Las ferias francas representan un impacto positivo en la economía local y provincial que fomenta la venta de productos frescos que salen de la tierra de cada pequeño agricultor.
Según datos del Ministerio de Agricultura Familiar, actualmente funcionan alrededor de 70 ferias en municipios de Misiones, que nuclean a alrededor de 3.000 familias que venden sus productos de manera directa. No obstante, Misiones cuenta con 25.000 pequeños productores que venden de manera indirecta.
En este marco, son varias las familias que viven solamente de lo que cosechan ya sea para su propio consumo o para comercializar. Entre estos, se encuentra la producción de hortalizas, frutas de estación, plantas, panificados, envasados, carnes, azúcar, miel, entre otros.
Este matutino habló con dos familias productoras en Puerto Piray y Jardín América que relataron sobre su vida en la chacra y destacaron la oportunidad de producir en el suelo misionero
En primera instancia, una familia correntina y productora de hortalizas vio la oportunidad de continuar su producción en Misiones. Hace doce años forman parte del sector productivo misionero y participan de la Feria Franca de Puerto Piray y Eldorado. Con ganas de tener un terreno propio y hacer valer con un mejor precio su producción, tomaron la decisión de instalarse en Puerto Piray.
Allí, Miriam Barbona, junto a su esposo, Gustavo Álvarez, y tres hijos, tienen actualmente un invernadero con sus cultivos de tomate, acelga, pepino, zapallito verde, perejil y verdeo.
Además, la productora destacó el trabajo de la mujer en la chacra y cómo afrontaron la última sequía que los afectó fuertemente.
Producir en Misiones
Barbona contó a El Territorio que la decisión se dio porque -al vivir de lo que producen- en Corrientes les pagaban mucho menos el valor de sus productos. Además, no contaban con tierra propia. Oportunidad que luego se le dio en Puerto Piray
“Somos productores de toda la vida y nos criamos en el campo. Hace doce años que nos instalamos en Puerto Piray por circunstancias de la vida”, indicó. Seguidamente, relató que se dedican a la horticultura: “Plantamos tomate, morrón, cebollita de verdeo, perejil, pepino, lechuga”.
Aseguró que en su decisión influyó que en aquel momento no contaban con terreno propio en Corrientes, y los precios de la venta de sus productos eran menores a los de acá. “Nos compraban por cantidad a bajo costo, mientras que acá se vendía el doble. No obstante, tenemos menor producción que en Corrientes porque acá hay un virus en la tierra que se llama fusarium que despierta y no deja que crezca correctamente la planta del tomate”, dijo.
“Tenemos acompañamiento constante del Inta (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) de Montecarlo y también de Posadas, a quienes consulté sobre esta plaga que consume desde abajo de la tierra a la planta”, manifestó.
Actualmente, señaló que plantan injerto de espina colorada debido a que aguanta más los virus por debajo de la tierra. Según Barbona, es un virus que afecta al tomate en Misiones y en algunas partes de Corrientes.
Ventas
Barbona relató que los vecinos conocen cuando la familia cosecha su producción y se acercan a consultar.
“Vendemos cebollita y perejil, y tomates por kilo o a veces vienen a buscar dos tomates para la ensalada y se le vende igual. Con mi esposo vivimos de lo que producimos”, detalló.
Además, la productora señaló que desde que se instaló en la tierra colorada también forma parte de la feria franca de Puerto Pira, además de que participa de la feria de Eldorado; y el año pasado participaron de la Expo Eldorado.
Con espíritu emprendedor, Barbona contó que luego de la sequía que afectó fuertemente a todo el sector productivo se dedicó a la venta de plantines de lechuga, tomate, apio y pepino, entre otros.
“Tuve tanta demanda que incluso me quedé sin plantar para mí. Después, mejoró el clima y se pudo volver a producir. Pero la seca fue terrible, nos dejó sin producción durante un buen tiempo”, adujo.
Barbona aseguró que su fuerte es la producción de tomate, que se planta a principios de marzo y tarda tres meses en dar fruto. Según la productora, esta producción durará hasta fin de año.
“Hasta diciembre tenemos la fruta. Pero enero suele ser terrible por los calores y la producción merma”, contó.
Sequía
Barbona recordó que durante el período de pandemia pudieron vender su producción a los vecinos de la zona.
En tanto, más tarde, en el 2021 -cuando se fue volviendo a la normalidad por la reactivación de todos los sectores- la sequía de ese año los perjudicó drásticamente debido a que perdieron todo lo que habían cultivado.
Aseguró que en su chacra tienen un arroyo que quedó prácticamente seco.
“Con las pocas lluvias que hubo a partir de abril del 2021 empezamos a utilizar nuevamente el agua para regar las plantas”, relató.
En cuanto al cuidado de la vertiente, sostuvo que cuidan con los árboles que hay a su alrededor. “La naciente del arroyo está más arriba de nuestra chacra y el desmonte hace que este no se recupere con normalidad”, apuntó la productora.
Asimismo, Barbona explicó que su marido fue quien le insistió en venir a Misiones.
“Teníamos parientes en Puerto Piray y a mi marido le convenció la forma de manejarse con los productos de la zona y los precios en los que se vendían, además en donde vivíamos recién iniciaba una escuela rural y acá ya había una escuela técnica para nuestros hijos.
Actualmente los tres están recibidos de la escuela técnica de Piray y están estudiando carreras”, sostuvo.
La familia llegó a Misiones en el año 2011 y desde allí, forman parte del sector productivo de la provincia con un invernadero propio de 25 metros por 7 metros. También, crían gallinas para su propio consumo.
En cuanto a los precios, la productora contó algunos de los valores que se manejan en la actualidad. Expresó que se vende a 80 pesos cada mazo de cebollita de verdeo o perejil, mientras que la acelga y la lechuga están 200 pesos el mazo.
La mujer en la chacra
Miriam Barbona, además de ser productora también es emprendedora.
Su pasión por cultivar y cosechar también se ve reflejada en las distintas plantas que cuida y mantiene para luego vender.
En primer lugar, lo hacía como recreación hasta que empezaron a preguntarle si vendía las plantas que tenía en su domicilio. Tiene suculentas, cactus, mini jardín en distintas variedades de macetas.
“Es algo que no se necesita vender ya. Las planto, cuido, crecen y cuando alguien necesita, las lleva. No es necesario vender rápido como las verduras o frutas que tienen su tiempo”, remarcó respecto al trabajo en el vivero de plantas ornamentales.
En ese sentido, Miriam asegura que desde que se levanta hasta que anochece se encuentra cuidando de la producción y de sus plantas.
Sostuvo que el rol de la mujer en la chacra es indispensable, y que muchas veces es poco valorado y no reconocido por la sociedad realmente.
“Mi abuela, mi mamá, también eran de la chacra. Me crié en el campo, al igual que mi esposo, pero las mujeres tenemos una pasión y una fortaleza que nos hace distintas. Somos el empuje que muchas veces se necesita para diversas circunstancias”, expresó.
Seguidamente, contó que no es fácil la vida en la chacra, pero con constancia, resiliencia y amor lo que uno cultiva siempre da mejores frutos.
Sector agropecuario
En el marco de una firma convenio entre la Biofábrica y el Inta el pasado miércoles, Mariano Garmendia, presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria dialogó con este medio sobre la situación actual del sector agropecuario misionero. “Misiones tiene un crisol de productores que van en buen camino en términos de ir mejorando sus prácticas. Los productores que se dedican al cultivo tienen un camino más complejo pero desde el Inta estamos trabajando en herramientas como facilitar para la producción de la Agricultura Familiar”.
De esta forma, Garmarini aseguró que buscan colaborar con el trabajo en las chacras y la tarea rural del productor.
En cifras
3.000
Familias productoras comercializan sus cosechas en algunas de las 70 ferias francas dispuestas a lo largo de toda la provincia.
Fuente: El Territorio