Algo fundamental en todas las industrias es entender los factores macroeconómicos para poder determinar dónde estamos parados y con qué probabilidad los precios de nuestros productos pueden subir, bajar o mantenerse en un futuro.
Entremos en contexto. Desde enero del 2020 a hoy, pasamos de un “parate” global de la economía a un fuerte crecimiento en 2021, producto de apoyos fiscales y monetarios en
todo el mundo.
Esto llevó a que los precios de los commodities agro subieran más de un 90% en dólares. Pero este efecto no impactó sólo en el agro, sino que empezó a infiltrarse en todas las cadenas productivas, trasladándose hasta el consumidor final. Así, en abril del 2022, veíamos inflaciones del 8.5% en Estados Unidos y meses después del 10% en Inglaterra.
Aquí es donde los mandatarios internacionales comienzan a retirar estímulos y subir las tasas de interés. Para tener una noción de la magnitud, en noviembre del 2021 un plazo fijo en EEUU rendía un 0.15% anual, al día de hoy podemos encontrar tasas de interés del 5.25% anual.
Las medidas de shock para afrontar la inflación fueron prácticamente igual de rápidas que las que se tomaron para afrontar la pandemia.
En ciclos anteriores de expansión y posterior contracción monetaria, los commodities seguían un patrón cíclico de oferta y demanda. Pero esta vez, la guerra en Ucrania y la creciente tensión geopolítica en torno a Taiwán están haciendo que los precios de los commodities se mantengan en un rango medio, entre los mínimos pre pandemia y los máximos posteriores a la misma.
Al día de hoy podemos llegar a dos conclusiones: a largo plazo, teniendo una visión en la próxima década, de mantenerse una inflación global en torno al 3.5% y 4% anual (medida en USD) los precios de los commodities tendrán un piso de precio más alto que en las últimas décadas.
A corto plazo, teniendo una visión a 12 meses, la evolución de la economía y la posible recesión en EEUU podrían hacer caer la demanda, y con esto los precios. Lo único que podría compensarlo sería una disminución de la oferta, ya sea por factores climáticos o geopolíticos.
Ahora bien ¿Qué estrategias ofrece el mercado de capitales para afrontar esta situación?
En un escenario dónde una recesión en EEUU es probable y arrastraría al resto del mundo, sería oportuno fijar, al menos en parte, el precio de venta en el mercado de futuros. Al día de hoy podemos fijar precio para noviembre de Soja Rosario en USD 391.
Por otro lado, si precisamos vender ganado o granos por cuestiones de almacenamiento y/o logística, podemos invertir ese saldo en pesos en fondos atados al valor de la soja o en fondos ligados al dólar MEP.
¡Importante! Recordemos que hace escasamente dos semanas el dólar MEP alcanzaba los $480 y hoy lo podemos comprar a $473* vía FCI, aprovechando este descuento en el precio./p>
De esta manera nuestros pesos se capitalizarán y podremos acceder a financiamiento vía caución tomadora. La cuál, al día de hoy, tiene una TNA promedio del 86%. De esta manera, obtendremos un financiamiento 22 puntos porcentuales debajo de la inflación.
Por Alejandro Pagliero - Asesor Financiero de Nasini SA
Fuente: Agroeducacion