Esta situación marco de entrada el desarrollo del mes de junio, sesgando en forma negativa la oferta de agua e impidiendo una recuperación respecto del patrón deficitario ya instalado en mayo. Durante la segunda quincena de junio, el aire de origen tropical logró reposicionarse, aunque solo bastó para generar nieblas y algunas lluvias débiles en el litoral en las últimas jornadas del mes. En general durante junio, la falta de lluvias se profundizó en gran parte del país.
Como se puede ver en el mapa, las únicas zonas donde las precipitaciones tuvieron una mejor performance, comprenden áreas del NEA y el noroeste de la Patagonia. Normalmente, durante las lluvias se retraen sobre el centro norte de la Mesopotamia y el este del NEA, aumentando su oferta en las áreas cordilleranas en el oeste de la Patagonia. Sin embargo, durante el invierno, las lluvias mantienen una oferta bastante más generosa que la que se viene observando en la región pampeana sobre todo en la franja este, donde es razonable aspirar a unos cuarenta milímetros mensuales durante el trimestre frío.
En la representación de las lluvias de junio, se evidencia el muy escaso o nulo despliegue de precipitaciones dentro de la región pampeana. Sólo durante este último lunes y martes, algunas precipitaciones se hicieron presentes en las provincias del centro y en el sur de la región, aunque como vemos, en el mejor de los casos lograron sumar diez milímetros (en general menos), algo más sobre el norte entrerriano y el sur de Corrientes. En la provincia de CB, también se dieron estas precipitaciones menores, pero en estas zonas mediterráneas ya durante junio, el retroceso pluvial ya es mucho más notorio, con lo cual esta escasez pluvial tiene cierta cercanía a la normalidad, independientemente de las necesidades hídricas de los suelos.
Sobre el noroeste de la Patagonia, se han dado lluvias y nevadas de importancia. Las mismas no lograron proyectarse sobre el resto de los andes patagónicos, ni tampoco avanzaron sobre la región cuyana, aunque si hubo nevadas sobre las zonas de alta montaña en MZ y SJ.
Cuando comparamos los valores de lluvia registradas del mes de junio con los valores estadísticos (1973-2021), se obtienen los desvíos o anomalías de precipitación.
Como podemos observar, las categorías que resumen los desvíos negativos predominan. Las precipitaciones son muy escasas en toda la región pampeana, donde como vimos en el mapa de lluvias registradas, vastas zonas han quedado con registros nulos para junio. En localidades como Pergamino, Junín y en general gran parte de la cuenca del Salado bonaerense, es el primer junio con acumulado pluvial cero en sesenta años.
Las zonas del norte del país donde las lluvias alcanzaron los valores normales, normalmente no acceden a precipitaciones de importancia en este mes, han sido lluvias del orden de los diez milímetros o inferiores suficientes como para cumplir con la estadística, aunque no representativas en volumen. Misiones mantuvo la frecuencia de precipitaciones, pero no logró mantener el volumen que traía durante los meses de otoño, los cuales se presentaron más húmedos. La anomalía del NOA no debe considerarse, ya que la zona ha ingresado en la estación seca. En tanto, sobre la Patagonia, sólo el noroeste ha logrado acumular las lluvias normales del mes. Hubo eventos pluviales sobre la estepa, pero los mismos fueron poco significativos.
El mes de junio tuvo dos semanas muy frías, con registros térmicos muy por debajo de los valores normales. La primera semana del mes se vio, como mencionamos, influenciada por la entrada de aire polar y la segunda se concretó justo en la semana del solsticio de invierno, en las fechas de cambio estacional. Como sea, el mes de junio se acoplo a lo que ya había mostrado el trimestre de otoño, presentando en general desvíos negativos en los guarismos térmicos promediados y comparados con la estadística. Esto no fue tan notorio en el noreste del país, pero si en el resto del territorio nacional. El comienzo de julio parece mantener esta característica.