Concentrada en las regiones del Nordeste Argentino (NEA) y del Noroeste Argentino (NOA), la producción citrícola argentina enfrenta, cada año, las dificultades que plantean las plagas y enfermedades. Frente a este escenario y, en línea con las demandas de los consumidores y mercados de producir alimentos sanos y con bajo impacto ambiental, un equipo de investigación del INTA El Colorado, Formosa, comparó la eficiencia entre productos químicos y productos biodegradables para el control de la mosca negra en cultivos de pomelo rosado (Citrus paradisi cv. STAR RUBY).
De acuerdo con Nora Sosa Rolón -investigadora del INTA El Colorado, Formosa-, “la mosca negra de los cítricos (Aleucarantus woglumi) es un insecto de origen exótico, que provoca los daños tanto en la calidad, desarrollo y cantidad de las frutas, como en la plantas en general”.
Es que, según explicó, “al ser un insecto picador-suctor, extrae nutrientes de la hoja y, cuando la densidad poblacional es elevada, las hojas se cubren de fumagina por la secreción de sustancias ricas en hidratos de carbono que produce el insecto. Esta fumagina da una apariencia negra a la hoja e impide la respiración y la fotosíntesis, lo que afecta a los frutos, provocando su caída”.
Para el control de esta plaga no existen productos químicos específicos disponibles en el mercado. Frente a las demandas de los consumidores y mercados de producciones amigables con el ambiente, es que desde el INTA se trabaja en la búsqueda de alternativas naturales y ecológicas para utilizarlas en la agricultura.
Así es que, el equipo de investigación evaluó la eficiencia del uso de productos biodegradables para el control de dicho insecto en su estadio de ninfa. “Esta alternativa sustentable resultó eficiente ya que logró reducir la población por debajo del umbral económico, siendo equivalente al de síntesis química”, confirmó Mirta Sosa -investigadora del INTA El Colorado-, al tiempo que explicó que “estos productos son una combinación de aceite comestible, detergente y vinagre”.
“Los métodos alternativos son eficientes y muy válidos para los pequeños productores, al permitir reducir en un 90 % las pérdidas en la cosecha”, detallaron las investigadoras del INTA. Además, estos productos son nacionales, por lo que su costo es reducido, y no tienen principios tóxicos por lo que son amigables con el ambiente.
Una plaga mundial
La mosca negra es una plaga que afecta aproximadamente a 300 plantas hospederas, aunque es en los cítricos donde mayor densidad de población desarrolla. Es de origen asiático y fue descubierta en Jamaica en 1913 y en Cuba en 1916. Se estableció como plaga sobre los cítricos en el año 1934 en México y en 1935, en Estados Unidos.
Los factores más importantes que influyen en la duración del ciclo de vida de la mosca negra son humedad relativa ambiente y precipitaciones. En general, el ciclo dura entre 8 y 16 semanas, según las condiciones climáticas reinantes. En laboratorio el ciclo de vida se completa en dos meses.
Durante el proceso de alimentación, numerosas ninfas de A. woglumi en el envés de las hojas extraen savia de la planta y segregan grandes cantidades de mielecilla. Las hojas, ramas y frutos son cubiertos por fumagina, de manera que las partes afectadas toman un aspecto sucio.
Como consecuencia, se retrasa el crecimiento de las plantas, se dañan los brotes y a menudo los frutos no alcanzan el tamaño ni el color habitual. En Brasil la presencia de A. woglumi redujo hasta un 80 % la fructificación. Además, produce un retraso en el desarrollo debido a una inhibición de la actividad estomática que produce la disminución de la respiración y la fotosíntesis, la reducción del tamaño del fruto y su caída prematura.
La mosca negra de los cítricos es una plaga capaz de trasladarse entre 400 a 600 m por generación sin la ayuda del ser humano y los adultos pueden distanciarse de su planta de origen hasta los 50 metros por día.
En la Argentina, fue detectada la presencia de esta plaga a fines de 2010 en un lote comercial de pomelos en el Departamento Pilagá, Formosa. La tendencia a escala mundial respecto de la forma de control de mosca negra es el manejo integrado de la plaga, en el cual se prioriza el control biológico y en última instancia el control químico.