Las tecnologías de edición del genoma como el sistema CRISPR-Cas9 se perfilan como un camino a seguir, pero hay sólidas opiniones a favor y en contra de esta idea. ¿Qué hay detrás de la ciencia y el debate?

¿Qué es la edición del genoma y cómo se está aplicando en el sector agrícola?

La edición del genoma (también conocida como edición de genes) implica cambiar el ADN de organismos vivos como las plantas, los animales y los humanos. Durante muchos años, los fitomejoradores han alterado genes con objeto de desarrollar variedades de plantas nuevas y mejoradas, pero los recientes avances tecnológicos han hecho posible editar el genoma de un organismo de forma rápida, económica y precisa.

Una herramienta para hacer esto es el sistema CRISPR-Cas9Enlace externo (que significa, repeticiones palindrómicas cortas agrupadas y regularmente interespaciadas en combinación con la proteína Cas9). Descubierto en 2012,Enlace externo este sistema actúa como una tijera que corta el ADN en un punto específico para permitir cambios muy precisos en las características de una planta. Y puede modificar cualquier cosa, lo mismo el color o el tamaño de una fruta o verdura que su contenido nutricional, o su capacidad para resistir plagas y pesticidas.

Otras tecnologías comunes para la edición del genoma son el ZFN (nucleasa de dedos de zinc) y TALEN (nucleasas efectoras similares a activadores de transcripción).

Existe un debate sobre cómo clasificar y etiquetar la edición del genoma realizado con herramientas como el CRISPR-Cas9. La Unión Europea utiliza “nuevas técnicas genómicasEnlace externo” para referirse a aquellas que son capaces de alterar el material genético de un organismo y que han surgido, o se han desarrollado, principalmente a partir de 2001.

¿Cuál es la diferencia entre semillas con el genoma editado y las semillas genéticamente modificadas?

El mejoramiento tradicional implica identificar, seleccionar y “cruzar” plantas durante varias generaciones para mejorar las características de un cultivo. Esto ha evolucionado a lo largo de los años para ser más eficiente usando datos y secuenciación del genoma.

La edición del genoma con CRISPR-Cas9 se puede usar para insertar ADN de la misma especie, como papas silvestres y papas cultivadas. También puede insertar el ADN de un organismo, por ejemplo, un insecto, en el genoma de una especie diferente, como una planta. Esto da como resultado lo que comúnmente se conoce como un organismo genéticamente modificado (OGM).

La legislación de la UE define los OMG como "organismos en los que el material genético (ADN) ha sido alterado de una forma que no se produce de forma natural mediante el apareamiento o la recombinación natural". Sin embargo, los OGM desarrollados en la década de 1990 también utilizaron métodos diferentes y menos precisos que las nuevas herramientas de edición del genoma como el citado CRISPR-Cas9.

¿Por qué es controvertida la edición del genoma en la agricultura?

El principal debate se centra en los potenciales beneficios y riesgos que representa para la salud humana y el medioambiente la existencia de tecnologías de edición del genoma.

Los defensores de la edición del genoma, en gran parte de la industria de las semillas, dicen que la tecnología simplemente está acelerando lo que ya sucede de facto en la naturaleza, o vía métodos tradicionales de mejoramiento, así que los riesgos son mínimos. También argumentan que herramientas como el CRISPR-Cas9 son más precisas que las técnicas de ingeniería genética anteriores, por lo que hay menos riesgo de que un gen útil se destruya en el proceso.

Sin embargo, los críticos sostienen que la edición del genoma puede crear una variedad de cambios en el genoma de las plantas que presentan riesgos para la biodiversidad, el agua y el suelo, la salud humana y la producción de alimentos orgánicos. A algunos les preocupa que tales cultivos puedan competir con las especies naturales y crear amplios monocultivos, lo que podría causar estragos en los ecosistemas. Muchos argumentan que algunos de los riesgos han terminado aún de ser comprendidos y calibrados totalmente.

Por otra parte, hay cuestiones éticas y sociales con respecto a cuándo y dónde se debe usar la tecnología y quién tiene acceso a las semillas.

¿En qué punto se encuentra actualmente la regulación sobre semillas y alimentos con genoma editado?

El panorama regulatorio está en plena transformación, ya que el desarrollo tecnológico y las preocupaciones sobre el cambio climático están impulsando a muchos países a cambiar sus políticas de ingeniería genética de largo plazo. La regulación influye en los requisitos para los controles de seguridad y determina los productos con genoma editado que deben etiquetarse de manera diferente.

Tanto Estados Unidos como Canadá han decidido no regular la edición del genoma si la alteración genética podría haber ocurrido a través de métodos tradicionales. Esto significa que las plantas con genoma editado no están sujetas a protocolos de seguridad de OGM ni requisitos de etiquetado. El Reino Unido adoptó una postura similar el año pasado. Algunos países, como Brasil y Argentina, tratan la edición del genoma como plantas convencionales a menos que contengan ADN extraño.

En Japón, los cultivos con genoma editado, en cambio, deben registrarse, pero no necesitan someterse a pruebas ambientales o de seguridad. En diciembre de 2020, el país asiático dio luz verde a un tomate con genoma editado para que sea vendido a los consumidores.

China ha tenido límites estrictos en la importación y producción de OGM hasta ahora. Sin embargo, en un movimiento para transformar la industria de las semillas, e impulsar la seguridad alimentaria, el gobierno anunció recientemente cambios regulatorios que allanan el camino para aprobar nuevos cultivos genéticamente modificados. En enero de 2022, China también estableció reglas que permitirían que las plantas con genoma editado se salten las largas pruebas de campo requeridas para las transgénicas. El gobierno está invirtiendo mucho en tecnología, pero el país no ha comercializado plantas con genoma editado.

Rusia también está invirtiendo fuertemente en tecnologías de edición del genoma y ha indicado que las plantas con genoma editado que no impliquen la inserción de un ADN extraño podrían quedar exentas del cumplimiento de una ley de 2016 que prohíbe el cultivo de OGM. En 2019, el gobierno lanzó un programa de 1 700 millones de dólares para desarrollar 30 variedades de plantas y animales con genoma editado durante la próxima década.

Hasta ahora, Suiza ha seguido a la UE, que somete a los productos con genoma editado al cumplimiento de la Directiva OGM desde el año 2001. Esta decisión fue respaldada por un fallo del Tribunal de Justicia Europeo que, en 2018, expresó que la edición del genoma no tenía un historial de uso seguro. En abril de 2021, la Comisión Europea adoptó una postura más favorable hacia la edición del genoma en un estudio que recomendaba adaptar la legislación para reflejar el progreso científico y tecnológico, específicamente las nuevas técnicas genómicas.

En diciembre pasado, una cámaraEnlace externo del Parlamento suizo votó a favor de excluir las plantas con genoma editado de las restricciones para los OGM. Pero algunos políticos han pedido más pruebas de seguridad antes de tomar una decisión final.

¿Hay alimentos editados con genoma en el mercado?

Hasta el momento, solo hay unos cuantos productos con genoma editado en el mercado: una sojaEnlace externo con un perfil de ácidos grasos más saludable es el primer producto comercial en Estados Unidos (desarrollado con TALEN), y en Japón, un tomateEnlace externo fortificado con ácido gama aminobutírico (desarrollado con CRISPR) que salió a la venta en septiembre del 2021.

Los investigadores están trabajando en muchas otras variedades de frutas y verduras, incluido un champiñón blanco diseñado que nunca se pondrá marrón, tomates sin semillas, canola resistente a los herbicidas, papas con mucho almidón, cacao resistente a las enfermedades fúngicas y virales, y fresas más dulces y con una vida útil más larga.

Fuente: Portal Fruticola