Este martes fue una buena jornada para la soja.

Noviembre mejoró USD 3,85 y enero aumentó USD 3,86

De no ser por el ágil desarrollo de la trilla en la zona agrícola de EE.UU. el precio de la soja debería haber subido aún más.

Es que, en principio, están dadas las condiciones para un rebote de valores, luego de haber llegado a un punto tan bajo.

¿Por qué es tan fuerte el peso de la cosecha estadounidense?

Este lunes el avance de la cosecha fue relevado por el USDA.

Estos fueron los resultados: el avance habría sido sobre el 62% del área apta, contra el 43% de la semana anterior, el 60% de igual fecha de 2022 y el 52% de las últimas cuatro campañas. Realmente, es un dato que desalienta la mejora de los precios.

Sin embargo, este martes los valores mejoraron.

¿Por qué? Hay un factor decisivo en la suba: el desarrollo de la siembra en Brasil, primer exportador mundial. Y el panorama no es para nada alentador.

La falta de humedad en el centro y del norte del país, donde las labores agrícolas registran considerables retrasos, es preocupante; además los pronósticos de lluvias son malos.

Evidentemente, una gran parte de los productores aguardan, con un pie en el freno, que las condiciones climáticas mejoren, lleguen las ansiadas precipitaciones y bajen las temperaturas.

Por ejemplo, según datos de la Conab de este lunes, el avance de la siembra de la oleaginosa en Mato Grosso, el principal Estado de producción de Brasil, el avance de la siembra solo habría llegado al 35,2% del área cuando el año anterior para esta misma época había cubierto casi el 42%.

Otro elemento que podría estar jugando a favor de la suba de valores está en la (incipiente, por ahora) tendencia a la baja del dólar respecto a las restantes moneda.

¿Es posible que se esté en presencia de un cambio?

El índice dólar cayó a poco más de 106,2 puntos. El 3 de octubre había alcanzado 107,34, el nivel más alto desde noviembre de 2022.

Y el euro algo mejoró. El 3 de octubre había caído a 1,0448 dólares, el nivel más bajo desde diciembre de 2022.

Es difícil saber si enfrentamos un cambio, pues la situación geopolítica mundial, desde el 7 de octubre pasado, se ha complicado. Y no sabemos las derivaciones que ésta puede tener.

Los analistas financieros, hasta hace poco, confiaban en que la Fed había decidido terminar de subir las tasas. Pero veremos qué pasa pues con los riesgos geopolíticos el panorama está oscuro.

Se aguarda el discurso que ofrecerá el jueves próximo el presidente de la Fed, Jerome Powell, para tener un cuadro de situación más claro.

La guerra sigue aumentando su virulencia.

Las perspectivas en el mundo son alarmantes y el temor podría empujar hacia arriba el valor del dólar. Es posible.

Pero también, podría actuar como trampolín sobre los precios de los granos en un contexto bélico creciente.

El temor está mas que fundado.

La guerra no sólo se centra en Gaza.

El ejército israelí estaría preparado para enfrentar un ataque de Hezbollah desde el Líbano.

La posibilidad de que la violencia se expanda, cada vez más, es muy alta.