Resolver la administración de alimentos en la dieta de una vaca lechera puede ser sencillo cuando es parte de una planeación, esto es con tiempo disponible para analizar y tomar decisiones, pero cuando la realidad nos impone respuestas intempestivas es otra cuestión. El ingeniero Pablo Roskopf, en su exposición en el Club de Buenas Prácticas Tamberas sugirió algunos tips aun a sabiendas que hay que actuar rápido y por supuesto, ser eficiente.
La primera cuestión es conocer la disponibilidad de ese alimento y la composición, esto es los nutrientes con que cuenta ese producto. A la par, se debe observar el almacenamiento y los modos que asumirá el suministro. El tema de la calidad composicional es trascendente, referidos a los sitios de digestión, aportes proteínicos, porcentaje de fibra efectiva y (algo no desdeñable) la palatabilidad.
En esta decisión tiene mucho que ver la categoría de animales a alimentar, puesto que algunos alimentos pueden ser tóxicos para algunas categorías, y por supuesto el precio de este subproducto.
Momento crítico
El contexto climático fue devastador en algunas regiones y el impacto del estrés sobre las pasturas atentó sobre la calidad de sus proteínas. En este sentido, Roskopf sugirió la utilización de expeller de oleaginosas (girasol, maní y otros), subproductos de la industrialización de los cereales, semilla de algodón y sojilla, entre otros.
Otro aspecto es el nivel de inclusión de pasturas de buena calidad en las raciones: 15-25% de la materia seca total, siempre en función de los requerimientos a cubrir. Tengamos en cuenta que debemos propender a un equilibrio ruminal.
El último aspecto tiene que ver con la composición química el contenido de Nida, estas son las pérdidas producto del proceso térmico al que son sometidos los granos.
Ahora, veamos los precios de estos productos constitutivos de nuestra estrategia. En gris tenemos el precio del Total Contenidos Digestibles, en naranja observamos el precio del kilogramo de Proteína Bruta y en azul el precio por kilo de Materia Seca.
Tengamos en cuenta que el precio individual a granel del alimento que incorporamos es alto pero no debemos perder de vista su capacidad nutritiva.
En segundo lugar, Roskopf resalta la importancia de las fibras en las dietas de las vacas, son irremplazables y son las que mantienen un equilibrio en la salud ruminal de la vaca.
La Fibra Detergente Neutra es lo que se determina en laboratorio y tiene que ver con la química (celulosa y hemicelulosa que son las que aportan energía, genera ácidos grasos volátiles y lignina que limita el consumo) de la Fibra Físicamente Efectiva hace referencia al tamaño físico de la fibra, el tamaño de las partículas que estimula la rumia, regula el pH ruminal, segrega saliva, previene la acidosis y trabaja sobre el nivel corporal.
Roskopf compartió una tabla que nos permite realizar todas las combinaciones y prever el resultado. Esta tabla opera como una guía de reemplazos posibles y los aportes de cada alimento de reemplazo.
Asimismo, el siguiente cuadro permite una comparación de precios/nutrientes de alimentos fibrosos. Por ejemplo, el pellets cascarilla de soja en la barra naranja es el más caro por kilo FFE pero observamos que tiene una alta digestibilidad (barra gris) y por kilo de MS no están caro como la semilla de algodón.
Al final, Roskopf subrayó sobre la importancia de planificar la alimentación en momentos críticos, y por supuesto la consulta permanente al profesional que asiste en el tambo.
Por Osvaldo iachetta
Fuente: Todo Lechería