Con la presencia de la Directora Regional de ONU Mujeres, Maria-Noel Vaeza, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) presentó este viernes en un evento híbrido en la Oficina Regional de la FAO, los resultados del nuevo informe: La Situación de las Mujeres en los Sistemas Agroalimentarios y la implicancia de estos en la agenda de empoderamiento de las mujeres en América Latina y el Caribe.

La apertura oficial del evento estuvo a cargo de la Líder de Programas de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, Maya Takagi, quien insistió en que: “si logramos eliminar las brechas de género, el impacto en la economía y la inseguridad alimentaria será enorme”. Participó en el encuentro el director de la División de Transformación Rural Inclusiva e Igualdad de Género de la FAO, Benjamín Davis, quién llevó a cabo la presentación del informe y detalló que “en América Latina y el Caribe, la brecha en inseguridad alimentaria entre mujeres y hombres aumento de 6.4 a 11,3 puntos porcentuales entre 2019 y 2021”. María José Morais, Secretaria de la Mujer Rural (CONTAG) y Coordinadora General de la Marcha das Margaritas, comentó los resultados del nuevo informe y fijó la atención en la necesidad de “pensar en construir prácticas socioambientales basadas en el reconocimiento de la diversidad de los sujetos y sus formas de vivir”.

En su intervención, Luz Haro, Secretaria Ejecutiva de la Red Latinoamericana de Mujeres Rurales señaló que: “es justo que las mujeres rurales sigamos en el campo, con bienes y servicios de calidad para que podamos realmente decir que nadie se quede atrás”. Por su parte, María-Noel Vaeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe, señaló que “es fundamental eliminar la brecha en el acceso a los insumos. Tanto al capital como a la tecnología y extensiones agrícolas, que no le permite hacer a las mujeres un escalamiento de su producción”. Luiz Beduschi, Oficial Superior de Políticas en Desarrollo Territorial de la Oficina Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, cerró la discusión y remarcó la necesidad de dirigir las acciones hacia “el compromiso de cerrar las brechas de género que nos impiden construir sociedad rural más prósperas, inclusivas y sostenibles”.

Sobre el informe global FAO ha presentado un reporte global sobre la situación de las mujeres en los sistemas agroalimentarios, el cual plantea, revisa y analiza las oportunidades y limitaciones de las mujeres en los procesos económicos y sociales, al mismo tiempo que hace un balance y evalúa el progreso realizado para cerrar una serie de brechas de género. Asimismo, provee ejemplos convincentes de políticas y programas, con una revisión de lo que ha funcionado y recomendaciones específicas orientadas a la acción. De acuerdo a la publicación, en América Latina y el Caribe, los gobiernos han abordado cada vez más los desafíos relacionados a las brechas estructurales que enfrentan las mujeres rurales en el acceso a la tierra, los insumos, los servicios, las finanzas y la tecnología digital, desarrollando políticas y programas que contribuyen al cierre de las desigualdades que éstas enfrentan.

Sin embargo, las mujeres padecen más inseguridad alimentaria que los hombres en todas las regiones del mundo y la brecha se ha ampliado desde el brote de COVID-19. A nivel mundial, la brecha entre hombres y mujeres en la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o grave pasó a 4,3 puntos porcentuales en 2021 desde 1,7 puntos porcentuales en 2019, impulsada en gran medida por las diferencias cada vez mayores en América Latina y el Caribe, donde la brecha alcanzó los 11,3 puntos porcentuales. El informe también señala que las mujeres constituyen el 36% de todos los trabajadores del sistema agroalimentario en América Latina y el Caribe, pero muestran una variación sustancial en la proporción de mujeres entre países de la región.

Por ejemplo, representan el 54% de los trabajadores del sistema agroalimentario en Bolivia. En algunos países de la región, la proporción ha aumentado desde 2005: en 9 puntos porcentuales en El Salvador, 8 puntos porcentuales en Colombia y 6,3 puntos porcentuales en Ecuador. Asimismo, el reporte global da a conocer que la proporción de mujeres en la fuerza laboral agrícola es mayor o está aumentando en relación con la de los hombres en las áreas rurales con una emigración alta y mayoritariamente de masculina.