos notando con una contundencia que en el centro este de la región pampeana ha resultado hasta perjudicial, aunque no tanto en las áreas agrícolas principales, sino más bien en zonas urbanas. El litoral y la Mesopotamia también quedan como potenciales receptores de lluvias sobreabundantes, pero en la segunda parte del mes.
Es importante hacer hincapié en lo que comentamos antes. Lo que suceda en marzo y abril ya permitirá empezar a configurar el escenario de siembras para la próxima fina, teniendo en cuenta para el desarrollo de estas estrategias la posibilidad de una salida hacia una primavera Niña. En este sentido, se podrán definir con claridad las áreas más vulnerables a las deficiencias pluviales potenciales de la primavera, teniendo en cuenta los matices en el acopio de reservas que se irán configurando durante el próximo bimestre. A priori, no tenemos elementos como para augurar un bimestre malo en cuanto a lluvias en las zonas con potencial para la fina. Luego, como se sabe, no solo son los totales pluviales los que contribuyen a la eficiencia del acopio de agua, es importante la intensidad y la distribución temporal.
Las grandes lluvias que estamos viendo desde el viernes pasado, no necesariamente han estado bien distribuidas. Los máximos se han concentrado del centro para el sudeste bonaerense y por estos días en el este de la zona núcleo. Lo más importante es que las zonas mediterráneas consoliden buenos perfiles de humedad, las áreas trigueras del este o el sudeste bonaerense tienen un margen de recarga de humedad bastante más extendido y en general son zonas con muy baja probabilidad de encontrarse en sequia para el mes de junio.
Todavía estamos en época en que pueden reconstruirse circulaciones atmosféricas que generen olas de calor. De acuerdo a como vino evolucionando la campaña, es poco probable que esta transición verano otoño presente este escenario como el más probable.
Estimamos que si bien aún transitamos la inercia del calentamiento estacional del continente y que la primera quincena de marzo puede ser más cálida que la segunda, no sería probable que se regenere un ambiente con la hostilidad térmica como el que se dio de enero para febrero. En definitiva, asignamos bajas chances de que se observen otras olas de calor, principalmente en la zona central del país, el norte si tiene una circulación de aire donde las temperaturas siguen siendo más elevadas, por estos días por encima de los 38ºC.
CONCLUSIONES
De acuerdo al diagnóstico climático del último período y al análisis de los principales indicadores de escala global y regional, proyectamos el siguiente comportamiento pluvial y térmico para el próximo bimestre:
1. El fenómeno de El Niño se mantendrá sin variantes durante lo que resta de marzo, decayendo progresivamente en abril. Se neutraliza en mayo.
2. Lluvias con potenciales desvíos positivos en el centro este de la región pampeana, Litoral y Mesopotamia. Totales más cercanos a los normales en el resto de las zonas productivas.
3. En cuanto a temperaturas, no se perfilan situaciones que pueden anticipar enfriamientos de riesgo. Es baja la chance de heladas tempranas.