Vienen días oscuros para el campo.
Tal comentario surge de una convicción: en los tiempos inmediatamente anteriores a las campañas, desde el Gobierno, se derrocharon recursos y se tomaron fondos que deberían corresponder al próximo año, para fines puramente electoralistas.
Se dieron subsidios en efectivo y exenciones fiscales para millones de personas. No importaba que ello acentuara todavía más la terrible tasa de inflación y asegurara un futuro con aguda escasez de fondos.
Los programas de incremento de la exportación, tanto el último como las distintas versiones de soja, lo que hicieron y hacen es restar riqueza al próximo año.
No hay una promoción de las exportaciones, como engañosamente se denomina. Lo que hay es una aceleración en la liquidación de las divisas.
Los resultados de la elección dejaron un panorama más que preocupante.
La fragmentación en la próxima estructura legislativa es visible. El Congreso estará dividido en tres grandes grupos. Dos de la oposición y uno oficial.
Pero, aunque el oficial se hallará en inferioridad numérica, la cuestión no será matemática.
¿Por qué? Pues porque la oposición se muestra fragmentada. Al menos por ahora…
La esperanza reside en que los dos fragmentos opositores encuentren puntos en común y hagan un solo frente.
Obviamente, tal esperanza no muestra un camino sin espinas. Porque los recursos faltarán.
Y en tal sentido, el campo es usualmente al primer sector que se recurre. Al menos para lo inmediato.
Por lo pronto ya se está hablando de eliminar la exención de inmuebles rurales en el impuesto sobre los Bienes Personales.
Apenas suba el nuevo presidente encontrará una Argentina sumamente complicada.
Solo por nombrar los principales, acá va una nómina de los problemas: un esquema de precios relativos disparatados, la percepción de salarios retrasados, una economía indexada (incluyendo gasto y deuda pública), un nivel de reservas netas negativas, una gigante deuda con los importadores, un delicadísimo cuadro de vencimientos con el FMI y la renovación del acuerdo y, lo que es peor, una extrema caída en la baja demanda pesos, en un contexto de desconfianza inédito.
En cuento al mercado de este miércoles, los precios de la soja en Chicago bajaron, así: noviembre USD 2,57 y enero USD 2,21
Las lluvias en Sudamérica, en la Argentina justo al comenzar la campaña de siembra en la zona núcleo y en Brasil urgida por precipitaciones para completar las siembras y asegurar la emergencia de las plantas operaron en contra de los precios.
Después de los anteriores párrafos, por lo que algunos dirán “qué mala onda”, vale destacar lo bueno.
Parece que El Niño ha llegado para quedarse en nuestro país.
Así, se terminará la sequía, tan prolongada como dura. Todo indica que las napas volverán gradualmente al nivel de normalidad.
Los pronósticos meteorológicos indican que la inestabilidad retornará, con nuevas lluvias entre el lunes y martes de la semana próxima.
Como escribiera Almafuerte:
No te des por vencido, ni aun vencido,
no te sientas esclavo, ni aun esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y arremete feroz, ya, mal herido.