En el centro norte santafesino, las primeras estimaciones sobre la cosecha de trigo 2022, indicarían una pérdida productiva de 710.000 toneladas. En maíz temprano, se implantaron 1,25% menos de hectáreas que en el ciclo anterior. En girasol, se sembró un 17,6% más y en soja de primera, se proyecta 5,0- 6,0% % más que en la campaña previa.

El Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe elaboró un informe referido a la campaña agrícola 2021/22 y a las perspectivas del ciclo 2022/23, en el centro norte de la Provincia de Santa Fe.

Indica, que toda la campaña agrícola 2021/22 en el plano productivo y comercial estuvo influida, además de las condiciones climáticas, por la guerra rusa-ucraniana, la sequía en Sudamérica y las tensiones en las cadenas globales de valor, que contribuyeron a un contexto de alta volatilidad en los precios y en la comercialización de granos y de fertilizantes, llevando a un deterioro de la relación insumo/producto.

En esta línea, se destacan las mermas en las importaciones de fertilizantes, con lo cual se observó "una caída notable del consumo de estos insumos por hectárea", expresa el informe, que agrega que la falta de gasoil, a mediados del año pasado adquirió una especial relevancia.

Si bien el trabajo refleja el panorama nacional de los cultivos, explica más pormenorizadamente, los avatares transitados en el centro norte de la provincia de Santa Fe

La campaña previa en la región

De acuerdo con los datos proporcionados por el Sistema de Estimaciones Agrícolas para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe (SEA) para la campaña 2021/22, la cosecha de los principales cultivos (soja, maíz, girasol, trigo y sorgo), en los 12 departamentos del centro-norte de la provincia de Santa Fe, concluyó con una producción total de 7.333.445 toneladas (+6,5% respecto la campaña previa), tras una trilla que abarcó una superficie de 2.167.950 hectáreas.

Como se ha dicho, en líneas generales, el actual ciclo agrícola estuvo marcado por irregularidades climáticas que implicaron una gran heterogeneidad en los rindes de los cultivos a lo largo de la zona bajo estudio

La campaña triguera (finalizada a mediados de diciembre del año pasado) culminó con una superficie cosechada de 375.900 ha y un rendimiento promedio de 36,8 qq/ha; siendo éste ampliamente superior al ciclo anterior (+109,4%) y el más elevado desde que se tiene registros.

Dicho cultivo en los departamentos La Capital, Las Colonias y Castellanos mostró un excelente desarrollo, superando el rendimiento promedio de la zona bajo estudio. En cuanto a la producción total, el cultivo registró un incremento interanual del 180,3%, luego del malogrado ciclo 2020/21, totalizando 1.381.430 tn, la más alta de la serie histórica del SEA.

En referencia al girasol, la campaña en dicho cultivo estuvo ceñida por las condiciones climáticas irregulares, que produjeron complicaciones, demoras en el proceso de siembra y el normal desarrollo de los cultivares. Sin embargo, gracias a un aumento en la superficie sembrada (+5,9%) y en los rendimientos (+8,1%), la producción total ascendió a 206.563 tn. (+14,5% respecto a la campaña 2020/21).

Por su parte, la campaña de soja (con un total de superficie sembrada de 1.478.000 ha) finalizada la segunda quincena del pasado junio, culminó con una producción final de 4.480.555 toneladas, un 6,1% por debajo del ciclo 2020/21. En este caso, la falta de precipitaciones y condiciones ambientales adversas implicaron que la productividad se ubicara por debajo de las 3 campañas precedentes, con 30,3 qq/ha.

En soja de primera, dicho ratio fue de 32,5 qq/ha (-9,7% i.a.) y en soja de segunda, se ubicó en 26,5 qq/ha (+1,9% i.a.).

El sorgo granífero culminó con una superficie cosechada de 90.000 hectáreas, de las cuales 87.300 ha corresponden a área destinada para grano comercial, mientras que las restantes, para autoconsumo. El rendimiento de la presente campaña ascendió a 39,5 qq/ha (+16,2% i.a) y la producción totalizó con 344.810 tn, incrementándose un 50,2% en relación año previo, y constituyendo el mejor registro desde la campaña 2014/15 en el área SEA.
Por último, la campaña de maíz finalizó con la menor producción desde la campaña 2017/18, con un total de 920.088 toneladas, implicando una caída del 24,1%.

Los planteos de primera estuvieron particularmente afectados por las cuestiones climáticas, con una caída en la producción de 41,9%, totalizando 367.885 tn y un rendimiento promedio ampliamente inferior al ciclo previo (-27,8%), con 67,5 quintales por ha.

Para el caso del maíz de segunda, los resultados no fueron tan negativos: la superficie cosechada cayó un 3,5% en relación al año anterior y el rinde promedio estuvo en sintonía con el de la campaña previa (79,1/ha).

Perspectivas

En cuanto a las perspectivas de la campaña 2022/2023, los factores mencionados para el ciclo previo continuaron influyendo sobre las decisiones a tomar por el productor. Tanto las Bolsas de Cereales de Rosario como la de Buenos Aires, han venido informando sobre las pérdidas que la sequía y las heladas a destiempo han producido en las áreas sembradas con trigo y maíz.

El informe del CES sostiene que la campaña 2022/2023 vislumbra "un cambio de tendencia" en el esquema productivo ya que se espera "un incremento notable de la superficie sembrada con soja en detrimento del maíz".

En el plano regional, la actual campaña de trigo comenzó su implantación a principios de junio en el centro-norte de la provincia de Santa Fe, con una intención de siembra de 370.000 ha. Dicha estimación fue revisada hacia mediados de julio, reduciéndose hasta 360.000 ha, lo cual la ubica un 4,0 % por debajo respecto a la del año anterior.

El proceso de siembra culminó a principios de agosto, muy por debajo de las intenciones iniciales, con una superficie de 321.000 ha, una caída del 14,6% respecto al ciclo anterior y un 8,2% menos respecto a la campaña 2020/21.

En este punto, se han observado dos realidades diferentes: por un lado, los trigos de ciclo largo con buen estado sanitario y muy buena respuesta a las fertilizaciones, tras algunas precipitaciones registradas en el mes de agosto. Mientras que, por otro lado, los cultivares implantados en segunda instancia -ciclo intermedio y corto- evidenciaron indicadores de la presencia de escasa agua útil en los suelos: un cierto retraso en el crecimiento, diferenciación en el color de las hojas (amarillamiento) y una defectuosa absorción de los nutrientes aplicados en la fertilización inicial.

Tras las irregularidades climáticas (déficit hídrico, heladas y amplitud térmica diaria elevada) durante el mes de septiembre y mediados de octubre -período crítico de desarrollo- se observó un deterioro en la condición del cultivo, alcanzando más de la mitad de los cultivares en condiciones regulares a malas.

Bajo este escenario, se estima que en el centro- norte santafesino el rendimiento promedio por hectárea se ubicaría en torno a un 25,0-35,0% por debajo de la última campaña y una pérdida de área de alrededor de 6.000 ha, lo que implicaría una disminución
de la producción de 710.000 toneladas, aproximadamente, en un escenario similar al de la campaña 2020/21.

Girasol

La siembra comenzó entre finales de julio y principios de agosto bajo condiciones climáticas favorables que brindaron una buena a óptima disponibilidad de agua útil en los suelos, permitiendo de esta manera, un gradual avance del proceso.

La intención de siembra estimada en el área del SEA fue de 124.200 ha, un incremento aproximado del 20,0% en comparación a la superficie alcanzada de la campaña anterior, en
parte impulsada por el área que no se concretó en el trigo. Finalizada entre finales y principios de octubre, la superficie implantada alcanzó alrededor de las 121.700 ha; un incremento del 17,6% respecto a la campaña 2021/22.

En este caso, los cultivares de la primera etapa en general avanzan en un normal crecimiento y desarrollo vegetativo. La condición de estos cultivos es muy buena, encontrándose un 95,0 % de los lotes en excelente estado, bueno en un 3,0 % y regular sólo en un 2,0 % del total del área implantada.

Maíz de primera

La ventana de siembra de maíz de primera comenzó en los primeros días de septiembre, a ritmo sostenido, centrando la mayor implantación en la zona de las cuencas lecheras, cuyo cultivo se destina fundamentalmente al autoconsumo.

Se estima que la intención de siembra fue de 95.000 ha, mientras que la superficie final rondó las 86.900 ha. Al igual que lo sucedido en los restantes cultivos, las condiciones climáticas irregulares impidieron lograr las intenciones iniciales, y en este caso culminó con un 1,25% de hectáreas sembradas menos que en la campaña 2022/21.

Soja temprana

La estimación de siembra de soja temprana (o de primera) para la campaña 2022/23 para el centro-norte provincial se ubica en el orden de las 1.000.000/1.010.000 hectáreas, representando un incremento en torno al 5,0 a 6,0% respecto a las intenciones de siembra de la campaña pasada.

Ese dato podría estar indicando un traspaso a este cultivo en aquellas áreas donde no se pudo concretar la implantación de trigo o maíz, además de un cierto reemplazo de los trigales que ya se encuentran en situación irreversible por las consecuencias de la falta de precipitaciones.

Cabe mencionar que dicha proyección inicial podría estar sujeta a modificaciones en las próximas semanas; considerando el caso que la ventana de siembra no sea favorable (tras la ausencia de precipitaciones normales), los cultivos variarán a soja tardía o maíz tardío.

Fuente: Bolsa de Comercio de Santa Fe