La sequía supuso un ajuste sin precedente en muchos años para la hoja de balance del trigo, y las exportaciones no son la excepción. En efecto, la combinación de una oferta acotada, una demanda interna sostenida y falta de incentivos para mejorar la performance exportadora han llevado a que el trigo argentino reduzca su participación en el mundo debido a la baja competitividad en sus precios.
La competitividad del trigo argentino y su participación en el mercado brasilero
Según proyecciones propias, la oferta total de trigo para todo el ciclo 2022/23 sería de 14,4 Mt, el nivel más bajo desde la campaña 2013/14, consecuencia de la estrepitosa caída de un 46% interanual de la producción. Con una demanda doméstica mayormente inelástica, ello es, relativamente constante en torno a los 6 millones de toneladas, la exportación ha soportado la mayor parte del ajuste.
En promedio, durante las últimas siete campañas, poco más de la mitad de la oferta total tenía como destino el mercado externo, mientras que para fines de este ciclo se proyecta que la proporción sea del 24%, cercano a los guarismos observados durante la campaña 2014/15.
El atraso para las exportaciones trigueras puede verse con gran claridad en la desagregación mensual de las ventas externas del cereal argentino. Existe cierta estacionalidad, que corre al ritmo de la campaña, por lo que los volúmenes más altos ocurren en coincidencia con la cosecha, entre los meses de diciembre, enero y febrero. Luego el ritmo de comercialización tiende a desacelerar en cuanto se va alejando de la cosecha.
Sin embargo, desde los comienzos de la campaña, las exportaciones de trigo han caído de forma estrepitosa si se tiene en cuenta los valores promedios que se han manejado durante los últimos años. Durante los cuatro primeros meses, se exportaron 6,2 Mt menos que el promedio y las exportaciones de enero nunca han sido tan bajas desde el año 2014. La comercialización externa no se ha recuperado hasta ahora, y mantiene un ritmo constante desde inicios del año calendario.
En contraposición, la demanda interna de trigo se ha sostenido durante lo que va del año y las proyecciones indicarían que la tendencia continuaría. Según datos oficiales, el stock de trigo en plantas de acopio, industria y exportación se ubicó por debajo de lo observado años anteriores durante los primeros meses de la campaña, pero comenzó a recuperarse de cara a fines de ciclo, promediando septiembre con cierta normalización de los stocks.
Así las pujas por el trigo han dado sostén a las cotizaciones internas que, si bien se ubican por debajo de las vigentes el año pasado, aún sobrepasan los precios promedio de los últimos años. De hecho, tomando en cuenta solo los precios pizarra rosario expresados en dólares oficiales para el trigo a partir del primero de enero de este año, el precio promedio por tonelada de trigo es de 281 USD/tn, 81 USD sobre el promedio de los últimos años sin tener en cuenta el 2022. Las cotizaciones del mercado interno argentino se han disociado del externo impactando lógicamente en su dinámica exportadora.
Así las cosas, el trigo argentino no tuvo un año muy competitivo en cuanto a precios en lo que va de este 2023. A pesar de la funesta campaña local, gran parte de los principales países exportadores han contado con elevados niveles de oferta, entre ellos Australia, Canadá y especialmente Rusia. El gigante euroasiático estaría contando con una producción de 92 Mt y un acelerado farmer selling. De forma que la presión en los precios forjó un mercado FOB competitivo cerrando a comienzos de esta semana en 230 USD/ tn por el trigo ruso 12,5%, mientras que el FOB argentino tocó los 300 USD/tn.
Frente al análisis de la dinámica de precios FOB relativos entre Argentina y Rusia, es evidente que las cotizaciones antes del estallido del conflicto del Mar Negro no tendían a disociarse de manera muy abrupta, de hecho, en promedio, desde inicios de la serie hasta febrero del 2022 la cotización FOB argentina se mantuvo 11 USD por encima de la rusa. Ahora, frente al desenvolvimiento de la guerra y su producción récord, el trigo ruso comenzó a correr sobre un carril distinto con proyecciones de exportaciones de 49 Mt, luego del salto abrupto por la incertidumbre inicial, ambos siguieron una tendencia bajista en precios, pero en distinta sintonía.
Así los precios competitivos rusos y las altas cotizaciones del trigo local le valieron al primero para hacerse un hueco en el principal mercado del cereal argentino. De hecho, el spread entre ambos se expandió casi un 600%, llegando a existir una diferencia entre el trigo argentino y ruso de 154,5 USD/tn. La brecha se asentó en 75 USD dentro del período que va desde inicios de la guerra entre Rusia y Ucrania hasta la actualidad.
Por razones de cercanía, Brasil importa históricamente elevadas cantidades de trigo argentino, y la participación de nuestro país en el mercado vecino siempre ha sido elevada, con una participación promedio del 80% por campaña. Sin embargo, el trigo “barato” ruso se ha posicionado lo suficientemente por debajo de las cotizaciones locales, como para tornarse atractivo para el mercado del país vecino. De este modo, considerando el avance a septiembre de 2023 Rusia coparía el 23% del mercado, en tanto que Uruguay también ha aprovechado el contexto para incrementar su participación, representando el 15% de las compras totales brasileras.
Poca oferta y desincentivos a la comercialización, sumado a un extraordinario contexto internacional, han llevado a la Argentina a perder 30 puntos en su principal mercado comprador.
Por Contardi Matías – Emilce Terré
Fuente: Bolsa de Comercio de Rosario