A pocos días del traspaso de mando y frente a un cambio muy acentuado en la forma de aplicar la política económica, vale comentar unas líneas sobre la situación y el futuro inmediato.
El gobierno de Fernández se va sin gloria y con muchas asignaturas pendientes sobre todo en lo social.
Quizás se sienta halagado por terminar su mandato sin haber permitido el salto devaluatorio.
Pero lo que queda es desalentador…
Deja una herencia incendiaria, con el tipo de cambio oficial muy atrasado, una terrible brecha cambiaria y una tasa de inflación nunca vista en los últimos 30 años y acelerando.
Todo dentro de un cuadro sin reservas internacionales y con pasivos monetarios remunerados en niveles récords.
Finalmente, se sabe quién es el ministro de economía. Con Luis Caputo, confirmado, empieza a verse el plan económico, ciertamente más conservador que el que parecía haber durante la campaña.
Ya es casi seguro que, en el plano cambiario, se permita una fuerte devaluación de la moneda.
En tal caso, se aguarda un tipo de cambio próximo al de los niveles actuales del dólar exportador; es decir que gire en torno a $650.
En tal caso, no se levantarían todas las restricciones cambiarias, algo dicho por Milei en distintas ocasiones. ¿Cuál es la principal razón para que no se levanten? Las reservas netas hoy son negativas -en torno a los US$10.000 millones- y la capacidad de acción para eludir una sobrerreacción es casi nula.
Obviamente, , con el fin de permitir un esquema de precios relativos acorde con lo que dicta el mercado de bienes y servicios.
De acuerdo a la credibilidad que despierte el nuevo plan y las herramientas de política monetaria que se apliquen, el traslado a precios será muy fuerte o no tanto. Esto es el conocido como “pass-through.
Ello nos lleva a estimar una tasa mínima de 200% anual de inflación, para el primer semestre del año próximo.
Si el nuevo gobierno logra aplicar un ambicioso programa de ajuste fiscal y una política monetaria dura, es posible que la inflación para el segundo semestre se reduzca sustancialmente.
Ahora, vamos al día presente: queda claro que las intervenciones en los mercados de las que el ministro Massa hizo una desmesura, son generadoras de conflictos y estimulantes para los oportunistas.
¿A qué viene esta observación?
La Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) acaba de denunciar el “incumplimiento” de la correspondiente cotización de la divisa para las liquidaciones de granos a los productores.
Se refiere a aquellas operaciones de contratos forward (de compraventa a un valor y a una fecha determinada) de trigo y cebada para asegurarse el precio del cereal. Ellas se estarían liquidando al dólar oficial, hoy en $356,50 el mayorista, sin tener en cuenta el mix que fija el decreto 597, por el que se llega a un valor superior a $600.
Los vendedores de mercadería mediante contratos de futuro en condiciones habituales y a precio de mercado cobran, según este organismo, a un tipo de cambio de $360, cuando los exportadores cobran del Estado a un tipo de cambio superior a $600.
En cuanto al mercado de la soja, la primera jornada de la semana fue negativa. Enero bajó USD 6,89 y marzo 6,98.
Los pronósticos de buenas precipitaciones para los próximos 10 días en gran parte del centro y del norte de Brasil, seguramente fueron los causantes.
Otro elemento que empujó hacia la baja fue la devaluación del real frente al dólar,