En toda crisis siempre hay una oportunidad. Aunque sea odioso en las guerras también. Así, se vio que en el primer día (24 de febrero) de enfrentamiento entre Rusia y Ucrania, el precio del barril del petróleo Brent, crudo que se extrae principalmente del mar del Norte y marca la referencia en los mercados europeos, subió y llegó a los $us 105, valor no visto desde 2014.
Lo mismo sucedió con el precio del gas natural que Rusia produce y que se ha
disparado hasta en un 60%, llegando a valer $us 162 el megawatio.
Mientras que, los precios del maíz y del trigo registran un fuerte incremento en
el mercado de Chicago (EEUU) tras conocerse la declaración de guerra de Rusia a
Ucrania.
La soya tocó los $us 648 la tonelada. El valor del trigo subió $us 18 para ubicarse en $us 340 la tonelada y el maíz aumentaron $us 13 para llegar a $us 282 la tonelada.
¿Qué pasará en Bolivia?
En este escenario, Jaime Dunn, analista financiero, visibiliza dos situaciones. La de corto plazo, en la que a su criterio el sector productivo (complejo agroindustrial) es el que está mejor perfilado para aprovechar esta mejora de los precios de las materias primas, tanto de los alimentos como minerales e hidrocarburos.
Dunn hizo notar que la agroindustria tiene la capacidad de aumentar su
exportación, particularmente el de la oferta oleaginosa, que va a ser muy
requerida. También considera que la exportación de carne tiene una gran
oportunidad para mejorar los volúmenes de venta al exterior.
Ahora bien, el analista alerta que para que eso suceda son necesarios dos
aspectos: que el Gobierno no sigua mirando para adentro (solo el mercado
interno), sino que gire su mirada al mundo y vea la gran oportunidad que tiene
para aprovechar los precios en alza.
En segundo lugar, Dunn precisó que se debe terminar con esa política de cupos
y frenos a las exportaciones y permitir, una vez asegurado el mercado interno
aumentar la producción, generar más puestos de trabajo y divisas para el país
con el apoyo gubernamental al sector productivo.
Gary Rodríguez, gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), dijo que Bolivia podría beneficiarse de la subida del precio de los alimentos como la soya, siempre y cuando no haya restricciones a la exportación; sin embargo, la subida del precio del trigo puede costarle más al país por ser dependientes de la importación de ese grano y la harina de trigo.
En lo referido a los hidrocarburos, el especialista en temas energéticos,
Francesco Zaratti, precisó que son más los puntos negativos que positivos para
el país en esta situación de guerra. En lo negativo, el especialista detalló que
el incremento del precio internacional del barril de crudo, impactará en los
costos de importación de líquidos, especialmente diésel, que se elevará
ostensiblemente.
También hizo notar que la Argentina -que está apostando por el LNG-verá cómo ese energético subirá de precio de manera alarmante por lo que buscará que el país también corra con los gastos cuando se firme la sexta adenda con YPFB.
En lo positivo, Zaratti destacó que el precio de la urea aumentará de costo ante las dificultades que Ucrania para exportarla. Es en este punto donde el país puede aprovechar esa coyuntura, siempre y cuando, la planta de urea y amoníaco funcione plenamente.
Álvaro Ríos, analista energético, remarcó que el país ya no sonríe cuando los precios internacionales de los hidrocarburos suben, sino todo lo contrario, pues ya está claro que cada vez se exporta menos gas natural y se importa más derivados del petróleo.
“En este sentido, ya es tiempo de refundar YPFB que lamentablemente ha sido politizada por los gobiernos de turno cuando su labor siempre debió se técnica”, subrayó.
Desde el IBCE indicaron que en 2021 Bolivia exportó hidrocarburos por $us 2.343 millones, pero importó combustibles y lubricantes por $us 2.211 millones.
Atentos en minería
En cuanto a la minería, Zaratti remarcó que es otro sector que se verá beneficiado en especial aquellos minerales estratégicos que Rusia no podrá exportar, como el titanio y aunque nuestro país no produce dichos minerales, el precio de estaño, zinc, plomo y planta sin dudas se incrementará.
En cuanto a la subida del precio del oro, como activo de refugio, y de otros minerales, puede ser beneficioso para Bolivia (debido a un mayor ingresos de divisas), siendo que el 54% del valor de las exportaciones son de ese sector, señaló Rodríguez.