El cultivo del membrillo –Cydonia Oblonga– tiene una marcada trayectoria en el oeste de la provincia de Catamarca, entre los que se destacan los departamentos de Belén y Andalgalá. La producción de la fruta, con su diversidad de productos, constituye una fuente de trabajo que apuesta al desarrollo local como oportunidad socioeconómica. Elegido por su rusticidad, facilidad de manejo del cultivo y la posibilidad de destinar sus frutos a elaboraciones artesanales e industriales, el membrillo motiva a productores y familias rurales para ampliar su producción.
Pablo Sosa –técnico de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) de Catamarca– señaló: “La producción de membrillo en Belén se encuentra en constante crecimiento, en estos últimos años se convirtió en la principal actividad frutícola con una superficie actual de aproximadamente 160 hectáreas, en donde hay más de 57 familias que se dedican a su cultivo”.
Y agregó: “El potencial productivo para esta actividad es muy significativo, en un futuro cercano podría alcanzar valores de 1,3 millones de kilogramos en fresco, lo que redundará en trabajo y beneficio económico para las familias de Belén. Casi un 99 % de la producción se comercializaba tradicionalmente como fruta fresca sin procesar, con destino a provincias cercanas y solo el 1 % de la producción se procesaba en forma familiar artesanal”.
El membrillo se caracteriza por su gran rusticidad, adecuado comportamiento en distintos ambientes de la región, facilidad de multiplicar la planta, sencillo manejo, precocidad productiva y bajos requerimientos hídricos. Estos aspectos hacen que este cultivo tan noble sea muy atractivo y una muy buena alternativa de diversificación para los agricultores familiares de Belén.
Tanto en fresco como elaborado, el membrillo, presenta elevados contenidos de compuestos polifenólicos y antioxidantes reconocidos científicamente como beneficiosos para la salud –anticancerígenos, antiinflamatorios, anti neurodegenerativos, antimicrobiana, anti ulcerativa, entre otros–.
El aumento de la actividad membrillera en la región provocó la necesidad de fortalecer al sector para brindarle al productor la oportunidad de contar con una calidad que sea distintiva y diferencial, dentro y fuera del departamento.
Sosa puntualizó que “la implementación de un proceso productivo e industrialización nos lleva a obtener mejores resultados económicos que generan valor agregado a nuestra materia prima, y fortalecen la industria”.
Y agregó: “Este cultivo tiene un impacto económico importante ya que provee una mejora de las condiciones económicas y términos de venta, tiene una mejor calidad, mayor prestigio y mejora las condiciones de oferta conjunta con acceso a nuevos y mejores nichos de mercados”.
El INTA otorga gestiones para incorporar tecnologías e instalaciones que permiten los procesamientos de los membrillos en el territorio para la posible incorporación de productos y subproductos a la oferta gastronómica en el circuito turístico de Belén, como uno de los productos emblemáticos del territorio.
Membrilleros de Belén
Tradicionalmente a la región Cuyo y del NOA se las conoce como las principales productoras de membrillo, más precisamente en el oeste de Catamarca las familias solían tener una gran variedad de frutales en pequeñas escalas y entre ellas se destacaba siempre una o varias plantas de membrillo.
Hace algunos años era habitual encontrar este tipo de frutales en los patios, fondos de las casas o en las fincas como cortinas/cercos de otros frutales. Las familias utilizaban estos frutos en fresco luego de las cosechas para la elaboración de los tradicionales dulces, mermeladas y jaleas para su autoabastecimiento y en caso de excedentes los destinaban para el mercado local.
En el último tiempo este fruto no solo se utiliza para el consumo familiar, sino que los membrillos pasaron a ser casi el principal frutal de la región. Se plantan y cosechan cada año a mayor escala lo que demuestra el potencial productivo con el que cuentan.
La Agencia de Extensión Rural (AER) Belén del INTA, junto a Luciana Godoy – especialista en bromatología – y Mariela Solohaga – técnica en procesamiento agroalimentario –, capacitaron a los productores membrilleros “El Achao Belén” de Cambio Rural en la región.
Además de los tradicionales dulces, mermeladas y jaleas con valor agregado, les propusieron innovar con productos derivados del membrillo como: gomitas de membrillo, harina de membrillo, jugo, licor, vino, vinagre entre otros. Estas capacitaciones fueron destinadas no solo a los miembros del grupo sino a todo productor y público en general que le interese la temática.
El grupo de membrilleros del Achao se relaciona con el INTA desde el 2021 con la fuerte demanda de asistencia técnica para este frutal. La primera intervención de impacto del INTA fue en el año 2022, donde se constituyeron como grupo de Cambio Rural, para contar con asistencia permanente por tres años. Otra de las intervenciones consistió en las capacitaciones con especialistas de este frutal de la AER Andalgalá, quienes hasta el día de hoy asisten a los productores de membrillo.
El grupo adquirió conocimientos en manejo del cultivo, variedades, características organolépticas y su utilización en la industria alimentaria, lo que les permitió mejorar la calidad de la fruta para un posterior agregado de valor como dulces y confituras. También lograron hacer análisis de determinaciones de calidad química y organoléptica de las variedades de membrillo de Belén.
Sosa destacó que “INTA Catamarca dispone de un paquete tecnológico probado en la principal zona productora de la provincia por Juan Cólica –referente en manejo de cultivo de la AER Andalgalá–, con la posibilidad de aplicarse para brindar una interesante rentabilidad a mediano plazo como alternativa productiva válida tanto para la agricultura familiar como para las agroindustrias locales”.