«LA TRINIDAD»
El paraje era solitario, con una pequeña casa para la familia y un cobertizo para las chivas. Tras una recorrida, pudimos comprobar que entre la ceniza y el pastoreo continuo el campo estaba severamente degradado. Mucho suelo desnudo, erosión generalizada, y las pocas plantas palatables en estado crítico. Todos los síntomas de la desertificación se mostraban imparables a pesar del bajo número de animales que pastoreaban.
Dado que solamente tenían alambres perimetrales, la única forma de planificar el pastoreo era con “potreros virtuales”. Sobre un mapa del campo delimitamos sectores donde era posible controlar a los animales y proveerles agua. Jorge propuso pastorear los animales a la antigua usanza, esto es, reunirlos día a día y asegurarse que estuvieran en el sector planificado. Definimos una serie de pastoreos y descansos que iban a permitir que el campo se recuperara. Más allá del entusiasmo inicial, el plan fracasó debido a la mala distribución de las aguadas y las enormes distancias que había que recorrer en condiciones climáticas extremas. Volvió al pastoreo continuo…
Su economía era muy limitada debido al pequeño número de ovejas y cabras que disponían. No tenían acceso a capital. Eran muy pequeños para ser sujetos de crédito de la Ley Ovina, y si lo fueran y tomaran créditos para poder subdividir su campo, no tendrían manera de pagarlo dependiendo exclusivamente de los ingresos de producción ganadera. Un verdadero callejón sin salida, el mismo que afecta a miles de familias en la estepa patagónica. Aislados, con malas comunicaciones y vivienda, con inviabilidad económica, estaban en las mismas condiciones que miles de campos que hoy ya optaron por cerrar sus tranqueras y migrar a las ciudades. Proceso que sucede hace décadas. Es notable como la desertificación, la quiebra y el despoblamiento rural se han naturalizado, y no son objeto de preocupación de políticas públicas ni de la sociedad en general.
PERSEVERAR
Pero Jorge y Mirna con sus tres hijos siguen enamorados de su tierra. Persistieron en el esfuerzo. El año 2022 firmaron contrato con Native, Ruuts y Ovis 21 para ingresar como Campo Piloto del Programa POA. Este Programa promueve la regeneración de tierras en la Patagonia y comercializa los créditos de carbono generados en consecuencia. El Programa financia la asistencia técnica, el monitoreo ecológico y el desarrollo de la infraestructura, a través de la venta anticipada de créditos de carbono. Los compradores son empresas que tienen compromisos de carbono neutralidad. Una vez implementado un plan de reducción de emisiones, compensan su huella de carbono pagándole a los productores patagónicos regenerativos por retirar ese carbono excedente del aire. Fondos que llegan del Hemisferio Norte, el gran emisor, al Hemisferio Sur para promover regeneración y prosperidad.
Jorge y Mirna ya recibieron el primer pago para financiar su Plan de la Tierra, que permitirá construir aguadas y 18 subdivisiones en sus 5000 hectáreas. El Plan se ejecutará en seis semestres, posibilitando la aplicación del Manejo Holístico. La alternancia de pastoreos moderados y largos descansos permitirá que la estepa regrese a la vida: frenar la erosión, cubrir el suelo con plantas palatables, aumentar la biodiversidad y finalmente disponer de mas pasto para poder acrecentar su majada.
ESPERANZA
No solamente el Programa convierte a La Trinidad en un campo nuevo y viable. Una vez terminado el Plan de la Tierra y emitidos los créditos de carbono que fueron vendidos anticipadamente, la venta de carbono se convertirá en la principal fuente de ingresos de Jorge y Mirna por los próximos 20 años. Tendrán la posibilidad de vivir dignamente y seguir custodiando y mejorando su campo, al tiempo que prestan un servicio valioso e indispensable para la Humanidad. No podemos encontrar un cambio más profundo y potente que este desde el inicio de la ganadería en la Patagonia.
Atacando el problema desde sus causas en lugar de sus síntomas.
Poniendo a las familias rurales en el centro de la escena. Empieza una nueva era, trocando una larga decadencia por una firme esperanza.
Fuente: Pablo Borrelli, Ovis 21