En esta oportunidad, vamos a focalizar la atención dos puntos de interés respecto al comportamiento futuro de los precios de la soja y el maíz.

El primero se refiere a la situación doméstica.

El Gobierno dice que, durante los próximos días, después de la devaluación del lunes de la semana pasada, no habrá nuevas devaluaciones de nuestra debilitada moneda.

Se trata de cerca de 90 días. ¿Es probable que no pueda cumplir con tal propósito? Sí. Con una tasa de inflación mensual como la que estamos sufriendo resulta difícil que logre ese objetivo.

A manera de hipótesis, supongamos que consigue “aguantar” cuarenta y cinco días, es decir la mitad, sin devaluar.

Si dentro de ese período es necesario desprenderse de mercadería, lógico sería que el tenedor lo haga cuanto antes, pues la carrera inflacionaria, devorará su capacidad adquisitiva.

Obviamente, es una hipótesis. Una suerte de apuesta.

Lo que sabemos casi con certeza es que el mes de agosto revelará una inflación cercana al 15% y el de septiembre un ratio muy próximo al primero.

En tal caso, ¿qué sentido tendría esperar?

El segundo punto se refiere al clima en EE.UU. Como sabemos es un elemento vital en los rendimientos del maíz y de la soja, pues las de estos días son fechas definitorias. Y, por ende, central en la formación de los valores internacionales.

Es cierto que este martes, la rueda de Chicago cerró en visible baja.

Las primeras recorridas del ProFarmer relevaron para Dakota del Sur un conteo de vainas de soja 16,25% superior al de 2022. Para el caso de Ohio, las 1252,93 vainas contadas muestran una suba del 10,72% contra las 1131,64 vainas del año anterior.

Con referencia al maíz, las estimaciones para Dakota del Sur hablan de un rinde de maíz de 98,80 quintales por hectárea, frente a los 74,35 quintales del año anterior. Y para Ohio, hablan de un rinde medio de 115,45 quintales por hectárea, frente a 109,32 quintales de 2022 y a 110,24 quintales promedio del período 2020/2022.

Las recorridas por el Medio Oeste y las Grandes Planicies “pincharon” la influencia alcista que se venía dando a consecuencia de la falta de humedad y los pronósticos con chances de lluvias inferiores a las normales y temperaturas por encima de las marcas usuales.
Pero ello no significa que la tendencia se haya modificado.

De acuerdo al departamento especializado (NOOA) del USDA, el panorama de lluvias no luce demasiado prometedor.

En el siguiente el cuadro del 28 de agosto al 1 de septiembre, se aprecia que la probabilidad de lluvias es baja, justamente en la región más productiva del país.

En el que sigue, también, la situación es compleja, sobre todo para la mayor parte del cinturón maicero/sojero. Este va del 30 de agosto al 5 de septiembre.

Y en el que sigue a continuación, cubre todo el mes de septiembre. Y hay una cierta probabilidad de que las lluvias queden por debajo de los usual en

Está claro que los Estados más perjudicados son Wisconsin, Illinois, Michigan, Misuri, etc.

Obviamente, todo esto habla de probabilidades.

Habrá que seguir de cerca para ver cómo sigue esta historia. El de arriba tiene la palabra.