Terrible día el de este miércoles.

Fue una jornada con una extrema volatilidad que acarreó una fuerte devaluación del peso, nuevamente, en el mercado informal.

La divisa estadounidense finalizó en $780 para la venta, con un ascenso de $50 casi un 7% más respecto de la sesión anterior. El dólar “blue”, entonces ya registra en lo que va de agosto una suba de $230, esto es prácticamente un 42%. ¡En apenas medio mes!

Si se mantiene esta tendencia en el mes, sería el alza mensual más elevada desde enero de 2002, cuando cayó la Convertibilidad.

Recordemos. En enero de 2002, la devaluación pasó de $1 a $2,05 (+105%), y en marzo de 2002 subió de $2,15 a $3 (+39,5%).

El aumento de casi 42% es superior a las subas de abril 2020 (+39,3%) y de agosto 2019 (+33,7%, sin “cepo”).

Menudo lío nos toca vivir.

Por ello, la diferencia entre el dólar oficial y el marginal llega, ahora, a 120%. Si la idea era reducir tal diferencia, la cosa salió muy mal.

La historia económica enseña que una devaluación del peso, en un contexto de incertidumbre y falta de un plan integral que genere confianza, lleva a reiteradas devaluaciones.

El pánico sobre la situación y la desconfianza en las autoridades rigen el comportamiento de los mercados que, en definitiva, son la gente.

¿Por qué?

La demanda de dinero (demanda de pesos) es casi nula, no quiere saber nada con la moneda nacional; y, por tanto, la demanda se vuelca la divisa extranjera y así se desata un proceso de altísima inflación. Cuyo origen es totalmente monetario, porque es la consecuencia de la mayor emisión y de la reducción de la demanda de pesos.

La persistente dolarización, tras la devaluación del peso, dispuesta el lunes por el Banco Central, es resultado de ello. La consiga es huir de los pesos. Y ello actúa como una suerte de mayor emisión de dinero.

Con este cuadro local, pocos tenedores de mercadería granaria desean desprenderse de sus activos, pues con ellos logran defenderse de la inflación.

Lógicamente, el mercado doméstico, al menos para la soja, se encuentra en plena siesta.
En tanto, en el mundo los mercados siguen activos.

En la jornada de Chicago de este miércoles, a soja cerró con valores en suba pues no se registran lluvias sobre las zonas productoras estadonidense de granos gruesos

Pese a las precipitaciones recientes, todavía necesitan nuevos aportes de humedad. La sequía no ha terminado, en gran parte del Medio Oeste y del centro-norte de las Grandes Planicies.

El problema para EE.U. es que los pronósticos auguran condiciones ambientales que hablan de tiempo seco y muy caluroso desde la próxima semana.