Ya se probó con medidas similares y los resultados prácticos para el productor y la economía agropecuaria en su conjunto, fueron pésimos, debería excluirse del análisis de las mismas, las ventas hechas por los productores, porque ellas son el resultado de la desesperación y el quebranto, que ante una mínima mejora en el tipo de cambio, debe aprovechar la circunstancia, sabiendo que es solo oportunismo y corto plazo y que de esta forma se parcha lo que se por otro lado se va rompiendo, pero que así el destino es seguir languideciendo.
Confluye también por estos días la campaña electoral, en donde se prometen horizontes, que quienes ya han gobernado o quienes lo hacen ahora, nunca han resuelto y sus decisiones han contribuido a la decadencia económica y social en que nos encontramos.
Mover tipos de cambio artificialmente, discriminando por mera voluntad de un Ministro, sin importar las distorsiones que se producen en todo el resto del sector, es la palpable demostración del desconocimiento que se tiene sobre lo que el campo y la economía necesita para crecer en forma sostenida, tal como lo hacen nuestros vecinos.
Basta de reiterar medidas que ya fracasaron, ¿Cuánto más hay que hacer?, para que se vea el fracaso de la economía actual, dejemos de prometer un futuro, tan luminoso como incierto y modifiquemos este presente agobiante.
Fuente: CRA