Por necesidades financieras la siembra de trigo 2023/24 debería poder superar las 7 millones de hectáreas. Sin embargo, con un escenario casi tan seco como el del año 2009, van aumentando las probabilidades de reducción de áreas trigueras en Córdoba, La Pampa, Santa Fe y centro y norte bonaerense.
Con escasa reserva de agua, la falta de lluvias complica las intenciones de los productores para el trigo
2016 fue un año bisagra para el trigo: aumentó la inversión, traduciéndose en la mejora del manejo y la tecnología, y, por ende, su capacidad productiva. El cereal pasó a ser un cultivo clave dentro de la rotación agrícola en Argentina, lo que catapultó el crecimiento del área, que pasó de 3,9 a 5,6 millones de hectáreas de un año a otro.
Por la necesidad financiera que tiene el sector productor, 2023 debería ser el gran año del trigo. Si las lluvias de abril hubiesen acompañado al productor con los niveles estadísticos medios, esta primera estimación de trigo posiblemente hubiese reflejado una intención de siembra de más de 7 millones de hectáreas.
Tras la extrema falta de agua en los perfiles de suelo que dejó la campaña gruesa 2022/23 y las escasas lluvias registradas en abril de 2023, precipitaciones inclusive muy por debajo de abril de 2022, el potencial de concretar las intenciones de siembra en gran parte de la región pampeana está limitado
Se necesitan lluvias que cubran más que una cuarta parte de las necesidades actuales de los suelos de la región pampeana para que la cobertura de área no disminuya respecto de la campaña 2021/22. Es muy difícil trazar un escenario nacional en este marco de referencia, ya que en buena parte de la región pampeana no hay condiciones agronómicas que aseguren mínimas condiciones de productividad; esto es, en gran parte de Córdoba, La Pampa, Santa Fe y centro y norte bonaerense.
Trigo: el escenario de siembra arranca peor que hace un año atrás y casi tan seco como en el 2009
Respecto del escenario de siembra del año pasado —año en que hubo dificultad para que los productores concretaran su intención de área triguera debido a la falta de agua-, hay diferencias muy importantes, tal como se puede apreciar en la imagen de la anomalía de las reservas de suelo para Argentina.
En el 2022, el foco de la sequía estaba en el oeste y desde las provincias de Córdoba y San Luis fue expandiéndose hacia el este. Pero, las condiciones en la provincia de Buenos Aires eran buenas. En el 2023, la provincia triguera por excelencia, Buenos Aires, arranca mayo con la mitad del territorio en la categoría muy seco. Esto significa que los perfiles de los suelos (teniendo en cuenta el primer metro y la ocupación de una pradera permanente) están en las condiciones más secas de los últimos 30 años. La diferencia más notable, sin embargo, es en dónde están las condiciones más secas del territorio bonaerense. En el 2009, año que era referencia de la peor sequía que había sufrido el trigo en los últimos 15 años hasta el año 2022 -que superó al 2009 para peor-, las condiciones de falta de agua afectaban al bastión triguero: el sudeste bonaerense y se ensañaba sobre el oeste y norte de Argentina. Al presente esa región muestra una mejor situación que en el 2009.
Con el 54% de avance de cosecha, 20 p.p. de retraso en comparación con la trilla del año pasado, hay nuevos ajustes negativos en soja. De abril a mayo cae 1,5 Mt la producción. De esta manera habrá un 56% menos de soja de lo que se esperaba producir a principios de la campaña.
Los ajustes negativos siguen efectuándose a medida que avanzan las cosechadoras. Los mayores ajustes son para La Pampa, que cae 3,6 qq/ha en los últimos 30 días. Las inéditas heladas de febrero, la falta de agua y el calor se van manifestando en la trilla de la soja de primera. Buenos Aires y Córdoba siguen en la lista de recortes productivos. El descuento en el rinde provincial para ambas es de 1,2 qq/ha.
De abril a mayo el rinde nacional cede y cae por debajo de los 18 qq/ha, con 17,5 qq/ha, el nivel más bajo de los últimos 15 años. La soja ha tenido un año duro en extremo: la pérdida de área sube de 3,58 a 3,64 M ha. Con un área sembrada de 16 M ha, la producción estimada en mayo está por debajo del registro de la campaña 2008/09, en más de 10 Mt.
Maíz 2022/23: sin cambios, esperando la trilla del tardío
Con un 32% de avance en la cosecha, la trilla del maíz tardío, la incógnita que falta despejar para saber el volumen final de la cosecha está todavía muy lejos.
Hay un dato interesante al respecto en el centro de Buenos Aires: productores están adelantando la cosecha del tardío 3 a 4 meses. Explican que la planta se consumió por el calor y el grano quedó muy chico, por lo que ya se ha secado. Por la necesidad que hay de hacer frente a distintos compromisos, se termina decidiendo la cosecha anticipada. Los rindes confirman los daños, estimándose entre 40 y 50 qq/ha.
Por lo pronto, no se han realizado cambios en los guarismos de abril por lo que se sigue estimando una cosecha maicera de 32 Mt, 40% menos de lo que se esperaba producir a principios de la campaña.