El gobierno prometió en las elecciones de 2019 aumentar un 20% las jubilaciones financiando el aumento con los intereses que el Banco Central dejaría de pagar a los bancos comerciales por las LELIQs. Sin embargo, la deuda del Banco Central, conformada por LELIQs y pases con los bancos, pasó de representar un 5,5% del PIB en 2019 a un 11% en el 2021. Esta inquietante dinámica va camino a ser explosiva si no se la desactiva a tiempo.
¿Por qué el gobierno emite estos títulos? La incomoda realidad es que lo hace porque sus otras vías de financiamiento se encuentran agotadas: la recaudación de impuestos muestra un umbral sobre el cual sin mayor actividad económica no tiene mucho más para aportar, el camino del endeudamiento externo se encuentra clausurado y el del endeudamiento local es demasiado pequeño para financiar la totalidad del desbalance fiscal. Por esta razón, la única vía de financiar los desequilibrios es mediante la emisión monetaria, y para que el sobrante de pesos que recibe la gente no presione sobre la inflación y el dólar, entonces deben ser reabsorbidos mediante LELIQs y pases. Instrumentos que colaboran en el corto plazo, pero que llevados al límite se vuelven una seria amenaza.
Precisamente el uso de estos instrumentos ya se encuentra próximo a su límite: durante el 2021 el stock de LELIQs y pases creció en 4,2% del PIB y los intereses pagados por estos instrumentos representaron 3,1% del PIB. Esto significa que, durante el 2021, 3 de cada 4 pesos absorbidos en LELIQs y pases fueron a cubrir los mismos intereses que generaron. Así, el Banco Central ya no solo tiene que absorber los pesos que emite para que el Tesoro nacional cubra el déficit fiscal, sino que también para cubrir los propios intereses devengados. Dicho de otra manera, la capacidad de absorción de pesos a través de estos instrumentos se está agotando.
Lo anterior redunda en que el gobierno no sólo no cumplió la promesa de aumentar las jubilaciones gracias a dejar de pagar intereses sobre LELIQs, sino que durante el 2021 los intereses de estos instrumentos representaron más jubilaciones mínimas que a inicios del mandato. En particular, en 2020 se podrían haber financiado por el ahorro en pago de intereses de LELIQs y pases, en promedio, 3,5 millones de jubilaciones mínimas por mes. Sin embargo, en 2021 los intereses pagados a los bancos representaron casi 5 millones de jubilaciones mínimas mensualmente.
Para dejar de pagar cada vez más intereses no alcanza con declamaciones políticas. Lo que se requiere necesariamente es atacar la raíz del problema: el crónico déficit fiscal. Hasta tanto no se resuelva esto, aumentar jubilaciones en términos reales y pagar menos intereses de deuda seguirán siendo sólo promesas. Todo proyecto político necesita equilibrio fiscal, sólo así la bomba del Banco Central se podrá desactivar.
Fuente: Idesa.org