El profesor Jorge Hernández, parte del Programa de Transformación Digital de Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) y miembro del Comité de Tecnología del Consejo Centroamericano de Supervisores, Manager Business School de España, entrega las claves, ventajas y oportunidades que ofrece transformarse en un huerto tecnológico del siglo XXI, sobretodo en un escenario competitivo y desafiante.
La tecnología y la digitalización ayuda a las empresas a aumentar sus ingresos, ya que hay una optimización en los procesos de gestión, productivos y comerciales.
En el caso de la agricultura, es relevante la generación de cambios y el conocimiento de herramientas que permitan la adaptación. El académico explica cómo es un huerto tecnológico y digitalizado y cómo adaptar procesos para enfrentarnos a los desafíos de producción de alimentos, escasez hídrica, falta de capital de trabajo o mano de obra, etc.
El huerto del siglo XXI tiene estas características: se transforma año a año, buscando mejorar y reorientar procesos a través de las nuevas tecnologías, así como resolver dificultades tan relevantes como la gestión de aguas y capital humano para el trabajo agrícola.
“Si quieres algo nuevo tienes que dejar de hacer algo viejo”, esta frase es de Peter Drucker, la cual “nos incentiva a que salgamos de nuestra zona de confort y poder realizar cosas nuevas, adaptarnos a los avances tecnológicos, como dice el Instituto Bio Sense, no podemos alimentar al mundo de hoy con la agricultura de ayer”, dice Hernández.
Esto en relación a que cada día los productos alimentarios requieren de mayor calidad y existen más exigencias.
Hay que tener presente que los huertos son sistemas de producción de alimentos para el autoconsumo, que contribuyen a mejorar la seguridad alimentaria y la economía de los agricultores, en cambio, los huertos tecnológicos son los que incorporan algún tipo de tecnología para el cuidado, siembra y cultivo de lo que se tenga plantado. Por ejemplo, a través del uso de sensores, medidores, telemetría, entre otros.
Y los huertos Smart o inteligentes son los que introducen tecnologías más disruptivas en su quehacer.
El MIT, Massachusetts Institute of Technology, señala que la transformación digital es la capacidad de las organizaciones, sus líderes y empleados para adaptarse a los rápidos cambios provocados por la evolución de las tecnologías digitales.
Sin embargo, para la agricultura, existe una definición de transformación digital que es más ad hoc y es la de Brian Solis, en que la describe como la búsqueda de la evolución de modelos comerciales y operativos, innovadores y ágiles, impulsados por tecnologías, procesos, análisis y talento en evolución, para crear nuevos valores y experiencias para clientes, empleados y partes interesadas, explicó Jorge Hernández experto en transformación digital.
Pilares de la transformación digital
En cuanto a los conceptos involucrados en estos cambios tecnológicos, es necesarios enfatizar que la digitalización es solamente la traducción de información en un formato que puedan entender los diferentes dispositivos, por ejemplo, un computador, es decir, convertir información analógica en formato digital.
Cuando se habla de automatización de procesos, es una disciplina que permite diseñar, documentar, ejecutar, medir y controlar procesos automatizados o no, para conseguir resultados alineados con la estrategia de la empresa u organización.
La reingeniería de procesos, es la revisión y el rediseño de procesos para alcanzar mejoras en el rendimiento: Calidad, servicio y rapidez. Y la transformación digital, es la búsqueda en la evolución de los modelos comerciales y operativos innovadores y ágiles, impulsados por tecnologías, procesos, análisis y talento en evolución.
Teniendo claro estos conceptos, Hernández dice que los agricultores deben siempre estar mirando y conociendo de tecnologías, para saber cuáles son las que mejores se adaptan a sus negocios.
Sin embargo, hizo enfásis en el valor de la información, “los agricultores deben contar con información de valor, calidad, verdadera y certera, que le permitan tomar mejores y oportunas decisiones. Hay que tener en cuenta esto y tener claro los objetivos estratégicos de las empresas, solo así vamos a lograr hacer verdaderas transformaciones”.
Tecnologías disruptivas
Las tecnologías disruptivas que pueden aportar a la agricultura son : BlockChain, cloud computing, inteligencia de las cosas (IoT) e inteligencia artificial (IA), ellas pueden ayudar al sector agrícola a obtener información de manera directa, de primera fuente, desde cualquier lugar y así ser más productivos.
El blockchain es una tecnología que consiste en un registro de datos que se comparte entre muchos usuarios, en el cual se registran transacciones de forma confiable – sin intermediarios - , la cual no puede ser alterada, y contribuye a tener trazabilidad en la cadena de producción y transporte, llevar un control de costo-eficiencia, tener claro origen de los productos, la fecha de producción, uso de fertilizantes, productores involucrados, etc.
Toda esta información recopilada puede ser muy valiosa a la hora de exporar, mejora los procesos de producción, aumenta la transparencia con los consumidores finales y mejora la gestión de las finanzas agrícolas.
El Cloud Computing, es básicamente el almacenamiento en la nube de información de valor, como datos obtenidos de sensores, imágenes satélitales, información de estaciones meteorológicas, etc. Aquí la importancia de los servidores y el cuidado de la información en la nube cobra valor, por eso las empresas deben implementar una política de resguardo y revisión de los contratos con los proveedores.
En cuanto a la inteligencia de las cosas (IoT) ayuda a monitorear y diagnosticar en la agricultura de precisión. Por ejemplo, por medio de GPS, sensores y sistemas de información geográfica (SIG), se puede tener información detallada del cultivo, el suelo y variaciones del clima en tiempo real, facilitando el proceso de siembra mediante el monitoreo, el almacenamiento de datos y la evaluación automatizada, entre otros recursos.
En el caso de inteligencia artificial (IA), la RAE (Real Academia Española) la como la “disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”.
Y su aporte a la agricultura por ejemplo es a través de drones aéreos y acuáticos, sensores eléctricos, visuales, olfativos y biológicos, contribuye a la analítica de las zonas de cultivos, combinando también sistemas de posición geográfica y de genética.
El profesor Jorge Hernández, quien expuso en una actividad enmarcada en el ciclo de seminario “Transformación digital: agricultura competitiva en un entorno desafiante”, organizada por la Red de Asistencia Digital Fortalece Pyme Aconcagua – Quillota (Chile), dice que “en el caso de la inteligencia artificial, está generando un desplazamiento de mano de obra, pero mano de obra repetitiva de nivel operativo, la cual ya han comenzado a realizar los robots”.
Gracias a todas estas tecnologías “se obtienen datos valiosos para el agricultor y del agricultor, de la plantación, información de qué tipo de semilla, su crecimiento, cosecha, el transporte, datos de recolección, cómo se distrbuye el producto hasta llegar por ejemplo en el supermercado, ahí puedo escanearlo y saber todo eso, los consumidores saben qué están comiendo, hay mayor confianza y vuelven a repetir la compra. Todo esto con acceso incluso desde un smatphone”, enfatiza.
Con esta mayor eficiencia ya no han tantos intermediarios y en la cadena de suministro se pueden identificar los productos que no tienen la calidad y dónde pudo haber fallado el proceso.
Por ejemplo, Wallmart ya está implementando la tecnología de blockchain y están con RFID, sustituyendo el codigo de barra.
Los sistemas de identificación por radiofrecuencia (RFID) son un tipo de etiquetas que se leen de baja frecuencia y se usan para identificar animales y las de alta frecuencia en el control de las bibliotecas, seguimiento de equipaje – Air France lo usa - e incluso en las autopistas.
Hernández dijo que otro de los aspectos que los agricultores deben ir implementando, es un componente del blockchain, que son los smart contracts o contratos inteligentes, lo cuales ayudan a disminuir la cantidad de intermediarios en la comercialización agrícola, además de asegurar bajo qué condiciones ésta se puede dar aún sin haber sembrado.
El beneficio para la agricultura es que al exportar se pueden establecer clausulas específicas, y si alguno falla se activan inmediamente los pagos respectivos. “Se generan menores costos burocráticos, accebilidad a todo tipo de clientes, son seguros, fomenta la transparencia al no haber intermediarios, reduce asimetrías de información, comparte y almacena información en cadenas para uso colectivo”, agregó.
No hay límites… el metaverso
Ya no existen límites para la agricultura, hay experiencias en que ya no hay personas recogiendo la cosecha, sino robot especializados, que ven cómo está la producción o si le hace falta algún un nutriente.
A falta de tierra surgen las granjas verticales, ya no hay limitación para los cultivos, incluso se puede hacer en contenedores. Existe una experiencia importante en Nueva Yersey, EE.UU. (Aeropharm) con más de 69 mil pies cuadrados de cultivos, incluso ya en Amazon hay productos para cultivar en casa.
Dentro de las últimas tendencias está la incorporación del metaverso (realidad virtual), que es un concepto de universo 3D en línea, que combina múltiples espacios virtuales y conecta a los usuarios en todos los aspectos de sus vidas.
“Los agricultores podrían vender a través de esta forma, es decir, el consumidor mira el producto, lo escoge y lo compra, hay una experiencia. Es posible con esto también monitorear huertos en tiempo real, detección de alertas tempranas, realizar capacitaciones a los trabajadores, etc.”, puntualiza Hernández.
Actualmente existen productores utilizando la realidad aumentada para digitalizar y monitorear la biología, progreso y datos de los cultivos, generar recorridos virtuales, realizar comercio electrónico, etc. Es un mundo virtual público en que se puede usar cualquier dispositivo y que ayudará a desarrollar nuevas oportunidades de negocio.
Fuente: Portal Fruticola