Si bien las lluvias promedio en el invierno son deficitarias y resultan escasas en la mayoría de los años, la actual campaña se presenta con una menor disponibilidad hídrica que en las anteriores. Esto se debe a una baja recarga por precipitaciones otoñales y un marcado descenso en el nivel freático en algunas zonas de la región pampeana. Sin embargo, el escenario es heterogéneo.
El último informe del Instituto de Clima y Agua del INTA, analizó que las lluvias del mes de abril fueron inferiores a los normales, con valores que se ubicaron entre el 10 y el 30 % de los abriles más secos, en áreas de Salta, oeste de Formosa y las regiones Pampeana, Cuyo y Patagonia. Sobre Cuyo, en particular, no se registraron lluvias.
En cuanto al contenido de humedad en el suelo, “en general, han disminuido su humedad debido a la falta de lluvias”, explicó Roberto de Ruyver, director del Instituto de Clima y Agua del INTA. En esa línea, detalló que “la zona núcleo Pampeana, el centro de Córdoba y norte de Santa Fe, se estiman con reservas de referencia escasas o regulares”.
Además, “la situación deficitaria en el oeste de la región Pampeana y en el oeste de Chaco y Formosa y este de Salta, donde se acentúa y continúa la sequía, resultaría en una limitante de cara al inicio de la siembra de los cultivos de invierno”, puntualizó De Ruyver.
En contraposición, “el norte de Entre Ríos y de Corrientes muestran reservas excesivas o excesos hídricos”. A su vez, señaló que “en el centro y este de Buenos Aires, este de Córdoba y centro de Santa Fe, se estiman con reservas de referencia adecuadas u óptimas”.
La tendencia trimestral indica posibles precipitaciones por debajo de lo normal sobre Corrientes, Buenos Aires y La Pampa y sin una tendencia definida sobre Formosa, Chaco, Santiago del Estero, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos.
De acuerdo a la humedad presente en los suelos a la fecha y la tendencia trimestral vigente, “las zonas en mejores condiciones hoy son el noroeste de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y este-sudeste de Córdoba”, agregó el director. Y el resto de las áreas -Salta, Santiago del Estero, centro de Córdoba, norte de Santa Fe y especialmente La Pampa, “podrían tener un escenario menos propicio y de mayores restricciones para la siembra del trigo y su desarrollo”, concluyó.
Jorge Mercau, investigador del INTA San Luis y coordinador del Proyecto Disciplinar Interacción de Agroecosistemas y Napas freáticas, midiendo la cantidad de agua almacenada en el perfil de suelo.
Frente a este contexto hídrico heterogéneo, desde el INTA señalan la importancia de medir y conocer la cantidad de agua almacenada en el perfil de suelo y la profundidad y calidad de la capa freática. Es que, esta evaluación cuantitativa permite diseñar pautas de manejo que optimicen su uso en los sistemas de producción.
“Veníamos con un crecimiento muy grande en la zona núcleo y en el sudeste de Córdoba en el área de trigo, aprovechando lo último que nos quedaba de agua”, indicó Juan Pablo Ioele, jefe de la Agencia de Extensión Rural del INTA Corral de Bustos –Marcos Juárez–. En esa línea, aseguró: “pero ahora venimos de una campaña seca y un otoño con poca recarga para el grueso de la siembra”.
De acuerdo con Ioele, “el agua que tengamos almacenada en el suelo es lo que determina la expectativa, por lo cual estamos en un 75 u 80 % de intención respecto a lo que fue la campaña anterior”. En ese sentido, señaló que “hay ambientes que están muy buen, con el agua útil por encima del 60 % y otros por debajo del 40 %”.
Entre las recomendaciones para la siembra, el especialista hizo hincapié en “hacer análisis de agua útil, porque eso determina el piso del rendimiento del cultivo e incorporar el fertilizante nitrogenado lo antes que se pueda, porque ante un escenario de pocas precipitaciones, cuanto antes lo incorpores, antes va a jugar en el cultivo”.
Otro de los puntos a tener en cuenta es elegir materiales resistentes al frío. “En Córdoba, en nuestra zona, tenemos mucha amplitud térmica y tratamos de sembrar largos tempranos de materiales resistente al frío sobre rastrojo de maíz, porque tenemos más humedad en el suelo”. Si bien los cultivos de invierno “son muy rústicos respecto de temperatura, un escenario es tener frío húmedo, y otro frío seco con amplitud térmica como tenemos en nuestra región que puede hacer 25 grados de día y -4 en la noche”.
Por último, Ioele señaló el tema fungicidas: “es importante saber que la mayoría de las enfermedades como roya anaranjada y amarilla hoy tienen variaciones por mutación y ningún fungicida es 100% eficaz”. Por ese motivo, llamó a “estar atentos para cuando apenas aparezcan condiciones predisponentes para que explote una enfermedad y tratar de hacer buenas aplicaciones en ese momento, sino después es tarde”.
El rendimiento en secano depende del agua acumulada o las precipitaciones que se dan durante el ciclo. “Estamos arrancando con lo justo, y en los inviernos en nuestra zona no llueve, la expectativa de rendimiento no es muy alto, pero si toca un julio/agosto llovedor, terminas teniendo un gran año”, explicó el Jefe de la AER Corral de Bustos.