MOMENTO BISAGRA
La modificación de las condiciones ambientales es un aporte no menor luego de la mejora pluvial. La circulación del este y sudeste han mantenido las temperaturas bajo control, con noches frescas y máximas cálidas pero sin alcanzar valores hostiles. Luego del cambio de masa de aire ingresamos en un período de mayor estabilidad.
Así llegamos a la última semana del mes como para lograr afianzar la recuperación que han logrado los cultivos con las últimas precipitaciones, hace casi diez días. Por cierto, los eventos pluviales no logran recomponer la frecuencia que tuvieron entre mediados de octubre y mediados de enero. Este hasta el momento fue el período en que las lluvias estuvieron con una oferta más continua. Todavía es posible ir hacia un mes de marzo más húmedo. Como sea el aventón que daría a los resultados de la gruesa un buen evento pluvial en esta última semana de febrero, sería decisivo.
Las reservas de humedad evidenciaron una mejora importante, pero la misma aún no se constituye en una garantía como para cerrar el ciclo. En general antes de que cediera la ola de calor, la demanda que podía estimarse como para generalizar una subida de reservas a niveles adecuados u óptimos oscilaba en torno a los ochenta milímetros. En algunos sectores este volumen de lluvia se alcanzó, pero en otros sectores la oferta quedo a mitad de camino, la zona central de la cuenca del salado bonaerense uno de ellos.
Ponemos énfasis en el cambio de ambiente porque el acopio de reservas no ha sido suficiente como para enfrentar temperaturas veraniegas hostiles. Este entorno más fresco que lo habitual puede dar mayor margen de humedad como para alcanzar la última semana del mes con cultivares que se mantengan relativamente bien. Las lluvias han sido oportunas, pero como mencionamos, no han generado la holgura necesaria en los perfiles.
Para ver donde estamos parados, podemos focalizar nuestra atención en la demanda pluvial para lo que resta del mes. Partiendo de las condiciones actuales y considerando como cobertura una pastura que ha tenido una demanda constante a lo largo del ciclo, podemos estimar la potencial necesidad de precipitaciones. Donde ha llovido en forma más escasa, este mapa seguramente podrá leerse con una cercanía más próxima a la realidad a campo. En los sectores mejor provistos, la demanda puede ser menor a la que presenta el mapa. Dado que estamos transitando una secuencia de días con exigencias ambientales inferiores a las normales, también es posible especular que allí donde la demanda crece a valores significativos, los cultivares tienen potencial como para arreglarse con menos. En cualquier caso es necesario que las precipitaciones aparezcan antes de finalizar el mes de febrero. Si bien en muchos sectores los acumulados ya alcanzaron la media mensual, la distribución temporal atenta contra la eficiencia del uso del recurso pluvial, es justamente por eso que es necesario un evento de buen volumen y gran cobertura.
Como podemos ver en la simulación que se grafica en el mapa, el oeste de la zona núcleo se mantendría con un nivel adecuado de humedad solo con algunas lluvias de mantenimiento. Esto mismo sucede con un extendido corredor en la zona más continental del sur bonaerense. Por el contrario, la situación es más preocupante en la zona centro este de la cuenda del Salado bonaerense, sector donde las últimas lluvias se han mostrado más precarias, a mitad de camino respecto de lo observado en otros sectores de la zona núcleo.
Sobre el litoral, posiblemente los perfiles de humedad se encuentren más cargados y la realidad a campo no demande tanta lluvia como la que muestra el mapa.
Por los resultados que arrojan los modelos de pronóstico de corto plazo, el escenario que resulta para la transición hacia el mes de marzo sigue siendo ajustado. Las mejoras lluvias aparecen corridas hacia la provincia de CB. El tema es que lluvias de bajo milimetraje son las que predominarían en la zona núcleo. A esta altura del ciclo de los cultivos, esta no es una coyuntura simple de sobrellevar.
La parte sur de la zona núcleo, no ha tenido a lo largo de esta campaña una regularidad de precipitaciones que se haya consolidado como garante para alcanzar resultados por encima de los normales. En la mayor parte del norte bonaerense, alcanzar valores estadísticos de rendimiento puede considerarse exitoso, pero eso aún está por verse. En otros sectores de la franja central del país, el escenario de producción parece más encaminado a concretar rindes normales, con bolsones que matizarán hacia arriba esta zona del país. Lo que queda claro, es que habrá bastante disparidad en los resultados de este ciclo. En ese sentido la aparición o no de buenas lluvias en esta última semana de febrero, puede definir el grado de homogeneidad en la producción que se obtenga en la zona central del país.
Por lo pronto, los modelos de pronóstico de mediano plazo, muestran un cierre de mes más húmedo. Para que esto se valide, necesariamente debernos ver a lo largo de la próxima semana una llegada más franca de aire de origen tropical. La circulación actual mantiene un sesgo térmico moderado, pero no es productiva para producir lluvias de buen volumen. Es necesario un cambio.