TENDENCIAS CLIMÁTICAS
Si bien sobre la zona ecuatorial del Pacifico Central se detecta la continuidad del enfriamiento oceánico asociado a La Niña, los diagnósticos asociados al acoplamiento atmosférico de este indicador comienzan a revelar un debilitamiento en su influencia negativa sobre el patrón pluvial. Es decir, en términos estrictos, es razonable esperar que en lo que resta del mes de febrero las aguas superficiales del Pacifico central se mantengan con anomalías negativas, pero claramente la situación se anticipa neutralizada a partir del mes de marzo. Aparecen muy pocos núcleos fríos significativos, sin que pueda considerarse el enfriamiento costero sobre Perú y Ecuador, relevante para la evolución de este indicador.
En el Atlántico, sobre todo hacia el sur, se destaca la fuerte influencia positiva que está teniendo la corriente de Brasil sobre la de Malvinas. La mezcla de aguas está resultando en una generalizada anomalía cálida. En principio esto no es demasiado influyente sobre el comportamiento pluvial. Los calentamientos deben estar más al norte para influir sobre la oferta de agua de la franja central del país. Lo que si puede ser importante de esta anomalía, es que a medida que avancemos hacia el mes de marzo, es menos probable que tengamos enfriamientos sorpresivos adelantados con esta condición oceánica.
Otros indicadores de importancia, como el MJO (Oscilación Madden-Julian), puede ser influyente en el norte del litoral y el sur de Brasil durante los próximos cuarenta y cinco días, favoreciendo el despliegue de lluvias importantes. Estos no son indicadores con una señal fuerte para la región pampeana, pero en este caso, el retorno de lluvias importantes a la cuenca alta de los Ríos del Plata, sería más que importante.
En la segunda parte del mes de enero se vio una mayor frecuencia de eventos pluviales, básicamente ligada a una fase negativa del índice AAO (oscilación antártica). Dado que a su vez el sistema de alta presión no estaba afectando el área continental, la posibilidad que tuvieron los frentes para desarrollar precipitaciones y sobre todo avanzar sobre el este, se vio favorecida. Los dos eventos principales del mes se dieron el 20 y el 27, con eventos previos menores. Como mencionamos la franja oeste del país se ha mantenido más activa independientemente del avance de sistemas frontales.
En estos días hemos ingresado en una etapa positiva de este indicador atmosférico de escala regional, lo cual redunda en una menor llegada de sistemas frontales o perturbaciones más débiles, o sea con menor posibilidad de que se generen eventos pluviales destacados. El último frente que ingresó el domingo fue muy productivo para el sudeste bonaerense con lluvias de entre 50 y 80 milímetros, en su avance hacia la franja central, las lluvias fueron generalizadas pero con montos pluviales menores y bastante más heterogéneos. En las próximas horas se espera el avance de un nuevo frente y un cambio de circulación que dejará una masa de aire bastante más fresca. Recomponer la carga de humedad llevará al menos una semana, con lo cual, luego de las lluvias de mañana, deberemos esperar a la última semana del mes para que se observen nuevas precipitaciones.
Independientemente de la presencia del fenómeno La Niña y su potencial efecto residual, vemos que las respuestas de escala regional aun no son consistentes y cuando aparecen no logran la persistencia necesaria como para dar un cambio definitivo al comportamiento deficitario de las precipitaciones.
Como están las cosas, es razonable esperar una mejora en la última semana del mes de febrero y una mejor evolución pluvial durante marzo. Si esto se valida, podemos transitar un trimestre de otoño con niveles razonables de precipitación, lo cual lentamente empezaría a notarse en la recarga de los perfiles de humedad.