El gobierno anunció la puesta en marcha de la nueva versión del dólar soja. El mismo regirá desde este lunes y hasta el 31 de diciembre, mediante el cual el complejo sojero podrá liquidar sus exportaciones a un tipo de cambio de $230, a diferencia de los $200 de la primera edición.
Con la puesta en marcha de la medida, el Gobierno logra un acuerdo con las empresas exportadoras mediante el cual tiene “un piso garantizado de 3.000 millones de dólares”, en un contexto de problemas que enfrenta el Banco Central para acumular reservas. Igualmente, fuentes oficiales mencionaron que esa cifra puede incrementarse para permitirle al Gobierno sobrecumplir en un 15% la meta de acumulación de reservas del Banco Central pautada con el Fondo Monetario Internacional, y de la meta fiscal para llegar a la pauta del 2,5% de déficit para este año.
“El objetivo es batir el récord de exportaciones del complejo agroindustrial histórico, a los efectos de ponerlo sobre la mesa en el debate de la agenda de seguridad alimentaria global que se discute en el G20″, añadieron las fuentes oficiales.
“Alinear los incentivos permite fortalecer reservas, generar mayor nivel de actividad en el sector agropecuario y agroindustrial, y además la mayor recaudación que le genera esto al Estado tiene que ser aprovechada de manera virtuosa para tratar de atender las asimetrías o las dificultades que pueda generar el programa en el mercado interno”, señaló el ministro de Economía, Sergio Massa, tras reunirse con las entidades que integran el complejo sojero.
Esperan una cosecha de soja de 54 millones de toneladas
“Es importante que cuidemos al productor, que sienta que recibe su renta por su esfuerzo, que es su ahorro, su trabajo, y la amenaza de sequía que aparece como un riesgo, tenga como compensación la capacidad de tener instrumentos económicos para acelerar y enfrentar el proceso de siembra”, agregó Massa.
En el encuentro, Massa estuvo acompañado por el presidente del Banco Central, Miguel Pesce, el titular de la AFIP, Gustavo Castagneto, el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, el titular de la Aduana, Guillermo Michel y el secretario de Finanzas, Eduardo Setti.
“La mayor recaudación que le genera esto al Estado tiene que ser aprovechada de manera virtuosa para tratar de atender las asimetrías que pueda generar el programa en el mercado interno” (Massa)
Hay que recordar que entre el 5 y 30 de septiembre pasado funcionó el esquema denominado “Programa de Incremento Exportador”, mediante el cual se realizaron operaciones de liquidación de divisas para comprar soja a un tipo de cambio de $200, generando un volumen comercializado de casi 14 millones de toneladas y divisas por más de USD 8.000 millones durante su período de vigencia. El nuevo “dólar soja” busca generar un proceso similar.
Por otro lado, se anunciaron medidas de promoción para economías regionales, subsidios a las cadenas de valor avícola, bovina, lechera y porcina para aumentar los actuales niveles de producción y un fondo para mantener valor de las asignaciones familiares. Además, prevé un premio a la industrialización de soja para aumentar la incidencia de aceites y harinas en las exportaciones del complejo agroindustrial.
El presidente de CIARA-CEC, Gustavo Idígoras, señaló tras el anuncio: “Vemos a esta nueva condición como una mejora que, aunque sea temporal, tendrá un impacto directo en el precio de la soja en el mercado interno. La decisión de venta de soja está siempre en manos del productor y será él quien decida cuándo vender”.
En cuanto a los posibles impactos, Idígoras dijo que “el flujo estimado de ingreso de divisas para todo el complejo cerealero-oleaginosos durante diciembre estaría en 3.000 millones de dólares.“
Soja sin vender
Para la puesta en marcha del nuevo dólar soja, el Gobierno observó con atención que durante la campaña anterior de soja, la producción total alcanzó los 43,3 millones de toneladas, de las cuales quedarían por vender por parte de los productores unas 11,4 millones de toneladas, que a precios al día de hoy se calcularía un ingreso en torno a los USD 6.000 millones. Hasta el momento, tanto la comercialización de la última cosecha de soja y maíz atraviesa un momento de ralentización de la misma, como consecuencia de la incertidumbre que hay en el país en términos económicos y cambiarios, y a todo esto hay que agregar que muchos productores guardan los granos como refugio de valor.
Antes del anuncio de la medida que regirá desde este lunes, sectores de la producción plantearon su rechazo a la misma, y reclamaron un solo tipo de cambio. Los integrantes de la Asociación Argentina de Productores Agropecuarios (AAPA) advirtieron que “con un nuevo dólar soja hay una nueva ola de engaños. Adelantamos que se viene una nueva cacería dentro del zoológico. En septiembre pasado, los exportadores se apropiaron de 38 dólares por tonelada comercializada, de acuerdo con la capacidad de pago y se comercializaron 14 millones de toneladas”.
Para las economías regionales, que también fueron alcanzadas por las medidas de hoy, Massa lanzó días atrás una serie de beneficios para hacer frente a la sequía y, especialmente, a las heladas tardías. Así, presentó una serie de beneficios económicos para los productores de ovinos de la Patagonia. Una gran parte de las producciones regionales, atraviesan un contexto complejo desde lo climático, pero también por la suba de los costos de producción, como fertilizantes, semillas y granos para la alimentación de los animales. Ante el vigoroso estrés que impuso la sequía, los productores no lograron atenuar la caída en la competitividad que le reportan los precios que reciben y que pone a la mayoría de las actividades en rojo y en zona de crisis.
Fuente: Infobae