Ni bien se conocieron los anuncios, las calculadoras empezaron a sacar fuego. Dedos frenéticos hacían números una y otra vez tratando de entender el alcance del beneficio que traía las medidas informadas por el Banco Central (BCRA) para incentivar a los productores que vendieran la cosecha. Sin embargo, el mix propuesto entre el acceso al dólar solidario y la permanencia obligatoria en pesos, dificulta sacar una idea precisa de a cuánto asciende la mejora.
Las primeras conclusiones no se demoraron tanto y hasta fueron obvias: “Nos da la impresión de que es otro tipo de cambio que parece de muy difícil implementación”, dijo el Presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino. Y advirtió: “Es que es una medida sin consenso y eso no es bueno en ningún sector de la economía”.
En tanto, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) alertaron que si bien “estaban analizando el impacto de la resolución de BCRA”, les parecía un “mecanismo complicado” que “no provocará un aluvión de ventas”.
Más tarde fue el presidente de la Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni, tildó a la medida como “cosmética, pensando más en el título y en la coyuntura que en la estructura” y aseguró que “no beneficia a los productores genuinos” sino “a los sectores más concentrados, a cerealeras y exportadoras”.
Qué hay que saber sobre nuevo “dólar soja”
Siendo estrictos en el análisis, los anuncios del martes no crean una nueva cotización del dólar para la venta de la cosecha de soja. Solo se implementan dos instrumentos que tal vez pueden mejorar un poco las condiciones de venta de los productores, con vigencia hasta fin de agosto.
El primero, es la posibilidad de que el 30% de la venta en pesos pueda ser pasada al dólar oficial más el impuesto PAIS (30%) y las retenciones a cuenta que percibe la AFIP (45%). El valor de martes fue de $ 239,75.
Es decir que si un productor vende soja por un millón de pesos, podrá comparar unos 1.250 dólares (de acuerdo a la cotización del 26/07) y los tendrá disponibles para lo que desee. Además, a fin de año podrá deducir las retenciones de AFIP en su declaración de ganancias.
Para el otro 70% se creó la posibilidad de hacer un depósito a la vista en las entidades financieras con retribución diaria variable en función de la evolución del tipo de cambio A3500. Esta opción implica que el productor queda a salvo de una devaluación del dólar oficial, pero no de un estiramiento de la brecha entre el oficial y cualquier otra variante (MEP, CCL o blue). También es de libre disponibilidad así que puede retirar los pesos cuando desee.
Es decir, anteriormente, el productor que vendía su cosecha, cobraba pesos (a un tipo de cambios de $129 por dólar) y si quería preservar su capital debía acudir al dólar MEP ($324). Ahora tendrá una significativa mejora del tipo de cambio para el 30% de la producción pero el resto deberá mantenerlo en esos pesos indexados ya que no podrá acceder al MEP por 90 días.
Y este es otro punto a destacar: si el productor adhiere a este instrumento, el 70% de su producción quedará en pesos (con lo que eso implica con la actual inflación), o se verá obligado a ir al dólar blue, fungiendo en negro dinero blanco.
Cuánto crecería la venta de soja
Si bien aún falta vender soja por unos USD 14 mil millones, nadie espera semejante volumen de comercialización.
¿Cómo es la dinámica para que los dólares lleguen al BCBA? El productor, que tiene la soja, acuerda la venta con el exportador; el exportador trae los dólares del exterior a través de la prefinanciación de exportaciones de entidades bancarias internacionales y los deposita en el Banco Central, que le da pesos para pagarle al productor; luego el productor podrá ir al banco y comprar ese 30% de dólares en el sistema.
En una charla con periodistas de la que participó A24.com Agro, el titular del BCRA, Miguel Pesce sostuvo que apuntan a unos USD 5.000 millones entre lo que aún está en manos de los productores y los que ya tiene la industria, pero falta fijarle precio.
Es decir que si logra el objetivo, en un mes habrán ingresado USD 5.000 millones y el 30% (USD 1.500) habrán vuelto a salir mediante en nuevo "dólar soja".
¿Pero de cuánta soja hablamos? A valor de hoy, son unos 8,5 millones de toneladas, algo más del 35% de lo que aún falta comercializar.
Acá es importante recordar un dato: nunca en la historia hubo tal ingreso de divisas mensual por la exportación de granos y subroductos. El récord, de junio de 2018, fue de USD 3.833 millones, en un mes sumamente curioso que dejó muchas dudas sobre la forma en que se logró ya que por entonces la sequía provocó una cosecha de solo 37 millones de toneladas, y con un terrible problema de calidad. Pero esa eso otra historia, para ser analizada en otro momento.
Al 20 de julio (último dato oficial) los productores habían comprometido el 48% de la cosecha, frente a un 59% comercializado a la misma fecha de la campaña pasada. Para equiparar los números, deberían vender unos 4/5 millones de toneladas, con un ingreso de divisas de entre 2.300 y 2900 millones de dólares; un número que suena más alcanzable.
La semana pasada, el Secretario de Agricultura, Matías Lestani, relativizaba la demora en la liquidación de la cosecha y afirmaba que a más tardar a fines de agosto o principios de septiembre la venta se acercaría un poco más a lo habitual ya que el productor necesita encarar los gastos de la próxima campaña gruesa.
Es probable que esta medida sea útil para esos productores que de todas formas necesitan vender rápidamente.
Para el resto, los funcionarios deberán desplegar toda su artillería de seducción para convencerlos pasarse a pesos, luchando con una idiosincrasia que prefiere ver su capital en granos en el campo, algo mucho más palpable que los instrumentos financieros que propuso ayer el Gobierno.
Por Marcos López Arriazu
Fuente: A24