La semana comenzó con precios en altibajos, sin clara definición.
Tras las caídas de la semana pasada, y las ventas realizadas por los fondos, el día mostró un repunte técnico parcial.
Después de los cimbronazos, en el mundo financiero, de la semana pasada y las noticias del fin de semana, la soja tuvo un comportamiento errático donde subieron las dos primeras posiciones y el resto bajó, en la rueda de Chicago. Lo propio sucede con sus subproductos.
Que la tendencia, para los próximos días, resulte positiva no tiene mayor probabilidad.
¿Por qué?
Hay varias respuestas.
Una es que resulta muy difícil saber que impacto tendrán las subas de tasas de interés -que seguramente se dará este miércoles- sobre los precios de las materias primas.
Lógico sería aguardar un efecto de apreciación del dólar contra las principales monedas del mundo, lo debería jugar en contra de los precios de los productos primarios y afectar los precios de exportación, como la soja.
Sin embargo, por la incertidumbre global, podría no resultar así en vista de que las materias primas sean un refugio. No está para nada claro ello.
Otro elemento que patea contra una mejora en los valores es el del comportamiento del petróleo.
El precio del crudo sigue en baja.
Desde que comenzó marzo la tendencia es claramente negativa.
Abajo vemos el gráfico de la evolución del petróleo Brent, desde diciembre pasado a la fecha.
Allí se aprecia claramente la fuerte caída desde los primeros días de marzo.
Además, la debilidad de la demanda china induce a la baja de los valores. La ausencia de nuevas compras chinas en el mercado estadounidense tiene un fuerte impacto en Chicago.
Y finalmente, como gran depresor de los precios de la oleaginosa está la favorable evolución de la cosecha de soja en Brasil que se encamina hacia una producción sobresaliente.
Salvo en el sur, concretamente, en Rio Grande do Sul, donde la sequía sigue recortando la producción, los reportes sobre productividad revelan un gran optimismo para todo el país.
Y la trilla camina a paso acelerado. La consultora AgRural ha relevado el avance de la cosecha sobre el 62% del área apta, frente al 53% de la semana anterior y al 69% de igual momento del año 2022.
En este cuadro, la horrible situación de la soja argentina hace de soporte para que los precios internacionales no caigan demasiado.
En los próximos días se verá la crudísima realidad.
Bramará el gobierno y se patentizará la falta de idoneidad en su política económica; y, más que nada, la necedad de su comportamiento frente al eslabón agrícola, al que encontrará descapitalizado fundamentalmente por la irracional presión impositiva.
Como siempre, los pequeños y medianos serán los que más sufran.
Y, obviamente, la falta de dólares en el país todo será la negra característica del año.