Un Gobierno que continua viviendo una gran fiesta fiscal sin bajar ni un peso del gasto público, forzando al FMI a alargar las negociaciones endeudando a los argentinos aún más, hipotecando el futuro de nuestro país y empeorando la calidad de vida de todos los ciudadanos.
Y desde hace un año, viviendo con las nefastas medidas del ministerio de Economía a cargo de Sergio Massa, con un acelerado contexto de altísima inflación, un cepo cambiario feroz, un tipo de cambio distorsionado, agravado por una profunda sequía que golpeó brutalmente a la producción y a los productores. En este contexto el Gobierno sigue adoptando medidas de neto corte fiscalista y oportunistas, para poder seguir ganando tiempo en el marco de los tiempos electorales.
Se trata de medidas que afectan a todos los argentinos. Medidas que acentúan la pobreza. Medidas que encarecen el acceso al público del dólar solidario, encarece las importaciones (salvo de empresarios amigos) subiendo selectivamente el tipo de cambio y extendiendo el impuesto PAIS, impidiendo el acceso a insumos fundamentales para la producción (caso fertilizantes, repuestos, etc) , sube el tipo de cambio (de manera artificial) para exportaciones agropecuarias ( caso maíz, cebada, etc) , agroindustriales y de economías regionales hasta el 31 de agosto, provocando una gran distorsión en mercados y producciones atadas a esos productos, como la lechería, avicultura, feedlots, porcinos, etc,
En las intervenciones en los mercados siempre se vislumbra alguna connivencia entre partes. Tras la última medida con impacto en el maíz, el precio del disponible cayó fuertemente siendo sin duda el mayor perjudicado el productor y diluyéndose los “pseudos beneficios” de un mejor tipo de cambio. Negocios entre amigos de espalda al productor, que es el que trabaja y arriesga.
En la cadena agropecuaria, no somos todos iguales. Algunos siempre obtienen beneficios de las distorsiones. Miran para otro lado cuando se publican resoluciones del Ministerio de Economía que las favorecen.
El Gobierno ha impuesto una devaluación encubierta, que pagan todos los argentinos. Aumenta el sistema de tipos de cambio múltiple que hoy tiene la economía en busca de 2.000 millones de dólares que liquidarían los exportadores que solo alcanzaría para achicar un 30 % aprox. las reservas negativas del BCRA. Esos dólares que el Gobierno paga por exportaciones a $340 , luego se los vende a los importadores al dólar oficial de $ 285, perdiendo $55 por dólar, sumando emisión, sumando inflación que pagamos todos los argentinos. Medidas a las que se suma el nuevo adelanto del Impuesto a las Ganancias compulsivo decretado recientemente por el Gobierno, generando una mayor presión tributaria aun sobre los privados
Es por eso que hay que poner punto final a este desmanejo. En las próximas elecciones hay una nueva oportunidad. Porque la patria es de todos, y no solo de los que se unen tan solo para ganar una elección.