Mientras la pulverización y la fertilización se han afirmado desde hace muchos años en la franja de las máquinas autopropulsadas, las sembradoras están, al respecto, en estado embrionario.
Es cierto que el tema tuvo un impulso considerable en 2020, cuando Jacto presentó el modelo Planter 500.
Es una sembradora autopropulsada que opera con motor de 470 CV, transmisión híbrida, tolva de 8.700 litros y alas plegables hacia adelante.
La máquina ya ingresó a escala comercial y figura en los catálogos de concesionarios de Brasil, Paraguay y Bolivia.
Es un primer paso en dirección a posicionarse en la consideración de los productores y contratistas. ¿Podrá?
En términos prácticos, la inversión en una sembradora autopropulsada requiere evaluar en qué contexto trabajará.
Para un productor y un contratista, la compra de un tractor supone acceder a un abanico de soluciones para distintas tareas.
El tractor está en condiciones de ser unidad motora de otras máquinas (especialmente de sembradoras) y puede cumplir después otras funciones.
En consecuencia, la amortización del equipo es más rápida y con un solo desembolso se cubre una gama amplia de soluciones.
Por contrapartida, invertir en una sembradora autopropulsada implica colocar recursos importantes en una máquina que cumplirá una sola función.
En lugar de tener, por ejemplo, un tractor de 470 CV, apto para distintos servicios, se cuenta con una máquina que siembra y punto.
Posibilidades
Considerando las cuestiones anteriores, la sembradora autopropulsada puede ser atractiva para grandes compañías agropecuarias.
Son casos en los que se cuenta con un parque considerable de máquinas, y en los que se encaran proyectos agrícolas de extensas superficies.
Se trata de planteos que requieren de una sembradora con alta autonomía y amplio margen de potencia para trabajar muchas hectáreas en cada jornada.
A su vez, estos planteos pueden presentarse en determinados mercados internacionales.
Por ejemplo, en el centro y el norte de Brasil se siembran enormes superficies con soja y maíz y una sembradora autopropulsada sería apropiada.
Lo mismo puede ocurrir en Estados Unidos y en Australia, donde predominan las máquinas de amplias dimensiones y se cultivan muchas hectáreas.
Fuente: MaquiNAC