ENERO CIERRA SECO

Como venimos monitoreando desde hace más de diez días, las condiciones de circulación de la escala regional han neutralizado por completo la influencia del fenómeno de El Niño.

Esto sin dudas fue un alivio para las zonas agobiadas por la sobreabundancia de lluvias de comienzos de mes, pero a la vez forzó un fuerte consumo de reservas en áreas donde la recuperación pluvial apenas había sido la normal. Al final, las dos situaciones son adversas, los excesos generaron serios daños en el litoral y las lluvias ajustadas, dejaron reservas muy cortas en gran parte de la zona núcleo. Los cultivos aun no acusan el impacto del retroceso pluvial y esto sucede debido a que las temperaturas se han mantenido en niveles de poca hostilidad. Sin embargo, en esta última semana de enero veremos una convergencia hacia guarismos de máxima más problemáticos que evolucionan hacia una ola de calor que tomará los primeros días de febrero. Mayor exigencia atmosférica en momentos de mayor demanda de los cultivos. La compensación demanda el perentorio regreso de las precipitaciones, las cuales no se mostrarían en esta transición intermensual.

Dada que la situación dinámica actual remite a un bloqueo que ya hemos analizado en otras campañas, debemos puntualizar que este tipo de situaciones en general se resuelve dentro de las dos o tres semanas, en este caso deberíamos tener señales favorables hacia el final de la primera semana de febrero.

Observemos cual es la oferta de agua para los próximos siete días. La situación no se resuelve favorablemente en la transición intermensual, aunque aparecen indicios de que el bloqueo comienza a romperse para los primeros días de febrero.

Durante las próximas jornadas, la posición del anticiclón sobre el Atlántico experimentará pocas variantes. Los vientos del norte terminan acopiando el aire más cálido en las provincias del sur, sin que el mismo sea aire de origen tropical. Esto pone techo alto al despliegue de las máximas y a la vez no es muy auspicioso en cuanto a la entrada de aire húmedo. En consecuencia vamos a días con progresivo aumento en las temperaturas máximas, hacia un afianzamiento de la ola de calor. Como decíamos, sin el regreso de las lluvias, la situación se vuelve crítica más aun luego de estas jornadas tan agobiantes.

Si se valida el rompimiento del bloqueo en la transición intermensual, es muy posible que la circulación del norte de los primeros días de febrero, logre captar masas de aire de origen tropical. Esto es clave para desanudar la recomposición pluvial. Los modelos de mediano plazo, comienzan a mostrar soluciones más húmedas en los próximos frentes, es decir en los posteriores al cambio de mes. Con mejor provisión de humedad y con la frecuencia de frentes reconstituida, aumenta la posibilidad de ir a un febrero bien provisto de lluvia.

Solo resta ver a lo largo de la semana próxima en qué medida se va confirmando esta dinámica que devolvería la calma a la mayor parte de las áreas productivas del país.