El integrante de Productores Agremiados de Centenario y Vista Alegre (Pacva), Federico Rozza, sostuvo en Vos A Diario por RN Radio que las estadísticas encienden la alarma en el sector y abogó por que también se enciendan en los gobiernos provinciales y nacional. Manifestó que el fenómeno no sólo es de Neuquén sino también de Río Negro.
El dirigente dijo que desde 2011, se perdió el 24% de la superficie implantada de manzana y el 27% de peras en la Patagonia Norte. Hay unas 2.905 hectáreas con manzana y 2098 de pera, lo que hace un total de 5.572.
“Cuando este fenómeno afecta a dos provincias en forma similar, se empieza a relacionar que es un problema de economía regional y no tiene que ver con quienes producimos de un lado y del otro del río”, comentó, manifestó.
Agregó que el productor vitivinícola de Mendoza, el de aceitunas en Catamarca y los citrícolas de la Mesopotamia “todos vamos reduciendo hectáreas y quedamos a merced de los gobiernos provinciales interesados en que las actividades sigan”.
Diagnosticó que, en el caso de las frutas de pepita, la mitad del costo de producción son impuestos: “De cada 10 kilos de manzana o pera que bajo de la planta, 5 se lo lleva al Estado en forma de impuestos, uno de los más importantes es el IVA, y eso no se observa en una atención hacia el sector para que siga produciendo».
El último informe estadístico del Senasa reveló que hay 192 productores de peras y manzanas. La localidad de San Patricio el Chañar es la que más producción de fruta de pepita tiene con 2.334 hectáreas y le sigue, lejos, Centenario con 888.
Rozza evaluó que en términos de exportación «los gobiernos no logran dar señales de estabilidad y queda a merced de lo que los privados puedan llegar a resolver y eso se nos vuelve bastante difícil».
La presión inmobiliaria genera que, frente a una actividad en retroceso, aparezcan otro tipo de negocios donde se compran chacras para hacer loteos, barrios privados u otro tipo de construcción. Apuntó, en ese aspecto, a las municipalidades que no logran un plan de urbanización entonces las ciudades crecen a merced de lo que diga el mercado.
Hay barrios en medio de las chacras con todo lo que implica, mis abuelos llegaron hace más de 80 años y ahora tengo vecinos a los que le molestan los ruidos y se me hace difícil combatir las plagas, por ejemplo», describió.
Para combatir la carpocapsa se requiere hacerlo en bloque y de esa manera tener calidad para exportar y como en los barrios hay luces eso dificulta el trabajo.
Fuente: Portal Fruticola