La siembra de trigo ya está avanzando en gran parte de las zonas agrícolas argentinas, pero aún queda más del 80% del cereal por implantarse y los productores están realizando barbechos de cara al inicio de las labores, con el fin de llegar con los lotes lo más limpios posibles de malezas.
Sebastián Fernández, Coordinador de Servicio Técnico de FMC, señaló que el herbicida Shark es un gran aliado en la búsqueda de ese objetivo, ya que es un producto formulado a base de Carfentrazone, PPO de contacto, con efecto quemante y secante, que tiene amplio espectro de control en malezas de hoja ancha, como crucíferas, viola, rama negra, parietaria o commelina erecta. “Su principal ventaja es su alto poder de quemado y que no tiene efecto residual; es decir, se puede utilizar sin problema para cualquier cultivo que continúe en la rotación e incluso también se puede utilizar en post emergencia, entre V4 y macollaje, para controlar algún escape”, explica el Ing. Agr. Fernández.
En ese sentido, lo ideal es utilizar Shark en combinación con Finesse en barbecho, el primero para limpiar el lote, y luego el segundo para dejar residualidad, y permitir que el cultivo pueda cerrar el surco limpio y sin la amenaza de malezas que perjudiquen los rindes. Además, Shark tiene alta eficacia en control de yuyo colorado, previo a la siembra de soja, donde se puede combinar con el herbicida Capaz, para aportar residualidad en el control de esta maleza.
Otro punto a favor de Shark es que, si bien es un herbicida de contacto, su acción lenta. Por ejemplo, si se lo utiliza combinado con glifosato o 2,4-D, mientras produce el quemado para evitar que la planta siga haciendo fotosíntesis, permite que los otros productos ingresen a la planta y actúen de forma sistémica. “Es lo contrario, por ejemplo, a un Paraquat, cuyo secado es más rápido por lo que otros principios activos no pueden actuar correctamente”, describe el agrónomo.
Pautas y la importancia del coadyuvante
En este marco, el Coordinador de Servicio Técnico de FMC enumera varios aspectos a tener en cuenta para que la aplicación sea eficiente. Por ejemplo, que al ser un herbicida de contacto, el tamaño de la maleza no debe superar entre 10 y 12 centímetros de diámetro o altura.
Asimismo, es fundamental controlar las condiciones de aplicación para lograr la mayor cantidad de impactos de gotas por centímetro cuadrado posibles, porque es un producto que mata a donde toca. También es muy importante observar que no haya temperaturas muy altas o muy baja humedad relativa, que favorezcan la evaporación de la gota, de manera que no llegue al blanco o no penetre bien en la hoja.
Por otro lado, subraya que la aplicación de Shark debe acompañarse del uso del coadyuvante Biofusion, un bio-surfactante natural con cuenta con nanotecnología, es decir, posee microesferas que encapsulan las partículas en suspensión dentro del caldo y evitan que las moléculas de los diferentes principios activos interactúen negativamente entre sí, generando caldos homogéneos y estables para la mayor expresión de eficiencia de los principios activos.
“Los nanosomas de la formulación de Biofusión, también encapsulan carbonatos de calcio o magnesio, por lo que permite reducir la dureza en aguas duras, lo que también redunda en una mejor calidad de aplicación”, añade el Ing. Agr. Fernández. El resultado es que al utilizar Shark junto a Biofusión, el herbicida penetra mejor en la hoja y produce un quemado parejo y más eficaz.
Todas las recomendaciones llevan siempre a un uso responsable y efectivo de los defensivos agrícolas, debemos continuar con todo el asesoramiento y recomendaciones posibles para un buen uso de los productos, en el momento indicado y con las condiciones ambientales que necesarias para un uso seguro.