De acuerdo a lo que venimos describiendo a lo largo del invierno, no sorprende la fuerte anomalía negativa que domina la zona núcleo central. La mejora de las lluvias en el centro del litoral y el sur de la región pampeana fue significativa y si bien hay matices entre la categoría normal y abundante, la recuperación que se percibe a campo es significativa y de gran escala.
Hemos salido del patrón homogéneo de lluvias deficitarias, aunque el mismo persiste en una zona muy importante para la fina y va a costar mucho salir de esta situación dado que la demanda de lluvias para resolverla esta fuera del rango de probabilidad para el mes de agosto. Es decir esta demanda exige una disrupción pluvial, un evento fuera de contexto. Por lo pronto las lluvias observadas en estos primeros diez días de agosto, son paliativos oportunos, siempre más productivos para la provincia de ER, donde el escenario de reservas no es tan complejo y las sementeras de trigo en general se mantienen en buena forma.
Hacia el norte de la Mesopotamia las lluvias se han quedado algo más cortas, después de varios meses en que la suma mensual venía quebrando positivamente las marcas estadísticas. Chaco, Formosa y SdE extienden la zona deficitaria que ya mencionamos como dominante de la zona núcleo. Las anomalías pluviales en el NOA, no son relevantes en esta época del año. Si es interesante destacar el buen nivel de lluvias y nevadas en el noroeste de la Patagonia, con algunos eventos que lograron moverse bien y con generosidad hacia el este tomando gran parte de la estepa del norte de la región, una zona que con poco, en el invierno tiende a completar sus valores normales y definir una anomalía positiva. Por el contrario el sur de la Patagonia se caracteriza por una anomalía de signo opuesto. La zona de influencia de Bariloche y El Bolsón han tenido acumulados superiores a los 200 milímetros, por cierto es una época en donde es razonable esperar este tipo de comportamiento.
Con el correr del mes de julio el rigor térmico fue cediendo y en general los promedios de las temperaturas extremas (mínimas y máximas), no presentaron anomalías importantes para destacar. Se puede decir que el mes quedó divido en dos mitades. Si bien es posible que resten irrupciones de aire frío, la parte más dura del invierno parece haber quedado atrás. En esta primera decena de días de agosto, han habido algunas heladas, pero la tendencia pariese evidenciar una salida del período más frío del invierno.
El comportamiento de las precipitaciones del mes de julio ha permitido que el sur de la provincia de BA, encuentre respuestas que la apartan del comportamiento deficitario que se sostiene en el núcleo triguero del centro del país. El patrón no es parejo, pero en general las mejoras son importantes. Por el contrario y aun considerando las lluvias recientes, no cede el estado crítico de las reservas en el corazón de la región pampeana.
En el norte de la región pampeana, sudeste de SdE y sur de Chaco, hubo recuperación de reservas. Posiblemente si las temperaturas se mantienen moderadas, esta mejora de humedad aliente la siembra de girasol en el norte pampeano. La recuperación ha sido importante y seguramente el margen de humedad estará disponible, pero es aconsejable hacer manejos agronómicos que contemplen la posibilidad de que hay faltantes de agua en el último trimestre del año. Objetivamente la mejora es muy importante, pero también se da en una época en que las exigencias son pocas. Es muy recomendable hacer mediciones a campo del nivel de humedad para avanzar con las siembras tempranas. Por lo pronto, las temperaturas más bajas, parecen quedar hacia el sur, algo que también ayuda a inclinarse a favor de arrancar las implantaciones en fechas tempranas.