Con la humedad al límite arrancó la siembra
“La humedad está muy justa para sembrar. Con los ciclos largos ya arrancamos el día 9 de mayo, íbamos a esperar hasta el 20 para los intermedios, pero como la humedad esta complicada es probable que adelantemos unos días en lotes altos y con poca cobertura. Esto nos pone al filo con la floración en octubre” dicen desde Cañada de Gómez y agregan con preocupación que el perfil podría desecarse aún más si se suceden las heladas pronosticadas la próxima semana. Los primeros en comenzar fueron productores de mucho hectareaje que por logística requieren adelantarse. Pero en toda la región aún no se ha generalizado la siembra. En Bigand y Bombal comenzarán a sembrar, si hay humedad, a partir del 25 de mayo los ciclos más largos. En El Trébol todavía están con los barbechos correspondientes y también algunas fertilizaciones completas con nitrogenados. “Pero en muy baja proporción en comparación con otras campañas, ya que debido al elevado costo se esperará a macollaje y se usarán menores dosis”.
¿Qué probabilidades existe de repetir el evento de lluvias que dejó mayo del 2021?
Tan solo un 10%. La primera década de mayo 2022 termina con ausencia total de precipitaciones sobre la región pampeana. En la mitad oriental, la humedad en los perfiles es adecuada, pero a medida que nos desplazamos hacia el oeste, el gradiente negativo copia el patrón que marcaron las lluvias de abril. Ante este escenario, las miradas están puestas en repetir el evento de lluvias que dejó en algunas localidades hasta más de 100 mm entre el 16 al 29 de mayo del 2021. Las lluvias de otoño fueron el puntapié para la siembra del trigo y una de las principales causas del éxito del trigo 21/22. Este año, las probabilidades de repetir ese evento en lo que queda de mayo promedian tan solo un 10% en la región y hacia el noroeste llegan hasta apenas un 20%. Ante la cercanía de la siembra del cereal, la falta de agua es un tema de preocupación primordial para implantar las 1,53 M de ha que se intencionan, un 10% menos que en el 2021.
¿Barbechos químicos o labranza?
“Los productores en riesgo económico están dejando la siembra directa para volverse a las labranzas”, dicen desde Cañada Rosquín. Y agregan, “la alta carga impositiva empuja al sistema productivo a dejar años de directa para seguir en carrera”. Sin embargo, desde Bombal, comentan que la causa principal de utilización de labranza es el difícil control de malezas pero que se toman muchos recaudos al considerar aplicarla. “La proliferación de malezas tolerantes y resistentes sumado a los largos periodos de sequía que tuvimos esta campaña han hecho que la soja no haya logrado una buena competencia por lo que en esos lotes estamos recurriendo a una pasada de doble acción más el tratamiento con el pre-emergente adecuado. El aumento de dosis con los agroquímicos actuales no alcanza”. En Cañada de Gómez comentan que todo depende del tipo de maleza pero intentaran mantener la cobertura. “Se pronostica una nueva Niña, y como vimos en la campaña pasada, los lotes con cobertura amortiguaron mucho mejor el estrés hídrico que los movidos. Pero lo que deba ser trabajado se hará con labranza superficial. En esta zona la usamos principalmente para control de Eragrostis (maleza), ya que el control químico es defectuoso”. Advierten que esta campaña también “hay que revisar los costos de ambas prácticas ya que el gasto en gasoil se equiparó bastante con el de los agroquímicos. Sin embargo, hay situaciones en las que no hay alternativa”.
Por otro lado los técnicos cañadenses explican que en los barbechos químicos que van a gruesa “se va a trabajar más pronunciado que otras campañas con la técnica de overlapping (superposición) y rotación de principios activos”. La causa es la relación entre los costos de los preemergentes vs. post-emergentes (en particular glifosato).
“Apuntamos al control de gramíneas, yuyo colorado y rama negra hacia fin del invierno principios de primavera”. En Carlos Pellegrini y Marcos Juárez también comenzaron con los barbechos largos para soja y maíz a través de controles químicos dentro del paquete tecnológico de siembra directa. En la ciudad santafecina dicen que únicamente laborean para descompactar o para frenar la proliferación de semillas de malezas resistentes y en la cordobesa en utilizan labranza mínima con rastra “diamante” en situaciones puntuales.